“La campaña se convirtió en una ola aplastante, no puede ser detenida”
XI JINPING
Los dirigentes son evaluados por su posición, principios, compromiso, disciplina, integridad política y personal, y serán responsables de los fallos en dichos aspectos.
Un texto reciente del PCCH enfatizó en la determinación de persistir en la batalla contra las malas prácticas, así como separar de sus filas “sin miramientos” a aquellos que tengan una actitud en público y otra en un círculo privado.
“La plena y estricta gobernanza del Partido no puede ser abandonada a medio camino (…) Debemos concentrarnos en resolver los problemas,mantener la determinación estratégica y asegurar el estricto autogobierno del Partido sin pausa”, precisó el documento.
Recordó que este 2018 es crucial porque se cumplen 40 años de la reforma y apertura, y tomarán más fuerza las acciones por construir una sociedad modesta- mente próspera y moderna, lo cual quiere de mayor transparencia.
Es por ello que los esfuerzos se concentrarán en los encargados de programas de reducción de la pobreza, un tema prioritario en la agenda económica del Estado.
Con ese propósito, se prevé arreciar la vigilancia sobre los funcionarios del gobierno y del partido a fin de que cumplan con los proyectos emprendidos para sacar a más personas de esa condición.
Sólo el año pasado recibieron sanciones 159 mil 100, la mayoría involucrados en planes de reducción de la pobreza, y se recuperaron 730 millones de yuanes (más de 111 millones de dólares) pertenecientes al fondo destinado a esos programas.
El foco recaerá en el desfalco y mal uso del capital estatal, los sobornos, el nepotismo, así como sobre los llamados estilos de trabajo indeseables como la burocracia, extravagancia, hedonismo, engaño y otros hábitos comunes en el país.
Xi Jinping advirtió que los inculpados por corrupción no tendrán oportunidades de ascenso dentro del PCCH y aquellos que huyan tarde o temprano enfrentarán a la justicia por sus errores.
De hecho, en colaboración con la comunidad internacional China logró atrapar en el exterior a más tres mil fugitivos de la justicia vinculados con delitos contra los bienes del Estado.
Como toda tarea humana, la batalla anticorrupción del gigante asiático no está exenta de detractores y críticos que la consideran demasiado dura, pues incluso se ha disparado la tasa de suicidios entre los salpicados por esos crímenes.
Sin embargo, Xi sostiene que lograr un gobernanza limpia y honesta es determinante para la supervivencia del Partido y la materialización de los planes de revitalización social, económica y política a mediados de siglo.
“Si no hubiéramos ofendido a cientos de funcionarios corruptos, habríamos ofendido a mil 300 millones de chinos”, dijo, al exhortar a los encargados de librar la contienda a “morder los huesos más duros de roer y atrapar a las papas más calientes” para atacar el problema de raíz.
Sin embargo, Xi admitió que se trata de una lucha sin fin, pues históricamente tiene altibajos y en la actualidad es más compleja debido a la recurrencia e insolubilidad de viejas prácticas. re-