Ivanka y el fugitivo de Panamá
Revelan un oscuro negocio inmobiliario de los Trump
PANAMÁ, Panamá.- En la primavera de 2007, una serie de extranjeros, muchos de ellos provenientes de Rusia, llegaron al aeropuerto de la Ciudad de Panamá para ser recibidos por un chofer que los condujo en un Cadillac blanco con el logo de Donald Trump en un costado.
La limusina pertenecía a la empresa Homes Real Estate Investment & Services, encabezada por un exvendedor de autos brasileño llamado Alexandre Ventura Nogueira, que ofrecía a los visitantes la oportunidad de invertir en el último proyecto de Trump: una torre de 70 pisos bautizada Trump Ocean Club International Hotel and Tower.
Era el primer hotel internacional de quien se convertiría en presidente de Estados Unidos, un conjunto que incluía departamentos residenciales y un casino en un edificio en forma de vela frente al mar.
Una de las personas a las que Nogueira quería impresionar era Ivanka, la hija de Trump. Nogueira dijo que se reunió y habló con Ivanka "muchas veces" cuando ella manejaba la participación de Trump Organization en el emprendimiento de Panamá. "Ella se acordaría de mí", dijo en entrevista.
Ivanka estaba tan encantada con su habilidad para las ventas, dijo Nogueira, que le ayudó a llegar a ser uno de los principales agentes del desarrollo e, incluso, apareció con ella en un video promocionando el proyecto.
Una investigación de Reuters, en conjunto con la cadena estadounidense NBC News, sobre el financiamiento del Trump Ocean Club reveló que Nogueira fue responsable de entre un tercio y la mitad de las ventas anticipadas del proyecto.
Además descubrió que hizo negocios con un colombiano que más tarde fue condenado por lavado de dinero y ahora está detenido en Estados Unidos, con un inversionista ruso que fue enviado a prisión en Israel en la década de 1990 bajo cargos de secuestro agravado por amenazas de muerte, y con un inversor ucraniano que fue arrestado por presunta trata de personas mientras trabajaba con Nogueira y más tarde fue condenado por una corte en Kiev.
Tres años después de participar en el proyecto Trump Ocean Club, Nogueira fue detenido por las autoridades panameñas bajo cargos de estafa y falsificación no relacionados con el emprendimiento de Trump. Después de haber sido liberado con una fianza de 1.4 millones de dólares, huyó del país.
LA RUTA DEL DINERO
Trump puso su nombre al desarrollo y llegó a ganar hasta 75 millones de dólares con él, según el prospecto de un bono para el proyecto. El empresario no tuvo control administrativo sobre la construcción ni tampoco la obligación legal directa de investigar a otras personas involucradas.
Las fuentes del dinero para otros proyectos inmobiliarios en los que Trump licenció su nombre han estado bajo escrutinio este año. En marzo, una revisión de Reuters halló que al menos 63 personas con pasaportes o direcciones rusas compraron propiedades con un valor combinado de 98.4 millones de dólares en siete torres de lujo con la marca Trump en el sur de Florida.
Entre los compradores figuraban hombres de negocios con conexiones políticas y funcionarios rusos de segundo y tercer nivel.
PROYECTO MILLONARIO
La participación de Donald Trump en el Ocean Club empezó en 2005, cuando el promotor local Roger Khafif viajó a la Torre Trump en Nueva York para presentar la idea de un proyecto en Panamá. Khafif contó que le dijo al magnate estadounidense que
sólo tenía que licenciar su nombre y aportar la administración del hotel. Esta manera de hacer negocios liberó a Trump de la carga de adquirir una participación o de realizar una garantía personal.
En una entrevista con Reuters, Khafif recordó que Trump quiso usar el proyecto de Panamá como el "bebé" de su hija Ivanka, que recién había entrado en la Trump Organization, para ganar experiencia en el negocio de bienes raíces.
Nogueira dijo que se involucró con el proyecto Trump Ocean Club durante reuniones tempranas de ventas en 2006 en Panamá, organizadas por Khafif, a quien ya conocía.
Ivanka Trump y otros agentes de bienes raíces estaban allá, dijo. Él recordó haber escuchado cuando discutieron un precio mínimo de 120 mil dólares por condominio. Nogueira dijo que se levantó y apuntó que el precio era del nivel cobrado en desarrollos ordinarios. "Aquí está vendiendo Trump. Hay que darle un valor a ese nombre. ¡Que sean 220 mil dólares!".
Nogueira dijo que en los meses siguientes discutió la promoción y las ventas con Ivanka en Panamá, Miami y Nueva York. También dijo que fue parte de un grupo, junto con Khafif, que viajó con Ivanka en un jet privado para evaluar un lugar prospectivo para otro proyecto Trump en Cartagena, Colombia.
PLANES CON IVANKA
Aunque Donald Trump no era el dueño del proyecto en Panamá, la Trump Organization participó en muchos detalles, incluso hasta "elegir los muebles y el equipamiento", dijo Nogueira. El proyecto era asignado a Ivanka en forma cotidiana. "Hablé con ella muchas veces, muchas veces". También se reunió con Donald Jr. y Eric Trump, aunque ellos aseguran no recordar al brasileño.
Documentos públicos revelan que Homes representó hasta la mitad de los 666 apartamentos que fueron vendidos por anticipado al prospecto del bono, dijeron personas involucradas en el proyecto.
Homes halló un mercado listo en Rusia. "A los rusos les gusta presumir", dijo Khafif, que participó de varios viajes de venta a Moscú. "Para ellos, Trump era el Bentley" de los bienes raíces.
Igor Anopolskiy, quien en 2007 era el representante de Homes Real Estate en Kiev, aparecía como director de cuatro compañías de inversión Trump Ocean de 131 que fueron abiertas. Registros policiales muestran que fue arrestado en marzo de ese año por presunto tráfico de personas, liberado un año después bajo fianza, y detenido de nuevo en 2013.
LA CAÍDA
La caída de Nogueira fue propiciada por un empresario colombiano llamado David Murcia Guzmán. Murcia fue imputado por lavado de dinero en noviembre de 2008, primero en Colombia y luego en Estados Unidos, y sentenciado a nueve años de prisión en Estados Unidos por conspirar para lavar dinero del narcotráfico. Después de cumplir seis años, se espera su deportación a Colombia, de acuerdo con su abogado Robert Abreu.
Días después de las acusaciones contra Murcia, la atención se centró en Nogueira. Roniel Ortiz, exabogado de Nogueira y Murcia, dijo que Nogueira se había ofrecido a lavar dinero de Murcia comprando departamentos a su nombre. Murcia "no podía llevar su dinero al banco", dijo Ortiz, así que Nogueira "se ofreció a ver cómo podía ayudar".
En 2013, Nogueira comentó en conversaciones grabadas de forma secreta por un exsocio comercial, que había lavado dinero como un servicio, moviendo decenas de millones de dólares de empresas y del narco a través de contactos en Miami y las Bahamas.
VENDIDOS COMO PAN CALIENTE
En los meses posteriores a la fiesta en Mar-a-Lago, las perspectivas para todos los involucrados en el Trump Ocean Club lucían prometedoras. En medio de una burbuja global de bienes raíces y con un discurso exitoso, las ventas sobrepasaron las expectativas. En noviembre de 2007 se emitió un prospecto de bonos a fin de levantar los fondos para la construcción. Para finales de junio de ese año, decía el prospecto, el proyecto había "prevendido aproximadamente el 64% de los condominios y unidades comerciales", garantizando al menos 278.7 millones de dólares al término del proyecto.
Trump dijo después, en un video promocional en 2011 previo a la apertura, que el proyecto se había vendido "como pan caliente".
Pero no todo el dinero recibido en la campaña de preventa habría sido canalizado para fondear el proyecto. Nueve exsocios y empleados de Nogueira afirmaron que en el Ocean Club y otros desarrollos Nogueira no entregó a los desarrolladores el dinero que había recibido o vendió las mismas propiedades a más de un cliente.
Demandas en Panamá registran al menos seis instancias de presunto fraude por Nogueira, tanto en el proyecto Trump como en otros. Dos de las quejas están en los llamados "Panama Papers", documentos de una firma de abogados local que fueron filtrados por el diario Süddeutsche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
Los presuntos fraudes no fueron el único costo para los inversionistas. Después del colapso global de los bienes raíces de 2008, cualquier posibilidad de ganancia rápida con el proyecto Trump se esfumó, menos para Trump.