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A SEATTLE SEAHAWKS EN ALEMANIA Y SUMARON SU SEGUNDA VICTORIA EN FILA
En una constante que ha envuelto a los juegos internacionales a lo largo de esta temporada, Múnich no podía quedarse sin su final dramático. Los Buccaneers dominaron el trámite del encuentro, sin embargo los Seahawks apretaron las cosas en el último cuarto. La reacción no fue suficiente y Tampa Bay se llevó la victoria 21-16, la segunda consecutiva y que de alguna manera deja ver que Tom Brady está de vuelta. Por si fuera poco, el quarterback sumó un nuevo récord a su carrera, al convertirse en el primer mariscal de campo en ganar y lanzar touchdown en cuatro países distintos, toda vez que lo ha hecho en Estados Unidos, México, Inglaterra y ahora Alemania; en los juegos internacionales el GOAT suele ser una garantía, al tener un récord de 4-0 con un registro de 12 touchdowns.
La inoperancia que había mostrado la ofensiva de los Buccaneers en las semanas previas quedó en el olvido. Tampa Bay fue capaz de mover las cadenas con éxito. El mariscal de campo se vio certero en sus envíos y los receptores volvieron a hacer jugadas grandes. El efecto impactó hasta en Julio Jones, antiguo maestro en esas artes y que, sin embargo, llevaba tiempo apagado. El ex de los Falcons se escapó a la zona prometida y con un juego físico ingresó a las diagonales para poner los primeros puntos, poco más tarde, Leonard Fournette, por tierra, aumentó la venta sin que los Seahawks pudieran hacer algo.
Pero si algo tiene la NFL es su capacidad de plantear escenarios propicios para las sorpresas. Cuando los Buccaneers amenazaban con anotar una vez más, una jugada desastrosa donde Brady se colocó de receptor terminó en intercepción, el quarterback se cayó al momento de que Fournette lanzó el pase y el balón llegó al defensivo. Aunque Seattle no pudo capitalizar el error debido a un fumble de Smith en la zona roja.
Tampa Bay notó eso y no quitó el pie del acelerador, y de no ser por un touchdown de Chris Godwin al arranque del último cuarto la cosa se habría puesto complicada. La ventaja le permitió a los Buccaneers resistir un poderoso embate de los Seahawks, quienes se acercaron peligrosamente con touchdowns de Lockett y Godwin. Aunque Seattle buscó una última serie milagrosa, los Bucs se terminaron el reloj con un poderoso ataque terrestre, protagonizado por el novato Rachaad White, quien superó las 100 yardas.