Para entender la discapacidad
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo existen más de mil millones de personas con alguna forma de discapacidad, y las tasas de personas con discapacidad están aumentando a causa del envejecimiento y del incremento de enfermedades crónicas a escala global.
De igual manera, este organismo señala que las personas con discapacidad, conforman uno de los grupos más marginados del mundo, ya que presentan peores resultados sanitarios, obtienen resultados académicos inferiores, participan menos en la economía y registran tasas de pobreza más altas que el resto de la población.
En México, por ejemplo, podemos darnos cuenta a través de la más reciente Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 (ENADIS 2017), de algunas de las problemáticas a las que la ciudadanía con discapacidad se enfrenta, como calles, transporte e instalaciones inadecuadas para sus condiciones. Es por eso que el fenómeno de la discapacidad debería cobrar mayor relevancia en nuestro país.
El actual atraso que existe para que las personas con discapacidad puedan hacer efectivo su derecho al transporte público accesible, debe ser motivo de preocupación aún mayor, ya que la falta de éste, repercute en el ejercicio de los demás derechos. Eliminar los obstáculos en el transporte público hará posible que la población con discapacidad sea más partícipe de la educación, empleo y vida social, reduciendo así su aislamiento y a su vez la dependencia.
La infraestructura pública debe ser incluyente y adaptarse a partir de la funcionalidad de las personas que hayan nacido con discapacidad, ya sea visual, auditiva, motriz, mental o psicosocial, o que la hayan adquirido, temporal o permanentemente, por envejecimiento, enfermedad, accidente, violencia o cualquier otra causa pevista.
Lo que revelan resultados arrojados por la ENADIS 2017 es un bajo nivel de cumplimiento del Artículo 9 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, el cual mandata que “a fin de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida, los Estados Parte adoptarán medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con disca-
pacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales”, así como del Artículo Primero Consitucional que consagra el derecho a la no discriminación y que en su quinto párrafo establece que “queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas".
Por lo anterior, el primer reto es que en los próximos años, la infraestructura y transporte públicos - incluidas las paradas y las unidades- sean accesibles y de calidad para las personas con discapacidad, pues sin duda, la convivencia democrática e inclusiva en el espacio público, contribuirá a reforzar el tejido social de nuestro país.
En México,
por ejemplo, podemos darnos cuenta a través de la más reciente Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 (ENADIS 2017), de algunas de las problemáticas a las que la ciudadanía con discapacidad se enfrenta, como calles, transporte e instalaciones inadecuadas a sus condiciones. Es por eso que la discapacidad debería cobrar mayor relevancia en nuestro país. El atraso que existe para que las personas con discapacidad puedan hacer efectivo su derecho al transporte público accesible, debe ser motivo de preocupación mayor. @NosotrxsMX