Lecciones imborrables del 2020
Diez de
los doce meses del año que está concluyendo nos marcaron para lo que nos resta de vida. Han sido 300 días en los que el peligro latente de morir víctimas del coronavirus 19 ha estado presente en nuestra mente, por lo menos, una docena de veces.
Han sido muchas las flaquezas, errores y lecciones que nos sigue dejando la pandemia que aún no concluye y que seguirá determinando nuestra vida durante gran parte de 2021. Sin embargo, ya podemos definir algunas de las tareas a las que debemos abocarnos si queremos aprender de los graves errores que han causado miles de muertes.
1. El sistema público de salud en México no puede seguir sufriendo de la carestía, del saqueo y del menosprecio en el que lo hemos tenido durante años y que nada se ha hecho por rescatarlo. Han sido demasiadas las y los médicos, enfermeros, camilleros, paramédicos y personal de limpieza que han muerto por las omisiones que desde las oficinas administrativas se cometen y las equivocadas decisiones políticas que se toman y que se traducen en una criminal falta de equipo, medicamentos y capacitación. Si hay algo en lo que nuestro país debe invertir es en un sistema de salud de calidad, suficiente y universal que garantice a pobres, ricos y clase media una atención oportuna e inmediata. Sin esos servicios de salud no hay programas sociales que funcionen.
2. La respuesta institucional ante las emergencias sanitarias, antropogénicas y naturales no puede depender de que un individuo quiera o no quiera convocar a un órgano del Estado abocado a su atención y toma de decisiones oportunas para salvar vidas. Se vuelve urgente que el Consejo General de Salubridad cobre mayor relevancia en la vida de las y los mexicanos y se cree como un órgano constitucionalmente autónomo, integrado por especialistas y profesionales, no por políticos, capaz de responder de inmediato y sin cortapisas ante nuevas pandemias y riesgos sanitarios.
3. La ciencia y tecnología no son un binomio inútil ni de adorno, sino una realidad que hoy está permitiendo a países como Alemania, Reino Unido y Canadá sortear de mejor forma los impactos de la pandemia. La inversión que México debe
El sistema público de salud en México no puede seguir sufriendo de la carestía, del saqueo y del menosprecio en el que lo hemos tenido durante años y que nada se ha hecho por rescatarlo. Es demasiado personal de salud que ha muerto por las omisiones que desde las oficinas administrativas.
realizar en sus científicas, científicos, institutos y universidades no debe estar determinada por la voluntad política, sino por razones de Estado que los coloque en el lugar prioritario que merecen: permitir la supervivencia de sus habitantes. La UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, los Institutos Nacionales de Salud y el Equipo Médico han hecho lo que han podido con escasos recursos y son las y los héroes en esta pandemia, pero el precio que han pagado en pérdidas humanas, reitero, ha sido muy alto. No puede volver a suceder.
4. Como sociedad debemos asumirnos como las y los responsables de nuestra propia supervivencia, aprendiendo a seguir instrucciones básicas de cuidado, alimentación y solidaridad con el prójimo. Ello requiere disciplina, atención y constancia, tal y como lo han logrado sociedad como la japonesa, cuyo uso permanente de cubreboca les ha permitido disminuir los contagios y víctimas letales, al tiempo de retomar ciertas actividades masivas. Es momento de que la sociedad se empodere y asuma sus propias responsabilidades. Como dijo Nelson Mandela, somos los protagonistas de nuestro propio destino.
Se trata de algunos aspectos que deberán ser analizados por un Poder Legislativo Federal, pero uno independiente que estamos seguros resurgirá con fuerza de las elecciones del próximo 6 de junio.
Un claro ejemplo de lo que la problemática hídrica provoca en el Valle de México lo estamos viviendo actualmente con la disminución del caudal de agua para la CDMX, derivado de la falta de lluvias durante este año que impidió que tres de las siete presas que componen el Sistema Lerma Cutzamala llenaran su capacidad.
Esta situación está afectando el abasto de agua para 13 municipios del Estado de México y 8 alcaldías de la Ciudad de México, en donde aproximadamente 600 mil personas reciben menos agua.
Durante mucho tiempo se ha hablado que la ciudad de México se encuentra cerca de llegar al Día "0" del agotamiento de sus recursos hídricos. Lo cierto es que la disponibilidad de agua está disminuyendo por la sobreexplotación de los acuíferos, los problemas de calidad del agua, la deforestación, el crecimiento urbano desordenado y los efectos del cambio climático, lo cual deja ver la necesidad de nuevos modelos y herramientas que impulsen la eficiencia en la gestión del agua.
En este sentido, es fundamental tomar las decisiones adecuadas para fortalecer al Sacmex, tanto a nivel normativo, como operativo y financiero, dotándole de las facultades y recursos necesario para que pueda cumplir de manera adecuada su importante función y lograr con ello el derecho humano al agua de todos los habitantes de esta ciudad.
Mucho se ha discutido en años recientes alrededor de su naturaleza jurídica y la capacidad de establecer las tarifas de agua. Dados los retos, es evidente que se requiere lograr su transformación jurídica hacia un organismo público descentralizado, con la autonomía técnica, presupuestal y administrativa necesaria para estos fines.
Este proceso de modernización administrativa y reestructura organizacional debe ir de la mano de la capacitación permanente de sus cuadros, para lograr una mejora en la planeación con visión de largo plazo, el fortalecimiento del Sistema Financiero, así como la administración de sus procesos y calidad en el servicio, sin dejar de lado la coordinación eficiente con todas las dependencias y autoridades involucradas en la materia, federales y locales, así como las 16 alcaldías de la Ciudad de México.
Todo lo anterior complementado con la colaboración y trabajo conjunto con los actores relevantes de los sectores, social, privado, académico y especialistas nacionales e internacionales y, por supuesto, la ciudadanía, siempre promoviendo la difusión de información relevante, la sensibilización de la sociedad, y esquemas adecuados de rendición de cuentas.
Sin duda se trata de una necesidad importante a atender para poder lograr una mejor gestión de recursos en la CDMX en beneficio de todos.
Como Agua Capital, Fondo de Agua de la Ciudad de México, estaremos siempre atentos a colaborar con la autoridad, promoviendo el intercambio de ideas y proyectos innovadores, sumando esfuerzos e impulsando la formación de una visión común sobre las acciones necesarias para que, de manera colectiva, tomemos las decisiones y acciones necesarias para atender este reto que nos concierne a todos con una visión de largo plazo.