En Morena sigue el proceso: vamos por la tercera encuesta
para elegir al dirigente de Morena continúa. Si bien es cierto que el compañero Mario Delgado ganó dos de tres encuestas, al promediarlas resultó un empate técnico con Porfirio Muñoz Ledo.
En los Lineamientos que todas y todos los participantes firmaron en el Instituto Nacional Electoral se establece que, en caso de empate, habrá una tercera encuesta. Los dos diputados finalistas aceptaron y firmaron estos Lineamientos; y es de su conocimiento que Porfirio Muñoz Ledo perdió en dos de las tres encuestas que la gente respondió para elegir al presidente de Morena.
A pesar de la existencia de reglas y de que estamos ante un empate, Porfirio pretende sorprender y agandallar a la mala: se proclama ganador de una contienda que aún no termina y, desesperado por los cargos, anuncia que irá a las oficinas de Morena a tomar posesión como presidente. Para eso sí saldrá de la comodidad de su biblioteca, lo que no hace para escuchar a las bases.
Ha faltado a sesiones del Congreso donde su presencia era necesaria para acabar con la opacidad y la corrupción en el manejo de los recursos públicos, quizá para no evidenciar su oposición al proyecto de la Cuarta Transformación, pues en muchas ocasiones ha votado en contra de las propuestas del presidente y del gobierno en turno.
Tampoco ha salido para acompañar a los compañeros candidatos en Hidalgo y Coahuila, que están a punto de enfrentar complicados procesos electorales.
Porfirio fue un demócrata en comparación con un régimen brutal y cerrado como fue el del PRI, pero nos queda mucho a deber en un auténtico régimen democrático, sobre todo lealtad y respeto hacia el proyecto de la Cuarta Transformación. A sus compañeros diputados, a mí particularmente,