"Son el enemigo del pueblo"
Un Estados Unidos dividido enfrenta la perspectiva de una amarga batalla partidista tras las elecciones; el presidente se adjudica "triunfo histórico"
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le dijo además que era una persona terrible. Mientras se enfrentaba verbalmente con el periodista de CNN durante una conferencia de prensa, se informaba que el fiscal general de EU, Jeff Sessions, fue despedido.
WASHINGTON, DC. El presidente Donald Trump confió en llegar a acuerdos con la nueva mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, pero amenazó con cerrar la puerta a esa cooperación y "paralizar el gobierno" con una "guerra" política si los progresistas abren investigaciones en su contra. Aunque perdió el control de una de las dos Cámaras del Congreso en las elecciones legislativas del martes, Trump perfiló ayer como "increíble" e "histórico" el resultado obtenido por su partido, e insinuó que su inminente batalla con la reforzada oposición al Ejecutivo le beneficiará de cara a su campaña de reelección en 2020. "Si eso ocurre (y me investigan), vamos a hacer lo mismo (contra los demócratas desde el Senado), y el gobierno se paralizará, y les echaré la culpa", dijo Trump en una rueda de prensa en la Casa Blanca. "Eso será mejor para mí políticamente. Creo que sería extremadamente bueno para mí políticamente, porque creo que soy mejor en ese juego que ellos", agregó. Preguntado por si no le sería posible negociar con los demócratas en temas legislativos al mismo tiempo que se opone a cualquier investigación en su contra, Trump respondió que no. "Si hacen eso, será la guerra", alertó. Los demócratas, que tomarán en enero las riendas de la Cámara Baja, han prometido reabrir la investigación del Comité de Inteligencia sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016, además de indagar en algunas políticas de Trump y usar su poder para exigir las declaraciones de impuestos del presidente. Sin embargo, Trump confió en llegar a acuerdos con los demócratas en temas como "infraestructuras y sanidad", e incluso insinuó que negociar con una mayoría demócrata en la Cámara Baja puede darle mejores resultados legislativos que los obtenidos hasta ahora, con un Congreso controlado por los republicanos. Tras perder el control de ambas Cámaras del Congreso en 2006, el entonces presidente George W. Bush admitió que habían "vapuleado" a su partido; mientras que Barack Obama resumió el resultado de las legislativas de 2010 como "una paliza", después de que los republicanos le arrebataran el dominio en la Cámara baja. Pero Trump no quiso reconocer ningún tipo de derrota en los comicios del martes, e insistió en que su partido logró "algo muy cercano a una victoria completa". PODER LIMITADO Trump dijo que espera trabajar con el Congreso en inmigración para financiar su muro fronterizo, así como para abordar la situación de miles de jóvenes inmigrantes, conocidos como dreamers, que viven en el país sin un estatus legal. Sin embargo, el presidente se encamina a enfrentar mayores restricciones cuando los demócratas tomen el control de la Cámara de Representantes. El diario colombiano El Tiempo consideró en su editorial que Trump tendrá que abandonar la promesa de construir un muro en la frontera con México, además de otra reforma tributaria o el fin de la reforma a la salud que se aprobó durante la administración de Barack Obama. Además, los demócratas seguramente bloquearán cualquier medida restrictiva en inmigración, consideraron analistas. En cuanto a las repercusiones en México de este resultado, el exsecretario de relaciones Exteriores durante el sexenio de Vicente Fox, Carlos Castañeda, señaló que en el caso del nuevo acuerdo comercial, el T-MEC, debe ser aprobado por mayoría simple en ambas Cámaras, y se necesitará un buen número de votos demócratas para ello, lo que "no será fácil". Con un liderazgo dividido en el Congreso y un presidente que ha adoptado una visión amplia del poder ejecutivo, Washington podría estar a las puertas de una polarización política aún más profunda y un estancamiento legislativo. Pero a los mercados financieros suele sentarles bien el estancamiento en Washington porque preserva el status quo y reduce la incertidumbre.