La verdadera biografía de Madero, Parte 1
MADERO COMO ESTUDIANTE.
Francisco Ignacio Madero nació en el Valle de las Parras estado de Coahuila en 1873 nacido de una familia de hacendados apatriarcados por Don Evaristo Madero. Francisco Ignacio estudió su educación básica en un colegio de Jesuitas de Saltillo, Coahuila y otra parte como estudiante en Baltimore, Estados Unidos. Como un débil renegado de su religión y sus costumbres borró de su mente la Iglesia católica que sus padres y abuelos profesaban esto obviamente sucede con muchos estudiantes que son influenciados por extremistas radicales que tienen como maestros y que no son capaces de manejar el equilibrio entre la ética, la lógica, la moral y la religión, sucede principalmente con los que brincan del fanatismo religioso al fanatismo ateo de la hermandad masónica. Madero realizó sus estudios profesionales en Paris, Francia, cursando la carrera de administrador de empresas desde Baltimore a Paris fue rociado contra la Iglesia católica y entregado a la hermandad masónica.
MADERO COMO ESPIRITISTA.
En Paris tuvo otra influencia de una corriente que sus adeptos aseguraban comunicarse con el más allá, el espiritismo, el cual se basa en una creencia cerrada en que los seres de ultratumba se comunican con los seres vivos a través de médiums o golpes en los muebles. Ignacio Madero renegó de este nombre para cambiarlo por Indalecio para no saber nada del fundador de los jesuitas Ignacio de Loyola. Esta doctrina lo envolvió como presa fácil de un adolescente que en su lúdica edad a penas y empieza a despertar a la sabiduría del hombre. En París asistió a varios centros espiritistas donde lo engatusaron asegurándole que tenía facultades de “médium” escribiente, o sea un ser vivo privilegiado cuya mano había sido seleccionada para realizar su función de interlocutor entre vivos y muertos.
MADERO COMO AGRICULTOR.
En 1892, al terminar de estudiar cinco años en París regreso a su nativa Parras, Coahuila; 1893 su familia lo mandó a San Pedro de las Colonias para administrar algunas haciendas. Con las corrientes caudalosas del río Nazas y el Aguanaval, logró cultivar exitosamente el algodón en la zona baja de estos ríos, utilizó maquinaria y semillas del extranjero, por lo que se puede decir que fue de los primeros agricultores laguneros. En la administración de estas haciendas mostro siempre un buen trato y estimo a sus peones.