La primer iglesia bautista en Torreon
En cumplimiento a la ley de “libertad de cultos” promulgada en 1860 por el inmortal Benito Juárez García, las iglesias de diferentes cultos se fueron estableciendo en la república mexicana, Torreón no fue la excepción de ello ya que para la última década del siglo XIX se establecieron iglesias de diferentes religiones hoy daremos a conocer el surgimiento de una de ellas, lo que viene a confirmar nuestra afirmación de que Torreón por su acelerado crecimiento en diferentes áreas del progreso, resultaba ser una plaza atractiva para desarrollar en ella actividades de diferente índole como lo fue la religiosa.
En el año de 1890 en su caso particular el hermano Florencio Treviño, quien daba a conocer a los feligreses los principios de la iglesia Bautista. Es de resaltar el hecho de que las reuniones religiosas se llevaban a cabo en su propia casa la cual se ubicaba en la esquina de la avenida Juárez y Calle Valdez Carrillo, hasta el año de 1894 cuando llega a Torreón el evangelizador A.C. Watkins fundando entre él y Florencio Treviño la primera iglesia Bautista en Torreón, para lo cual en 1895 con posterioridad adquirieron el terreno ubicado frente a la plaza llamada entonces dos de abril entre la avenida Juárez y calle Morelos en la calle Cepeda construyendo en tal lugar su centro evangelizador. La construcción de la primera iglesia bautista tomó forma de un Torreón con una gran campana que aún se conserva la cual siempre hacían tocar al inicio del culto. Para el año de 1901 empieza a destacar a nivel nacional la iglesia a que nos hemos venido refiriendo ya que se fundó dentro de la misma “la convención nacional bautista de México” todo lo anterior debido al reconocimiento que a todos los niveles le daban a la iglesia bautista de Torreón por su organización y por los miembros destacados que la conformaban. Durante la primera toma de Torreón el 15 de mayo de 1911 cincuenta soldados revolucionarios se introdujeron al templo haciendo destrozos y saqueando el mismo, para tal fecha el director de mismo era el hermano G. H. Lacy quien negoció con los revolucionarios la devolución de la gran mayoría de los objetos que habían sustraído en su incursión, obsequiándoles biblias y nuevos testamentos. Durante la lucha revolucionaria fue una época por demás difícil para la iglesia padeciendo cer la misma por espacio de once años. Entre otras vicisitudes la primera iglesia Bautista de Torreón tuvo que afrontar una campaña en su contra por parte de funcionarios federales.