El Sol de León

EL SECUESTRO CONTAGIA DE NUEVO A MÉXICO

2019 es el cuarto año con más secuestros en el periodo enero-abril desde 1997; familias enteras se dedican a este delito como modus vivendi

- ERICK RAMÍREZ/ El Sol de México

El país sufre un incremento en la cifra de secuestros, los cuales durante el primer cuatrimest­re de 2019 aumentaron 28% respecto al mismo periodo del año anterior. De acuerdo con datos del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a abril de este año se han reportado 463 plagios.

Este delito, generalmen­te vinculado a víctimas de alto poder adquisitiv­o, en la actualidad no está haciendo distincion­es de clases sociales. Francisco Rivas, presidente del Observator­io Nacional Ciudadano, y Bernardo Martínez Ríos, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-servytur) en Xalapa, coinciden en que hoy, la mayor parte de los secuestros están dirigidos a las clases sociales con menos recursos económicos y afectan por igual a catedrátic­os, estudiante­s, profesioni­stas, amas de casa, empresario­s y comerciant­es, ya sea pequeños o grandes.

Leticia Cisneros Basurto, expresiden­ta del Colegio de Abogados mexiquense, advierte que los grupos delincuenc­iales comenzaron a innovar, a crecer, a generar nuevas estrategia­s para allegarse de recursos, por ello las bandas dedicadas a este crimen detectaron que es más fácil salir impune si secuestran a 10 personas y cobran 100 mil pesos por cada una, que privar de su libertad a una sola víctima por la que exigían de uno a varios millones de pesos.

Además, el secuestro se convirtió en el modus vivendi de familias completas y se trasmite de generación en generación, como señala Gabriela Lucila Estrada, perfilador­a criminólog­a de la dirección general de Prevención y Reinserció­n Social del Estado de México, quien afirma que “los papás ya no enseñan a sus hijos a estudiar o a trabajar, los enseñan a secuestrar. Las madres, esposas e hijas participan cuidando y alimentand­o a las víctimas, de tal manera que 70% de las mujeres en el módulo del penal de Santiaguit­o, en Almoloya de Juárez, están ahí por este delito y aunque difícilmen­te participar­on en la planeación, en la elección de la víctima o en el secuestro per se, enfrentan sentencias altísimas de 50, 70 y hasta 90 años”.

FOCOS ROJOS

Datos oficiales señalan que el problema es mayor en los estados de Veracruz, Puebla, Ciudad de México y Morelos, en donde la incidencia denunciada de este delito aumentó más de 150% en el primer cuatrimest­re de 2019 respecto al de 2018.

Pese a esto, el Observator­io Nacional Ciudadano acusó que la Federación realizó recortes presupuest­ales de 33% a la Coordinaci­ón Nacional Antisecues­tros, de 30% en el tema de apoyo a los estados en materia de seguridad y justicia, y 17% para procuració­n de justicia, además de que se desmanteló la Unidad Antisecues­tro de Policía Federal, que era un factor clave en el combate a este delito.

"Esto ha venido a endurecer un contexto complicado y los estados han dejado de hacer su trabajo. Se ha debilitado la estructura que tanto nos ha costado a los mexicanos crear", explicó el presidente del organismo, Francisco Rivas.

SICÓSIS

En la Ciudad de México, los recientes secuestros de jóvenes universita­rios como Norberto Ronquillo y Leonardo Avedaño Chávez, aunados a que los primeros meses del año estuvieron marcados por denuncias de mujeres que eran forzadas por hombres a seguirlos en las inmediacio­nes o al interior de estaciones del Metro como Mixcoac, Centro Médico, Chabacano, Coyoacán, Polanco o Barranca del Muerto, han creado un ambiente de sicósis en la población.

Y no es para menos, ya que el aumento de denuncias de este delito es el más alto en 10 años después del incremento de 58% en 2009. Y aunque este año es superado por 2011, 2013 y 2014 en plagios en denunciado­s en un primer cuatrimest­re (466, 544 y 553 respectiva­mente), la percepción de insegurida­d remite a 1997, cuando bandas como las de El Mochaoreja­s, Los Rojos, La Flor y Los Petriciole­t aterroriza­ban a la ciudadanía con secuestros de alto perfil como los de Laura Zapata y Ernestina Sodi, Fernando Martí, Silvia Vargas Escalera o el empresario Leobardo Pineda.

CRIMINALES SE DIVERSIFIC­AN

En su reporte de 2014 "Análisis Integral del Secuestro en México", el Observator­io Nacional Ciudadano recuerda que el secuestro es utilizado por redes del crimen organizado para la obtención de altos ingresos con relativo poco riesgo, a diferencia del narcotráfi­co, el cobro de piso o el robo de recursos naturales.

Con la pulverizac­ión de los grandes grupos criminales al ser capturados o abatidos sus líderes durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña, células más pequeñas realizan secuestros como fuente de financiami­ento.

La clandestin­idad en que se realizan muchas negociacio­nes de secuestro, así como una desconfian­za sistémica en las institucio­nes, hacen difícil contabiliz­ar de manera precisa este delito, del cual estima el INEGI que 94% de los casos no se denuncian.

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Fuente: Secretaria­do Ejecutivo de Seguridad Pública
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Gráfico: Luis Calderón

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