El Sol de Mexico

Lecciones imborrable­s del 2020

Diez de

- José Luis Camacho @jlcamachov Director Ejecutivo de Agua Capital.

los doce meses del año que está concluyend­o nos marcaron para lo que nos resta de vida. Han sido 300 días en los que el peligro latente de morir víctimas del coronaviru­s 19 ha estado presente en nuestra mente, por lo menos, una docena de veces.

Han sido muchas las flaquezas, errores y lecciones que nos sigue dejando la pandemia que aún no concluye y que seguirá determinan­do nuestra vida durante gran parte de 2021. Sin embargo, ya podemos definir algunas de las tareas a las que debemos abocarnos si queremos aprender de los graves errores que han causado miles de muertes.

1. El sistema público de salud en México no puede seguir sufriendo de la carestía, del saqueo y del menospreci­o en el que lo hemos tenido durante años y que nada se ha hecho por rescatarlo. Han sido demasiadas las y los médicos, enfermeros, camilleros, paramédico­s y personal de limpieza que han muerto por las omisiones que desde las oficinas administra­tivas se cometen y las equivocada­s decisiones políticas que se toman y que se traducen en una criminal falta de equipo, medicament­os y capacitaci­ón. Si hay algo en lo que nuestro país debe invertir es en un sistema de salud de calidad, suficiente y universal que garantice a pobres, ricos y clase media una atención oportuna e inmediata. Sin esos servicios de salud no hay programas sociales que funcionen.

2. La respuesta institucio­nal ante las emergencia­s sanitarias, antropogén­icas y naturales no puede depender de que un individuo quiera o no quiera convocar a un órgano del Estado abocado a su atención y toma de decisiones oportunas para salvar vidas. Se vuelve urgente que el Consejo General de Salubridad cobre mayor relevancia en la vida de las y los mexicanos y se cree como un órgano constituci­onalmente autónomo, integrado por especialis­tas y profesiona­les, no por políticos, capaz de responder de inmediato y sin cortapisas ante nuevas pandemias y riesgos sanitarios.

3. La ciencia y tecnología no son un binomio inútil ni de adorno, sino una realidad que hoy está permitiend­o a países como Alemania, Reino Unido y Canadá sortear de mejor forma los impactos de la pandemia. La inversión que México debe

El sistema público de salud en México no puede seguir sufriendo de la carestía, del saqueo y del menospreci­o en el que lo hemos tenido durante años y que nada se ha hecho por rescatarlo. Es demasiado personal de salud que ha muerto por las omisiones que desde las oficinas administra­tivas.

realizar en sus científica­s, científico­s, institutos y universida­des no debe estar determinad­a por la voluntad política, sino por razones de Estado que los coloque en el lugar prioritari­o que merecen: permitir la superviven­cia de sus habitantes. La UNAM, el Instituto Politécnic­o Nacional, los Institutos Nacionales de Salud y el Equipo Médico han hecho lo que han podido con escasos recursos y son las y los héroes en esta pandemia, pero el precio que han pagado en pérdidas humanas, reitero, ha sido muy alto. No puede volver a suceder.

4. Como sociedad debemos asumirnos como las y los responsabl­es de nuestra propia superviven­cia, aprendiend­o a seguir instruccio­nes básicas de cuidado, alimentaci­ón y solidarida­d con el prójimo. Ello requiere disciplina, atención y constancia, tal y como lo han logrado sociedad como la japonesa, cuyo uso permanente de cubreboca les ha permitido disminuir los contagios y víctimas letales, al tiempo de retomar ciertas actividade­s masivas. Es momento de que la sociedad se empodere y asuma sus propias responsabi­lidades. Como dijo Nelson Mandela, somos los protagonis­tas de nuestro propio destino.

Se trata de algunos aspectos que deberán ser analizados por un Poder Legislativ­o Federal, pero uno independie­nte que estamos seguros resurgirá con fuerza de las elecciones del próximo 6 de junio.

Un claro ejemplo de lo que la problemáti­ca hídrica provoca en el Valle de México lo estamos viviendo actualment­e con la disminució­n del caudal de agua para la CDMX, derivado de la falta de lluvias durante este año que impidió que tres de las siete presas que componen el Sistema Lerma Cutzamala llenaran su capacidad.

Esta situación está afectando el abasto de agua para 13 municipios del Estado de México y 8 alcaldías de la Ciudad de México, en donde aproximada­mente 600 mil personas reciben menos agua.

Durante mucho tiempo se ha hablado que la ciudad de México se encuentra cerca de llegar al Día "0" del agotamient­o de sus recursos hídricos. Lo cierto es que la disponibil­idad de agua está disminuyen­do por la sobreexplo­tación de los acuíferos, los problemas de calidad del agua, la deforestac­ión, el crecimient­o urbano desordenad­o y los efectos del cambio climático, lo cual deja ver la necesidad de nuevos modelos y herramient­as que impulsen la eficiencia en la gestión del agua.

En este sentido, es fundamenta­l tomar las decisiones adecuadas para fortalecer al Sacmex, tanto a nivel normativo, como operativo y financiero, dotándole de las facultades y recursos necesario para que pueda cumplir de manera adecuada su importante función y lograr con ello el derecho humano al agua de todos los habitantes de esta ciudad.

Mucho se ha discutido en años recientes alrededor de su naturaleza jurídica y la capacidad de establecer las tarifas de agua. Dados los retos, es evidente que se requiere lograr su transforma­ción jurídica hacia un organismo público descentral­izado, con la autonomía técnica, presupuest­al y administra­tiva necesaria para estos fines.

Este proceso de modernizac­ión administra­tiva y reestructu­ra organizaci­onal debe ir de la mano de la capacitaci­ón permanente de sus cuadros, para lograr una mejora en la planeación con visión de largo plazo, el fortalecim­iento del Sistema Financiero, así como la administra­ción de sus procesos y calidad en el servicio, sin dejar de lado la coordinaci­ón eficiente con todas las dependenci­as y autoridade­s involucrad­as en la materia, federales y locales, así como las 16 alcaldías de la Ciudad de México.

Todo lo anterior complement­ado con la colaboraci­ón y trabajo conjunto con los actores relevantes de los sectores, social, privado, académico y especialis­tas nacionales e internacio­nales y, por supuesto, la ciudadanía, siempre promoviend­o la difusión de informació­n relevante, la sensibiliz­ación de la sociedad, y esquemas adecuados de rendición de cuentas.

Sin duda se trata de una necesidad importante a atender para poder lograr una mejor gestión de recursos en la CDMX en beneficio de todos.

Como Agua Capital, Fondo de Agua de la Ciudad de México, estaremos siempre atentos a colaborar con la autoridad, promoviend­o el intercambi­o de ideas y proyectos innovadore­s, sumando esfuerzos e impulsando la formación de una visión común sobre las acciones necesarias para que, de manera colectiva, tomemos las decisiones y acciones necesarias para atender este reto que nos concierne a todos con una visión de largo plazo.

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