Francia entra en nueva etapa de la protesta
La movilización de los chalecos amarillos volvió a marchar en el país de manera relativamente pacífica y alistan jornada de debate con el gobierno de Macron
PARÍS, Francia. Unos 84 mil chalecos amarillos se manifestaron en París y en las principales ciudades de Francia para exigir cambios en la política del gobierno de Emmanuel Macron. Por primera vez desde que comenzó ese movimiento, hace 9 semanas, las marchas se realizaron en forma relativamente pacífica y solo se registraron escasos incidentes.
A pesar del rígido dispositivo de seguridad desplegado por la policía -que movilizaron 80 mil efectivos en todo el país-, al final de la tarde se registraron algunos disturbios en las inmediaciones del Arco de Triunfo.
Después de bloquear el paso hacia las avenidas que salen del Arco de Triunfo, la policía rodeó a los manifestantes y los obligó a dispersarse.
Al final se registraron varios enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes, pero no se produjeron desbordes ni ataques contra negocios.
La principal concentración de la jornada se produjo en la ciudad de Bourges. Unas seis mil 700 personas se congregaron en esa ciudad cercana a la capital, promovida durante 24 horas a rango de “capital nacional de los chalecos amarillos”.
Después de una fase de depresión, provocada probablemente por las fiestas, el movimiento parece haber recuperado su determinación inicial y está dispuesto a enfrentar el crucial proceso de “debates” que se abrirá con el gobierno a partir del próximo martes.
Los contornos de esa discusión son aún inciertos. “Esperamos que el gobierno anuncie decisiones concretas. Los anuncios formulados hasta ahora por Macron son migajas”, dijo Priscillia Ludosky, una de las principales figuras nacionales de los "chalecos amarillos".
Macron precisará sus intenciones a través de una carta que dirigirá a los franceses, probablemente el lunes.
El gobierno sufrió un duro golpe esta semana, cuando la encargada de dirigir ese proceso, Chantal Jouanno, se retiró después de haber sido criticada por el nivel de su salario (176 mil euros brutos por año).
EL MARTES inicia una jornada de debates con una agenda incierta