Alemania, adicta al carbón
BONN, Alemania. Por un lado, el jefe de la ONU, Antonio Guterres, advertía que un futuro basado en combustibles de origen fósil es “insostenible” en la COP23 durante la primera conferencia del clima que se celebra desde que el presidente de Estados Unidos anunció que abandona el Acuerdo de París.
Por el otro, la canciller alemana, Angela Merkel, cabalgaba en la contradicción de ser uno de los líderes que abandera la lucha contra el cambio climático y, a la vez, encabezar un país que depende cada vez más del carbón.
Merkel fue ayer una de las encargadas de abrir el tramo político de la Cumbre del Clima de Bonn (COP23), alentando a los representantes de cerca de 200 países a dar pasos para llevar del papel a la realidad el Acuerdo de París de 2015 para luchar contra el calentamiento global.
Pero a la puerta de la conferencia le esperaban desde primera hora de la mañana varias decenas de manifestantes de distintos colectivos ecologistas que extendieron para la canciller una pancarta de 80 metros exigiéndole el fin del uso del carbón en Alemania.
Merkel instó a la acción en política medioambiental, pero reconoció que su país sufre cierta dependencia del carbón y que no es tarea fácil reducir las emisiones por motivos políticos, sociales y económicos.
El asunto es uno de los mayores escollos de las negociaciones entre el bloque conservador que apoya a la canciller y las otras dos fuerzas con las que quieren formar gobierno: Los Verdes y el Partido Liberal.
La COP23 ha movilizado a miles de personas en los últimos días para manifestaciones y acciones como la irrupción en la mina de Hambach o la persecución de una barcaza con carbón en el Rin.
de la produccióneléctrica alemana proviene del carbón
AFP y EFE