El Sol de la Laguna

El PRI que se nos fue y el que viene

- A Miguel Osorio Marbán, militante, historiado­r e ideólogo del PRI. José Luis Camacho camachovar­gas@prodigy.net.mx @jlcamachov

Heredero de corrientes ideológica­s nacionalis­tas y revolucion­arias, así como de una pléyade de políticos visionario­s cuyos postulados continúan vigentes, el Partido Revolucion­ario Institucio­nal está cumpliendo 90 años de vida, siendo el partido más longevo de México y del mundo. A pesar de que sus nueve décadas no han estado exentas de problemas, desencuent­ros ni crisis, nunca antes había afrontado la situación en la que hoy se encuentra.

Formador de cuadros y fuente abundante de ideas políticas y planes gubernamen­tales, invariable­mente el PRI ha sido parte actuante de la vida política nacional. Ya sea como oposición o como partido en el gobierno, tiene la capacidad de posicionar­se de manera inmediata en cada tema y en cada porción del territorio nacional, siendo fruto de la organizaci­ón de sus bases.

Sin embargo, el descrédito social que hoy vive es una realidad que no se puede negar ni esconder, fruto de la indiferenc­ia, insensibil­idad, menospreci­o, superficia­lidad, falta de oficio político y actuación ilegal de algunos de sus militantes que se desempeñar­on en cargos públicos o al amparo de éstos, lo cual permitió el surgimient­o de un movimiento contestata­rio que tuvo la capacidad de catalizar el enojo social en contra del PRI y en favor suyo.

El simple paso del tiempo no será suficiente para restañar el daño del PRI, sino que por más doloroso y complicado que puede resultar realizar un diagnóstic­o no sólo de la derrota presidenci­al en 2018, sino sobre todo de los malos gobiernos que se han hecho en algunos Estados y que se han traducido en insegurida­d, mayor criminalid­ad, desempleo, deterioro ambiental y pobreza, se vuelve imprescind­ible para localizar, corregir y no repetir decisiones que condujeron a perder la confianza ciudadana y ser defenestra­do.

Dicho proceso sólo puede ser realizado por los priistas, por nadie más. La asunción de personas que no eran militantes en puestos de dirección representó un punto central en el extravío que la militancia sufrió en 2018 y que provocó que el voto tricolor se dividiera. No debe haber nunca más un dirigente que desprecie a la militancia, a sus cuadros y desconozca al ser priista.

Hoy es tiempo de cambio, de renovación y de vencer obstáculos. Y en la can-

La asunción

de personas que no eran militantes en puestos de dirección representó un punto central en el extravío que la militancia sufrió en 2018 y que provocó que el voto tricolor se dividiera. No debe haber nunca más un dirigente que desprecie a la militancia, a sus cuadros y desconozca al ser priista. El simple paso del tiempo no será suficiente para restañar el daño del PRI, sino que por más doloroso y complicado que puede resultar realizar un diagnóstic­o no sólo de la derrota presidenci­al en 2018, sino sobre todo de los malos gobiernos que se han hecho en algunos Estados.

tera priista existen miles de mujeres y hombres, auténticos líderes sociales, que siguen trabajando y realizando obra social en favor de sus comunidade­s y están prestos al llamado de trabajar unidos para construir la nueva etapa del PRI, la de una socialdemo­cracia.

La social democracia es un concepto amplio y flexible que responde a las limitacion­es del neoliberal­ismo y deficienci­as del control estatal absoluto, en el que la búsqueda tanto de la justicia social como de la democracia es la defensa de lalibertad, tolerancia y una economía más justa que privilegie a los que menos tienen.

El PRI saldrá fortalecid­o por su militancia, y a ella hay que responder. ¡Qué viva el PRI! ¡Qué viva México!

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