CAMBIO CLIMÁTICO
En los estados de Veracruz y Chiapas, que son los principales productores mexicanos de este grano, la situación no es la más promisoria, de acuerdo con los propios cafetaleros
“Aún no hay un estimado de cuánta podría ser la producción en cada región, el ciclo todavía no concluye, pero ya no hay mucho café en las fincas”
ALEJANDRO PETRONA
MOVIMIENTO NACIONAL CAFETALERO
El café, una de las bebidas favoritas en el mundo y de la cual se consumen dos mil 250 millones de tazas al día, sufre también los estragos del cambio climático, ya que las temperaturas en aumento reducen las tierras aptas para su cultivo y afectan su crecimiento, lo que se traduce en alteraciones del sabor, aroma y complejidad de la bebida.
Un estudio de World Coffee Research, organización formada por la industria mundial del café, señala que a medida que el mundo se calienta, los agricultores del café necesitan sembrar a mayores altitudes, pues el grano requiere un clima tropical con noches frescas y condiciones de humedad adecuadas, las cuales se están perdiendo en los trópicos, región donde tradicionalmente se produce el grano.
Por ello, los productores están abandonado el cultivo de la variedad arábica, que genera una bebida más aromática y suave al paladar, tiene menos cafeína, pero de producción más delicada, por la robusta que es más resistente al clima, plagas y condiciones adversas, aunque genera una bebida de sabor muy amargo y terroso.
“Robusta no es una solución milagrosa para el cambio climático”, dijo Jennifer Vern Long, directora de World Coffee Research, en octubre pasado a Bloomberg.
En México, que es el noveno productor mundial de café, con más de 260 mil toneladas cultivadas al año, los productores padecen el cambio climático pues este alteró la temporada de siembra, lo que hace que se esté produciendo un café de menor calidad y por ende están dejando de lado la variedad arábica y sembrando más robusta.
En Veracruz, Horacio Xicoténcatl, quien es comercializador y productor del grano, alertó que comunidades enteras han dejado de cultivar café por el cambio climático, como Sábana Larga, comunidad ubicada a media hora de Córdoba, donde la última cosecha fue hace más de seis años.
"Antes se producía café a mil 200 metros sobre el nivel del mar, luego a mil 600 metros, pero ya eran almendras muy pequeñas; hoy en día estamos viendo que hay cafés a dos mil 500 metros sobre el nivel del mar. Quiere decir que el calentamiento global ha hecho que el café se comience a cultivar en zonas cada vez más altas, precisamente porque el calentamiento va acabando con el cultivo", dijo.
En el estado, el gobierno británico, a través de su embajada, aplica desde el año pasado un programa para rescatar la producción de café, pues un estudio estima que si las temperaturas siguen aumentando, 58 por ciento de la producción de café se perderá para el año 2040.
Veracruz es el segundo productor nacional de café, por debajo de Chiapas, y se enfoca en la siembra de la variedad arábica en la mayoría de sus regiones, que suman alrededor de 150 mil hectáreas.
El presidente del Movimiento Nacional Cafetalero, Alejandro Petrona Sanfilippo, señaló que la producción del ciclo 2023-2024 será menor, pues se adelantó dos meses la cosecha.
“Tengo entendido que aún no hay un estimado de cuánto podría ser la producción en cada región, el ciclo todavía no concluye, hasta marzo, pero ya no hay mucho café en las fincas… El tema del clima es muy importante porque nos están afectando los cambios que existen, entonces también la contaminación de los mantos acuíferos nos está afectando” dijo.
En Chiapas, que es el primer productor nacional de café, los agricultores también han tenido que reubicarse geográficamente hacia regiones más altas, indicó el director del Centro Agroecológico San Francisco de Asís (Casfa), Iván Román Noriero.
Señaló que el aumento de la temperatura, que en la región del Soconusco —sur de Chiapas—fue entre uno y dos grados centígrados en los últimos años, favorece la presencia de plagas que afectan al café.
“El cambio climático y el calentamiento global facilitan la aparición de diversas plagas o las que ya existen se refuercen, como es el caso de la roya, que
Los productores están abandonando el cultivo de la variedad arábica, que genera una bebida más aromática y suave al paladar, por la robusta que es más resistente al clima, pero genera una bebida de sabor amargo y terroso
desde su incidencia en esta región se han desarrollado más y se han vuelto más resistentes”, dijo.
En el estado, una parte de los productores dejan la siembra de arábica por robusta, pues es más fácil de cultivar y se han beneficiado de contratos con empresas trasnacionales, pues esta variedad es la utilizada para elaborar el café soluble.
EN EL MUNDO LA SITUACIÓN NO ES MEJOR
Varias zonas productoras de café en el mundo también enfrentan sus propios retos, mientras que muchos consumidores ahora piensan en la posibilidad de buscar un café sustentable, para no ser parte del problema.
De acuerdo con Spencer M.ross, profesor asociado de marketing, en Umass Lowell, esa puede ser una decisión difícil para los consumidores, quienes se encuentran ante muchas opciones y poca información confiable.
“Como entusiasta del café y profesor de marketing que investiga la justicia de mercado, durante mucho tiempo me ha fascinado cómo se entrelazan la ética y el consumo de café. Antes de la pandemia, mi familia adoptó un gato y lo llamó Yukro, en honor a una comunidad productora de café en Etiopía. Mientras estábamos en cuarentena en casa, pedí café originario de Yukro a tantos tostadores como pude encontrar para tratar de entender cómo se suponía que los consumidores debían tomar una decisión informada”.
“Paradójicamente, cuanta más información recogía, menos sabía cómo tomar una decisión responsable. De hecho, investigaciones anteriores han indicado que la sobrecarga de información aumenta la paradoja de la elección; esto no es diferente cuando se tiene en cuenta la información ética. Además, como ocurre con mucha información de cara al consumidor, puede resultar difícil saber qué información es relevante o creíble”, añade.
De acuerdo con Spencer M.ross, los especialistas en marketing intentan simplificar esta sobrecarga utilizando palabras de moda que suenan bien pero que tal vez no transmitan muchos matices. Sin embargo, se pueden considerar algunos de estos términos al intentar decidir entre “cien por ciento colombiano” y la familia Vieira.
COMERCIO JUSTO
Como punto de referencia, la industria del café suele utilizar el “precio C”: el precio negociado en la Bolsa Intercontinental de Nueva York por una libra de café listo para la exportación. El “comercio justo” implica que el café se comercializa de manera justa, a menudo con el objetivo de pagar a los agricultores precios mínimos –y primas fijas– superiores al precio C.
Existen algunas certificaciones de comercio justo diferentes, como Fairtrade America o Fair Trade Certified. Cada uno de ellos tiene sus propios estándares de certificación voluntarios vinculados con la organización asociada. Sin embargo, obtener la certificación puede suponer un coste adicional significativo para las explotaciones agrícolas o los importadores. * Con información de Roberto Téllez y Adriana Luna, de El Sol de Córdoba, Marvin Bautista, de Diario del Sur y The Conversation.
“Me gusta ayudar a las causas animalistas. Así fue que me enteré de Benito y decidí crear la petición en change.org. Jamás pensé que se iba a hacer viral”
LAURA SÁNCHEZ ACTIVISTA
ANA FÉLIX ACTIVISTA
El traslado y llegada de la jirafa Benito a Africam Safari en Puebla, fue una travesía mucho más larga que los casi 2 mil kilómetros de viaje desde Ciudad Juárez. Su historia comenzó en mayo de 2023, cuando llegó al Parque Central en esa ciudad fronteriza.
Ana Félix, activista a favor de los derechos de los animales, platicó con la organización “Somos su voz” a la que pertenece y que entre otras cosas, tiene un refugio para perros:
“A mí me llamaba la atención la anterior jirafa, Modesto, que teníamos también aquí en Juárez, y que duró 22 años, un ejemplar que vivió en pésimas condiciones y murió en total soledad, en ese entonces yo no era activista, pero desde hace dos años empezamos a trabajar fuerte con el tema de bienestar animal”.
“No podemos dejar que se repita la historia de Modesto”, eso fue lo que Ana Félix le dijo a su organización, quienes desde mayo empezaron a trabajar para que Benito no se quedara estancado 22 años como le pasó a la otra jirafa. “Es que ni Modesto ni Benito tuvieron los cuidados necesarios, ni siquiera los mínimos”, asegura.
La organización comenzó a trabajar, armaron un equipo que dio la lucha por más de nueve meses “te puedo decir que tocamos todas las puertas, en Semarnat, en Profepa, en gobierno del estado, en todas las dependencias que nosotros sabíamos que podían y tenían que actuar pero todas las puertas estaban cerradas, nadie nos escuchó hasta que la situación se hizo mediática y empezó la presión social, que fue la manera con la que al final de cuentas la gobernadora accedió a recibirnos y a escucharnos.
“El tema es delicado: un animal de vida silvestre en un parque común y corriente, que no es un zoológico, que no tiene el personal con la experiencia ni el conocimiento necesario en animales de vida silvestre”, comenta Félix.
EL PAPEL MEDIÁTICO Y DE LAS REDES
El 6 de junio de 2023, Laura Sánchez comenzó una petición por la plataforma Change.org. En ella, pedía al Coordinador General del Comité Directivo del Parque Central, Rogelio Muñoz Sapien, que se liberara a Benito para llevarlo a un lugar en el que tuviera las condiciones necesarias de vida, y que no estuviera aislado. La petición mencionaba también a Modesto: “Este parque de Ciudad Juárez tenía otra jirafa en situaciones similares llamada Modesto el cual sufrió por años en silencio, solo en un espacio reducido sin un solo árbol o vegetación, en condiciones deplorables y con una dieta dictada principalmente por los visitantes del parque. Con temperaturas que llegaban hasta -14 grados en invierno y veranos con sol insoportable,
Modesto sufrió en silencio en su vida solitaria hasta morir”.
La petición juntó rápidamente más de 160 mil firmas y logró que el asunto llegara a redes sociales. Desde esa fecha, las demostraciones de afecto a Benito y las exigencias de justicia se hicieron presentes y virales.
Laura Sánchez también es activista y vive en El Paso, pero trabaja con organizaciones de Ciudad Juárez, aunque no forma parte de ninguno de ellos. “Me gusta mucho ayudar a las causas animalistas. Así fue que me enteré de Benito, y decidí crear la petición en change.org. Jamás pensé que se iba a hacer viral, entonces de ahí la gente empieza a enterarse y educarse sobre Benito”.
Era importante que supieran que el Parque Central no es un zoológico, que la jirafa estaba sola cuando las jirafas son de manada. “La gente empieza a pasar la voz y se empieza a difundir la petición y de allí empiezan a contactarme medios y la gente a interesarse. En menos de tres meses alcanzamos casi 150 mil firmas y gente de todo el mundo empezó preguntar cómo podían ayudar y añade Laura Sánchez.
Ambas activistas señalan que en un principio no pensaron que se lograría el objetivo, pues todas las puertas parecían cerradas. Sin embargo, las marchas, las peticiones, la viralidad y la insistencia ante todas las dependencias locales, comenzaron a dar frutos, al grado que el asunto se trató en la conferencia mañanera en Palacio Nacional, lo que le dio aún más exposición. La prensa nacional destacó el casó y también llegó a medios internacionales.
“El 12 de diciembre, la gobernadora Maru Campos nos atendió -Señala Ana Félix- nos escuchó, le dimos todo el panorama de esa jirafa y ella hizo el compromiso y ya vimos una luz de esperanza”.
Benito llegó este 23 de enero a Africam Safari, pero su travesía comenzó desde que fue llevada a Ciudad Juárez procedente de Sinaloa, y con la batalla de más de nueve meses que iniciaron estas dos activistas, cada una desde su trinchera, hasta que la jirafa se encuentra ya con los de su especie.
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Muchos factores afectan la cantidad de fibras que se liberan, incluido el tipo de tela, la acción mecánica, los detergentes, la temperatura y la duración del ciclo de lavado
JUDITH WEISS*
Los microplásticos están apareciendo en todas partes, desde las cimas de montañas remotas hasta las profundas fosas oceánicas. También se encuentran en muchos animales, incluidos los humanos. Los microplásticos más comunes en el medio ambiente son las microfibras, fragmentos de plástico con forma de pequeños hilos o filamentos que provienen de muchas fuentes, incluidas las colillas de cigarrillos, las redes de pesca y las cuerdas, pero la fuente más importante son las telas sintéticas, de donde se desprenden constantemente.
Los textiles desprenden microfibras mientras se fabrican, se usan y se desechan, pero especialmente cuando se lavan. Una sola carga de lavado puede liberar varios millones de microfibras. Muchos factores afectan la cantidad de fibras que se liberan, incluido el tipo de tela, la acción mecánica, los detergentes, la temperatura y la duración del ciclo de lavado.
Mi investigación se centra en la ecología costera y la contaminación del agua, incluido el trabajo en marismas y estuarios de Nueva York y Nueva Jersey que se ven muy afectados por las actividades humanas.
La buena noticia es que hay cosas que podemos hacer para reducir la contaminación por lavadora. microplásticos de nuestra
DE LA TELA AL AGUA Y AL SUELO
Una vez que las prendas liberan microfibras en las lavadoras, las fibras ingresan al flujo de aguas residuales, que generalmente va a una planta de tratamiento de aguas residuales. Las plantas de tratamiento avanzadas pueden eliminar hasta el 99 por ciento de las microfibras del agua. Pero como una sola carga de ropa puede producir millones de fibras, el agua tratada que sale de la planta todavía contiene una gran cantidad de ellas.
Las microfibras que se eliminan durante el tratamiento terminan en lodos de depuradora, una mezcla de materiales sólidos que se procesa para eliminar patógenos. En muchos casos, los lodos de depuradora tratados se aplican al suelo como fertilizante. Esto permite que las microfibras entren al aire y al suelo, y sean transferidas a los organismos del suelo y a la red alimentaria terrestre o absorbidas por los cultivos.
Las microfibras textiles también contienen sustancias químicas adicionales que se ha demostrado que son tóxicas, como tintes para telas, agentes antiarrugas y retardantes de llama. Además, los contaminantes presentes en el agua, como metales y pesticidas, pueden adherirse a las partículas de microplásticos, convirtiéndolas en un verdadero cóctel de contaminantes que pueden transferirse a los animales que las comen.
LAVAR DE FORMA MÁS SOSTENIBLE
No todas las telas pierden microfibras al mismo ritmo. Una tela de tejido suelto que se siente esponjoso o borroso, como el vellón, arroja más que una de tejido apretado. Si bien las prendas hechas de fibras naturales, como el algodón y la lana, parecen ser una solución, lamentablemente también arrojan microfibras que pueden recoger contaminantes del medio ambiente.
Algunos científicos y fabricantes textiles están desarrollando telas que desprenden menos pelo que las existentes, gracias a características como fibras más largas y revestimientos para reducir el desprendimiento.
Mientras tanto, aquí hay algunas formas de reducir la pérdida de microfibra de la ropa:
Lava la ropa con menos frecuencia. Lavar cargas completas en lugar de cargas parciales reduce la liberación de microfibras porque las prendas están expuestas a menos fricción durante el ciclo de lavado.
Utiliza agua fría, que libera menos microfibras que la caliente.
Usa menos detergente, ya que este aumenta la liberación de microfibras.
Utiliza una lavadora de carga frontal, cuya acción de giro produce menos liberación de microfibra.
Seca la ropa en un tendedero. Pasar la ropa por la secadora libera microfibras adicionales al aire desde el respiradero de la secadora.
Filtra tu agua de lavado. Hay varias marcas de filtros externos disponibles que se pueden instalar en lavadoras existentes y que pueden eliminar hasta el 90 por ciento de las microfibras del agua de enjuague.
* Profesora Emérita de Ciencias Biológicas, Universidad Rutgers - Newark.