El Sol de Mexico

BAZAR DE LA CULTURA

David. El regreso a la tierra: cine sobre la identidad

- JUAN AMAEL VIZZUETT OLVERA

La adopción de David, un huérfano haitiano, resolvió su porvenir, pero dejó su pasado en el enigma. Anaïs Huerta, la directora de David. El regreso a la tierra (México, 2017) comenta que uno de los asuntos centrales de la película es la búsqueda de la identidad. “Es el regreso a sus orígenes para saber quién es, de dónde viene. Para una persona adoptada a edad temprana, no es una tarea fácil”.

David Larbre es legalmente un ciudadano francés, pero se siente un forastero. “Al tener un tono de piel diferente, siempre la gente le remite a una otredad, a que se es extranjero. Yo creo que, para todos los hijos de migrantes hoy en día en Europa, es una situación muy difícil saber quiénes son y de dónde vienen”, dice la cineasta.

Anaïs Huerta añade un aspecto importante: “Para una persona adoptada es aun más difícil. Porque finalmente no ha heredado una cultura de sus padres. Ahí existe un gran vacío que David necesita colmar para ser un adulto más seguro de sí mismo. Para estar más a gusto consigo mismo”.

El editor de la película, Pablo Enciso, agrega: “David tiene una doble necesidad de resolución de las cosas. Por un lado, realizarse de acuerdo con las exigencias de la sociedad donde vive, y por el otro, realizarse ante lo otro, aquello que desconoce, ante ese vacío. Logra doctorarse y cumple así un sueño de su padre adoptivo. Sin embargo, el vacío se mantiene. No sabemos si consigue resolverlo, pero por lo menos consigue enfrentarl­o”.

David resuelve viajar a su país natal, Haití. “Haití es un país muy particular. A mí en muchos aspectos me recordó mucho a México. La gente fue de una gran generosida­d con David. Lo adoptaron. Le dijeron: ‘Tú eres haitiano, tú naciste aquí. Bienvenido a tu casa de regreso’. No en todos los países te dirían lo mismo”, refiere la directora, quien fue con el protagonis­ta, David Larbre hasta la república antillana.

“Yo creo que para él lo primero fue descubrir esa isla que no conocía. Descubrir esa cultura. Saber qué sucedió con él durante el proceso de adopción, saber qué hicieron con él en el orfanato, recuperar sus papeles de nacimiento… Pero más allá de eso, era conocer a la isla y a su gente. Y como fue muy generosa esa relación humana, pienso que ahí recuperó algo que él necesitaba: ya puede poner muchas imágenes y recuerdos en el nombre de Haití”, reflexiona la documental­ista.

Anaïs Huerta refiere las contrastan­tes experienci­as entre filmar en Francia y filmar en Haití: “Después de un rodaje largo en Francia, donde todo se dio de manera algo compleja, donde la gente es menos amena, sobre todo en París y sus suburbios, con un invierno bastante duro, llegar a Haití y que todo el mundo se volcara a ayudarnos… Y sí puede ser violento, puede ser muy pobre, pero a mí me quedó un recuerdo extraordin­ario de los haitianos. Realmente fue la parte más bonita del rodaje y creo que esa generosida­d se le quedó a David.

“David está muy orgulloso de haber nacido ahí, porque sabe cómo es la gente y ya tenemos muy buenos amigos ahí. Fue recuperar una parte suya que desconocía y que al final le gustó mucho. A mí me encantó. ¡Con mucho gusto regresaría a Haití, la verdad!”, expresa Anaïs Huerta con gesto elocuente.

¿Cómo surgió la idea de llevar al cine la historia de David? Anaïs Huerta contesta: “David es uno de mis mejores amigos desde la adolescenc­ia. Ambos nacimos en distintas culturas. Siempre hablábamos de la identidad, del rechazo de una parte de la sociedad francesa hacia la gente de otro color; de esta generación nuestra que estaba muy mezclada y que a la postre no se plasma en muchos ámbitos de la sociedad francesa. Esa inquietud fue creciendo a nivel intelectua­l conforme fuimos estudiando los dos. Y un buen día surgió la idea de rodar una película juntos, porque yo empecé a filmar cine documental”.

El proyecto se puso en marcha y se le presentó a Imcine, que lo apoyó. Anaïs Huerta había triunfado con su ópera prime, Rehje en 2009. David. El regreso a la tierra forma parte de la selección oficial del Festival Zanate del Estado de Colima, el único festival de cine documental mexicano. Se celebra del 20 al 25 de noviembre de 2017. El segundo largometra­je de la directora competirá en la categoría Gran Premio Zanate.

Anaïs Huerta se formó originalme­nte en Ciencias Políticas, sin embargo, fue el cine lo que se convirtió en su oficio y su pasión. “Eso suele pasar mucho en el cine documental, venimos mucho de las humanidade­s”, dice la entrevista­da. Habrá que estar pendiente del Festival Zanate y del estreno de David. El regreso a la tierra. Es una película que deja su huella en quien la ve.

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CORTESÍA UN ASUNTO central de la película es la búsqueda de la identidad

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