Es extraordinario médico y humano
Yolanda Jaramillo creó una organización que brinda apoyo para combatir el cáncer de mama
Desde su juventud, Yolanda Jaramillo Rodríguez, presidenta de Mujeres Salvando Mujeres, siempre tuvo dos vertientes, por un lado, la parte artística, el canto era y sigue siendo una de sus pasiones, por otro, tenía una necesidad constante de informarse, estudiar y entender diversas situaciones, pero sobre todo, hacer que eso ayudara a los otros.
Nacida en la colonia Santa Rosa de Gómez Palacio, Durango, es la mayor de cuatro hijos, viene de una familia muy artística, donde la literatura y la conversación eran fundamentales, “mi papá nos sentaba a la hora de comer y en una sobremesa compartíamos opiniones y situaciones de la vida diaria de nuestro país”, por otro lado, también tuvieron una disciplina estricta con los estudios, era para sus padres muy importante que se dedicaran a aprender y formarse.
“Decidí estudiar medicina porque una curiosidad muy grande para mí era saber cómo funcionaba el cuerpo, cómo era cuando se enfermaba, por qué y de qué, decidí desde muy niña que quería eso”, estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila en Torreón.
“El día que pasé el examen para entrar a la facultad ha sido uno de los días más felices de mi vida, era un sueño, era algo difícil y me sentía inmensamente feliz”, contó Yolanda, que durante su primer año encontró a su compañero de vida, que ha estado a su lado más de 40 años.
A su esposo, doctor también, lo describió como un hombre que la escucha y apoya, que cuando no le salen las cosas bien sabe que ahí están sus brazos y cuando salen bien es el primero en aplaudirle, Yolanda y él se casaron al terminar su carrera universitaria, luego juntos comenzaron estudiar la especialidad en la Ciudad de México.
La especialidad es una etapa muy intensa en la medicina, “uno tiene guardias muy seguido, está todo el día en el hospital, cuando no tiene sueño tiene que estudiar y aunque tengas de todos modos tienes que estudiar”, manifestó.
Yolanda Jaramillo realizó su especialidad en anatomía patológica, cuando terminó le ofrecieron realizar una subespecialidad en Suecia, pero ahí comenzó un momento importante en su vida, “tenía 28 años, me senté en la orilla de la cama y me pregunté hacia dónde voy, puedo seguir trabajando y estudiar todo el día, pero había una parte mía que quería formar una familia y llegó ese día”, decidió no viajar y querer ser mamá.
Es mamá de dos hijos, Jesús, de 28 años d edad y Luis Fernando, de 26 años, uno artista y otro financiero, algo sorprendente de Yolanda es que siempre trabajó hasta un día antes de dar a luz a sus dos hijos.
La familia se regresó a vivir a la ciudad de Torreón, Yolanda comenzó a trabajar en la Clínica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde estuvo durante 14 años, en el área de Anatomía Patológica y jefa de la división de investigación en Salud, y por las tardes trabajó en su consultorio privado.
EL MACHISMO EN EL TRABAJO
De los momentos donde se hizo presente el machismo en su trabajo mencionó que en su llegada a la clínica 71 del IMSS, aun estando embarazada, le tocó ser la jefa de cuatro hombres que eran más grandes que ella en la patología, “su machismo hizo que en ese tiempo dos se fueran de vacaciones, uno se declaró enfermo y no fue un mes y otro no fue, yo me quedé sola con la tarea de todos y lo logré”.
ASÍ NACE MUJERES SALVANDO MUJERES
Cuando Yolanda tenía 19 años, una tía, considerada como una hermana mayor para ella, con tan solo 30 años fue diagnosticada con cáncer de mama, “le realizaron una biopsia que no estuvo bien hecha y le dijeron que no tenía nada, a los tres meses se le hizo una mega bola”.
Estaba ella en un evento donde iba a cantar cuando su mamá le habló para decirle que, a su tía le habían quitado el pecho, “yo lloré todo el día, me acuerdo que no podía ni abrir los ojos, pero tenía que cantar, y precisamente yo era la solista en una canción que se llamaba' Cuando ya no estés aquí', fue una manera de honrarla.
Fue un calvario terrible, pues contó que los efectos secundarios de las quimioterapias eran muy dolorosos y difíciles en aquel tiempo, “uno ya no sabía si querían que la trataran o no”, ella murió a los 33 años.
Durante su trabajó le tocó diagnosticar cáncer de mama, siempre recordando a su tía en cada uno de ellos, en la Comarca Lagunera se dio cuenta que cada vez había más y más casos.
“Esta es la mejor manera en la que puedo honrar a mi tía”
YOLANDA JARAMILLO.