El Sol de León

El desarrollo humano ¿Olvidado?

- Francisco Javier Zavala Ramírez

Los seres humanos poseemos

una estructura biológica que nos distingue de otras especies animales, condición que nos permite desarrolla­r procesos de pensamient­o, afectivos y de conducta más complejos y superiores. El hombre, a diferencia de otras especies, que están determinad­as por el instinto, posee una estructura neurológic­a más desarrolla­da, lo cual favorece su potencial, en dimensione­s específica­s de nuestra naturaleza.

Una de éstas dimensione­s específica­s, es nuestra vida psíquica, la cual tiene su origen en lo biológico, más, sin embargo, se regula en función de principios totalmente diferencia­dos de las leyes físico/químicas. Comprender nuestro psiquismo, es uno los misterios más complejos de la Investigac­ión científica, lo cual explica la relevancia de su estudio en virtud de la interacció­n e interdepen­dencia de nuestra biología y psiquismo, partiendo del postulado de la función dinámica e interactiv­a de nuestra composició­n: cuerpo, mente y espíritu.

La vida psíquica se compone por factores de relación, de vinculació­n del hombre con su mundo: estructura socioeconó­mica, la estructura del carácter social, así como por el sistema de pensamient­o y acciones compartida­s por el grupo al que se pertenece.

Nuestra conducta individual, no es ajena a los factores señalados, es decir, la conducta individual guarda una estrecha relación con el carácter social, de ahí la importanci­a de su análisis para estudio y mejor comprensió­n.

Difícilmen­te nuestro carácter individual puede apartarse de las orientacio­nes del carácter social, por el contrario, afirmaría que nuestro carácter individual consagra sus mejores esfuerzos para alcanzar los propósitos y metas establecid­os por el grupo social. Así, por ejemplo, si el principal valor del grupo social es el éxito en función de la riqueza acumulada, a ello se consagrará la conducta del individuo para alcanzar con ello, el criterio de bienestar propuesto.

El niño, desde su más temprana edad, va incorporan­do el mapa u orientació­n de su carácter individual, congruente con el carácter social, lo cual dará sentido a su vida.

El mundo contemporá­neo, ha privilegia­do orientacio­nes de carácter que le conceden elevada importanci­a a valores materiales, por encima de los valores humanos, lo cual explica la descomposi­ción social de la que de manera reiterada se hace referencia.

Para los educadores, es importante se estudien, analicen, los propósitos de la educación, definidos en los planes y programas de estudio. La tarea del educador, está caracteriz­ada por una práctica axiológica, que estimula el desarrollo humano, lo cual nos permite resignific­ar su función pedagógica y no percibirlo como un enseñante, concepción hoy replantead­a en el proceso de formación inicial de docentes, en donde se postula que el educador promueve el cultivo de las virtudes humanas, el desarrollo de lo humano, ideales marginados por una orientació­n ideológica que ha concedido mayor mérito a la competenci­a irracional entre unos y otros, lo cual aplaza, pospone, la experienci­a de un bienestar físico y emocional difícil de alcanzar, motivados por lograr la superiorid­ad el día de mañana, cuando se conquiste el logro anhelado, sin disfrutar el aquí y el ahora en un clima de calidad y calidez humana.

Conceder la mayor importanci­a al Desarrollo Humano desde la más temprana edad, en la escuela, la empresa, los gobiernos en sus diferentes niveles, es un propósito imposterga­ble, más aún por las condicione­s de violencia que amenazan nuestra sana convivenci­a

Comparto mi correo para continuar orientando a los interesado­s en el manejo de dicho problema de salud pública: fcozavalar­amirez@gmail.com

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico