Gabo, un colombiano arraigado en México
Desde su exilio, el escritor Gabriel García Márquez mantuvo una relación fraternal con nuestro país
Un jueves santo de hace 10 años, murió Gabriel García Márquez; su último suspiro fue en la capital del país donde se exilió en 1981 y donde en los años 60 escribió su obra maestra, Cien años de soledad.
“Sin demeritar su nacionalidad, bien podemos decir que Gabriel García Márquez también es un escritor mexicano, porque aquí escribió su obra más importante. Fue y sigue siendo un autor muy querido en México, no sólo por la gran calidad de su escritura, sino por su calidad humana. Hay muchas historias de personas que lo trataron y lo conocieron, para quienes mostró una gran cordialidad, una gran calidez.
“Fue un autor de un temperamento muy sencillo, con un gran interés por escuchar a los otros. Además de que este es el país donde crecieron sus hijos. México fue para él como una segunda patria”, comenta en entrevista con El Sol de México, el escritor Geney Beltrán, coordinador ejecutivo de la Casa Estudio Cien Años de Soledad, .
En 1961 vino por primera vez, tras ser amenazado por el exilio cubano, debido a sus publicaciones periodísticas, mientras
vino por primera vez, tras ser amenazado por el exilio cubano, mientras él era corresponsal de la agencia Prensa Latina en Nueva York
EN 1961
soledad
Cien él era corresponsal de la agencia cubana Prensa Latina en Nueva York. Entonces García Márquez llegó aquí y trabajó como editor en revistas y agencias publicitarias.
Aunque ya tenía parte de su obra publicada, Gabriel García Márquez aún no era la gran figura internacional en que se convertiría más tarde. El poeta y escritor Álvaro Mutis lo presentó ante la intelectualidad mexicana, la cual fue definitiva para la escritura de Cien años de soledad y su obra subsecuente.
“La relación de Gabo con los intelectuales
JUAN CAMILO RINCÓN PERIODISTA
mexicanos fue esencial. Fue por Mutis que conoció a Carlos Fuentes, al cual convirtió en uno de sus más grandes amigos. Con él entabló grandes conversaciones sobre sus obras durante el periodo del boom latinoamericano, del cual ambos fueron piezas claves” afirma el periodista colombiano Juan Camilo Rincón, autor del libro Colombia y México: entre la sangre y la palabra.
“También fue importante porque mientras escribía, había algunos jóvenes que serían grandes intelectuales, digamos Carlos Monsiváis y José Emilio Pacheco, quienes le ayudaban con sus investigaciones, porque él no tenía tiempo. Después, cuando Gabo se va a Europa y vuelve, vuelve como una luz, pero ya no sólo para México sino para toda América Latina, consagrado por el Premio Nobel”, agrega el periodista.
GABO, RULFO Y EL CINE
Camilo Rincón también menciona la importancia de la obra de Juan Rulfo, principalmente de la novela Pedro Páramo, la cual tuvo una gran en la escritura de Cien años de soledad.
“Siempre vuelvo a releerlo completo, y siempre vuelvo a ser la víctima inocente del mismo asombro de la primera vez. No son más de trescientas páginas, pero son casi tantas y creo que tan perdurables como las que conocemos de Sófocles. Así es mi admiración por Rulfo”, expresó García Márquez a la revista Vogue, en 1981.
El colombiano también escribió adaptaciones para cintas como El gallo de oro (1964), con argumento de Juan Rulfo, y Patsy mi amor (1968), basada en un cuento Elizondo. También trabajó Tiempo de morir (1966), de
Fuentes.