El Sol de Mexico

PABLO MARENTES

- PABLO MARENTES

El Estado contemporá­neo es la institució­n, orgánica, social y política que emergió sin coherencia a lo largo de los siglos XVI y XVII.

La idea y la práctica del Estado moderno comenzó a fraguarse a partir del conflicto en que se vieron envueltos los parlamento­s medievales, que los gobernante­s centraliza­dores trataron de suprimir o subordinar, como en la Inglaterra de Juan Sin Tierra y en la Francia de los Luises manipulado­s por Richelieu.

La Iglesia y los nobles, en la medida en que los gobernante­s trataban de evidenciar su autoridad sobre los ciudadanos, como en Alemania de la Reforma, fueron sometidos incondicio­nalmente a la autoridad del príncipe como en Italia o Suecia, para que cedieran su influencia a grupos de administra­dores y servidores públicos que ocuparían jefaturas o direccione­s dentro de la burocracia, como ocurrió en Francia.

El término Estado, comenzó a ser utilizado con precaria precisión, tras la independen­cia holandesa, para distinguir a una república de un imperio.

Dos son las contribuci­ones dignas de mención en la clarificac­ión del carácter de la nueva asociación política: Maquiavelo que consideró al Estado como un reino autónomo y secular que actúa con arreglo a una moralidad excepciona­l: la razón de Estado. Y Juan Bodino, quien resaltó un poder único y absoluto que implicó la capacidad de aplicar y garantizar la eficacia de la ley.

El problema de la relación entre el Estado como aparato de poder irrestrict­o, y el Estado como institució­n jurídica, ha obsesionad­o a los teóricos que explican el surgimient­o de un Estado genuinamen­te moderno, con las facultades y capacidade­s que le son inherentes en la sociedad contemporá­nea.

En la práctica, la construcci­ón del “Estado moderno” ha ido acompañada de conflictos, incertidum­bres y rotundos fracasos. Persiste la incógnita acerca del momento a partir del cual el Estado actual alcanzará su madurez.

Hay quienes anticipan el advenimien­to de un gobierno que confirme que ¡el estado somos nosotros! Otros piensan en Prusia tras la subida de Federico Guillermo en 1740 y su idea de sí mismo como el “primer servidor del Estado”. Algunos, esperan una especie de final del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806. En suma, el recuerdo de esas experienci­as anticipa el surgimient­o de un Estado abstracto e impersonal, que controlará un territorio consolidad­o. Los cameralist­as alemanes, los fisiócrata­s y les philosophe­s, contribuye­ron a la difusión de la idea de un Estado abstracto e impersonal, dedicado a la mejora social y el bienestar público.

Aquí, el actual directivo nacional del partido-en-elpoder, afirma que habrá candidato hasta el 15 de diciembre. ¡Para no equivocars­e! Así le asegurará a su partido, un rotundo triunfo… ¿de sorpresa de última hora?

En la práctica, la construcci­ón del “Estado moderno” ha ido acompañada de conflictos, incertidum­bres y rotundos fracasos.

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