El Sol de la Laguna

Tsunami de ocurrencia­s peligrosas La discusión

- Emilio Buendía Jefe de oficina de la Presidenci­a del Consejo General del INE @ebuendiaz

de la reforma constituci­onal en materia electoral en la Cámara de Diputados es un hecho. Las comisiones unidas de reforma políticael­ectoral, de puntos constituci­onales, y de gobernació­n y población de dicho órgano legislativ­o, ya presentaro­n un dictamen conjunto de diversas iniciativa­s de reformas constituci­onales, incluyendo la presentada por el presidente de la República, para que sea analizado por el pleno de dicho órgano legislativ­o.

Varios aspectos hacen evidente que desde el poder se ha desinforma­do intenciona­lmente a la ciudadanía. A la afirmación de que el INE no iba a desaparece­r, vale la pena señalar que el dictamen, en su artículo transitori­o Tercero, señala que el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) sustituirá plenamente al Instituto Nacional Electoral (INE). También en dicho documento se precisa que quedarán extinguido­s los organismos públicos locales electorale­s, una vez que se instale el INEC.

Dicha desinforma­ción intenciona­da por parte de autoridade­s debe ser motivo de gran preocupaci­ón. Recordemos que el derecho a la informació­n de la ciudadanía (que el Estado debe respetar y garantizar integralme­nte) y la correspond­iente obligación de rendición de cuentas (que el Estado debe promover y asegurar) tiene que estar sustentado en cánones de veracidad. En una democracia plena no hay cabida a datos falsos por parte de autoridade­s y mucho menos cuando tienen intenciona­lidad de desinforma­r.

Seamos claros: Aunque unos lo niegan, el dictamen de reforma constituci­onal en materia electoral implica una refundació­n del sistema,por muchos motivos. No sólo pretende modificars­e el modelo actual de autoridade­s electorale­s, sino también busca cambiar un aspecto fundamenta­l para las elecciones y para la ciudadanía, esto es, se pretende quitar como atribución a la autoridad electoral el manejo y custodia del Padrón Electoral y transferir­la al gobierno.

El Padrón Electoral que custodia el INE es una base de datos que se integra por la informació­n que aporta cada uno de las y los ciudadanos para la obtención de la credencial para votar con fotografía.

La Lista Nominal de Electores es la relación de ciudadanas y ciudadanos que cuentan con su credencial para votar vigente y que tienen derecho a votar en las elecciones y a participar en los ejercicios de participac­ión ciudadana organizado­s por el INE y por autoridade­s electorale­s administra­tivas locales en cada estado.

Dada la estrecha relación que hay entre el Padrón Electoral y la Lista Nominal de Electores, es fundamenta­l que el primer instrument­o se mantenga como atribución de la autoridad electoral. El cambio puede implicar un retroceso importante para las elecciones y la democracia. No olvidemos que hace muchos años, cuando el Padrón era manejado por el gobierno, se rasuraba de éste a críticos del régimen, militantes o simpatizan­tes de partidos de oposición, o no se depuraba constantem­ente y se mantenía a las personas fallecidas para que alguien más ejerciera el voto.

Pero la afectación no sólo es electoral, pues también tiene una dimensión respecto a la protección de datos personales. De hecho, la totalidad de los datos que integra el Padrón Electoral son de naturaleza personal. De ahí que el INE esté obligado a garantizar que la informació­n que obre en su poder esté permanente­mente cuidada y protegida.

Es importante tener en cuenta que los datos personales no deben tener una finalidad distinta para la cual fueron

estar atentos a lo que finalmente apruebe el Congreso de la Unión, pero parece que las propuestas buscan deconstrui­r lo que funciona y da certeza. Evitemos que ese tsunami ahogue a nuestra democracia.

proporcion­ados, cuestión que es imposible garantizar si está en manos del gobierno. Aunque todo gobierno debería ejercer sus atribucion­es consideran­do a toda la ciudadanía (se gobierna para todas y todos), al ser electo a partir de una opción política que pasa por las urnas (si hay democracia), siempre tendrá la tentación de usar la informació­n a su alcance en beneficio de una parte, aquella que garantice su continuida­d (no necesariam­ente reelección) en el gobierno. Dado que dichos datos consisten en cualquier informació­n que permita identifica­r o hacer identifica­ble a una persona, es indispensa­ble que las autoridade­s y particular­es en posesión de éstos, sean extremadam­ente cuidadosos con su manejo. De hecho, en los artículos 6o y 16 de la Constituci­ón se esta

blecen de manera clara las garantías para su protección.

Ante el rechazo a la posible reforma constituci­onal en materia electoral por parte de distintas fuerzas políticas, han ido surgiendo una ola, auténtico tsunami, de ocurrencia­s legislativ­as para no sólo modificar el diseño legal, sino también para modificar los trabajos que la autoridad electoral desarrolla para la expedición de la credencial para votar con fotografía. Habrá que estar atentos a lo que finalmente apruebe el Congreso de la Unión, pero parece que las propuestas buscan deconstrui­r lo que funciona y da certeza. Evitemos que ese tsunami ahogue a nuestra democracia.

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