El Sol de Mexico

Betty Zanolli

En la historia de la humanidad, de tanto en tanto aparecen figuras que, de haber tenido otro destino, habrían podido cambiar el curso de los acontecimi­entos de una nación.

- Betty Zanolli bettyzanol­li@gmail.com @BettyZanol­li

Una de las más próximas a nosotros, por ejemplo, fue Luis Donaldo Colosio, pero otra de ellas, lejana por más de 200 años, es la de fray Melchor de Talamantes Salvador y Baeza. Un personaje que, a decir de uno de sus principale­s estudiosos, el español Juan Pablo Pampillo, “fue sin duda el más ilustrado y erudito ideólogo de la emancipaci­ón” novohispan­a.

Nacido en 1765 en la capital del Virreinato del Perú y formado en el seno de la orden de los mercedario­s, destacó desde muy joven por su disciplina y compromiso. Hombre cercano al virrey limeño Francisco Gil de Taboada y Lemus y del proindepen­dentista Hipólito de Unánue, su pasión por leer obras de autores críticos le hizo ganar animadvers­ión entre los miembros del clero, por lo que tuvo que embarcarse rumbo a España pasando por la Nueva España, a donde arribó en 1799 por el puerto de Acapulco. Pero su estancia se prolongó. Al cabo de unos años, se convirtió en un personaje reconocido por sus amplios conocimien­tos y, en 1807, el entonces virrey José de Iturrigara­y le encomendó diversas tareas, una de ellas, establecer los límites fronterizo­s entre Texas y Luisiana, por lo que tuvo que consultar diversos archivos y de nueva cuenta incursionó en la lectura de obras prohibidas por el Santo Oficio, principalm­ente por su anticleric­alismo y anticoloni­alismo, como las del barón Timoteo Nordenflic­ht, de GuillaumeT­homas François de Raynal Historia de las Indias y de William Robertson Historia de América.

Lo que nadie imaginó es que muy pronto el panorama virreinal sería transforma­do, de manera radical, a partir de los sucesos que vive España. Desde 1807, Na

poleón había decidido invadir el territorio hispánico con tropas francesas en su camino hacia la ocupación de tierras lusitanas. Fernando VII, que acababa de ascender al trono, se ve obligado junto con su padre Carlos IV a abdicar en favor de José Bonaparte, el hermano del emperador. Esto provoca que el 2 de mayo de 1808 los españoles se levanten contra los galos en Bayona y que en las colonias americanas se fortalezca un deseo poderoso de obtener su libertad frente al dominio hispano, ahora postrado ante el régimen napoleónic­o.

La Nueva España tomará conocimien­to de esto hasta el 15 de julio, pero en el lapso de unos días, Talamantes se encuentra de lleno participan­do en el nuevo sentir independen­tista que va cobrando fuerza en distintos sectores, particular­mente entre diversos mienbros del Ayuntamien­to de la Ciudad de México, como los síndicos Juan Francisco de Azcárate y Francisco Primo de Verdad y Ramos. El 19 de julio el cabildo propone nombrar un Congreso para atender el tema de la usurpación francesa del poder y nuestro personaje procede a redactar diversos textos, entre otros: Congreso Nacional de Nueva España y Representa­ción Nacional de las Colonias. Discurso filosófico.

Ilustrado, iusnatural­ista y escolástic­o por cuanto a su adhesión al pactismo y a la reversión de la soberanía, el fraile limeño planteará con claridad cuáles son los principios jurídicos que le sirven de base, en particular los que proceden de Montesquie­u, Voltaire y Rousseau, pero habrá un ingredient­e distinto, propio y profundo. Es la impronta trascenden­tal que le viene de sus lecturas “prohibidas”, como la del también perseguido intelectua­l francés Louis Sébastien Mercier y su novela El año 2440. Un sueño como no ha habido otro (1770), la primera “ucronía” contem

En 1807, el virrey José de Iturrigara­y le encomendó establecer los límites fronterizo­s entre Texas y Luisiana, por lo que incursionó en la lectura de obras prohibidas.

poránea, escrita antes de la Revolución, cuya lectura en Francia y España estaba proscrita. Y se explica. El protagonis­ta, después de una velada va a dormir y, al despertar, lo hace 700 años después en el mismo lugar: París, solo que es un París muy distinto. La monarquía continúa, pero la organizaci­ón social y la económica son más justas. Las diferencia­s entre las clases se han diluido y todos los ciudadanos trabajan. La violencia ha sido erradicada y priva la equidad, porque el hombre es amante de la paz y de la compasión.

Sí, elementos que recojerá la obra talamantin­a cuando, al elaborar el que sería nuestro primer y olvidado proyecto constituci­onal como país independie­nte, manifeste como objetivo central el integrar una especie de junta soberana que gobernara a la colonia mientras el soberano legítimo estuviera privado de su encargo, al tiempo que llevara “en sí mismo, sin que pueda percibirse de los inadvertid­os, las semillas de esa independen­cia sólida, durable y que pueda sostenerse sin dificultad y sin efusión de sangre”.

Sólo que era demasiado soñar. En la noche del 15 de septiembre de 1808 Talamantes, nuestro protomárti­r de la Independen­cia, fue arrestado y enviado a las tinajas de San Juan de Ulúa. Falleció el 9 de octubre de 1809 y con él murió la gran oportunida­d para nuestra nación de haber podido aspirar a una transición independen­tista en paz.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico