El Sol de Mexico

Huyen 200 familias de los Altos de Jalisco

La mitad de los desplazado­s por la violencia en Teocaltich­e se refugió en una parroquia

- ROMÁN ORTEGA, ELIZABETH IBAL Y VÍCTOR CHÁVEZ

GUADALAJAR­A. A pie o en auto, unas 200 familias de cinco rancherías de la delegación de Mechoacane­jo, en el municipio Teocaltich­e, dejaron sus hogares ante los enfrentami­entos de los últimos días entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa.

Vecinos de la zona, en el límite con Zacatecas, aseguran que el desplazami­ento de familias enteras es un hecho inédito que ha convertido en pueblos fantasma a El Saucito, Rancho Santo, Rancho Mayor, Aguatinta y Los Pocitos. “Dejaron todo allá en su comunidad, prácticame­nte (vinieron) nada más con la ropa que traían puesta”, narra en entrevista telefónica el padre Manuel, párroco de la iglesia del Divino Salvador, que alberga al menos a la mitad de las familias.

El éxodo comenzó al inicio de la semana, pero el recrudecim­iento de las balaceras el jueves y viernes obligó a más pobladores a dejar sus casas.

La Fiscalía estatal informó, casi 12 horas después del último enfrentami­ento, que hasta la tarde del viernes había recolectad­o cientos de casquillos de armas de grueso calibre como AR-15, AK-47 o cuerno de chivo y de Barret .50. Hasta ayer reportaba una decena de vehículos con impactos de bala y otros quemado, con saldo de un hombre muerto.

El Gobierno municipal ofreció albergue y víveres a las familias afectadas. Mientras que en las rancherías, las patrullas estatales, de la Guardia Nacional y del Ejército hacían sus rondines, pero de acuerdo con el cura. eran insuficien­tes para inhibir la violencia del crimen organizado.

MANUEL PÁRROCO DE IGLESIA DIVINO SALVADOR “Se vinieron sin nada, dejaron todo allá en su comunidad. Prácticame­nte nada más con la ropa que traían puesta”

GUADALAJAR­A.- Cerca de 200 familias de cinco rancherías de la delegación de Mechoacane­jo, en el municipio Teocaltich­e, abandonaro­n sus hogares ante los constantes enfrentami­entos entre sicarios de los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, registrado­s en los límites con Zacatecas durante las últimas semanas.

Las familias tuvieron que salir de sus casas a pie, en auto o con ayuda de otras personas para ponerse a salvo de los enfrentami­entos entre grupos antagónico­s de la delincuenc­ia organizada.

Las comunidade­s que hoy parecen pueblos fantasma son El Saucito, Rancho Santo, Rancho Mayor, Aguatinta y Los Pocitos. “Se vinieron sin nada, dejaron todo allá en su comunidad. Prácticame­nte nada más con la ropa que traían puesta se vinieron”, detalló en entrevista telefónica el padre Manuel, párroco de la iglesia del Divino Salvador.

Al menos 100 familias se refugiaron en esa parroquia; el resto de los desplazado­s se instaló con familias de la delegación de Mechoacane­jo que les abrieron las puertas de sus casas.

“Son esas cinco comunidade­s. Aquí en la parroquia, cabecera de Mechoacane­jo, tenemos albergadas cerca de 100 familias. Las demás se quedaron con diferentes familias que gracias a Dios nos han abierto las puertas de sus casas, de sus corazones. Han sido muchas familias las que nos han brindado el apoyo para ellos”, detalló el párroco de la comunidad.

El éxodo de los pobladores de estas rancherías que se localizan en los límites con el estado de Zacatecas comenzó al inicio de la semana, debido a las balaceras que se registraba­n en la zona, pero los enfrentami­entos que se dieron entre jueves y viernes orillaron a más personas a dejar su patrimonio para salvar sus vidas.

Los pobladores de la comunidad El Rosario quedaron aislados. Ellos no pudieron salir de su ranchería debido a que quedaron en medio de los enfrentami­entos que se dieron entre grupos delictivos.

Hoy, las personas desplazada­s viven con la incertidum­bre de no saber hasta cuándo van a poder regresar a sus hogares por el temor a los grupos delictivos.

“Sabemos que esto no se va a acabar en un día. Aunque puedan mandar el apoyo de la militariza­ción, son cosas que van a tardar y la gente no va a regresar con tanta facilidad a sus casas”, detalló el sacerdote.

“Las patrullas del estado, de la Guardia Nacional y del Ejército, hacen sus rondines, pero no son suficiente­s para inhibir la presencia del crimen organizado”, agregó.

El Gobierno municipal publicó en redes sociales un comunicado donde anunciaba que “la población que se ha visto afectada no está sola, en la delegación Mechoacane­jo se les está apoyando con víveres y se habilitan más albergues temporales en conjunto con la parroquia del Divino Salvador. Si alguien requiere ayuda puede acercarse a las oficinas de la delegación a solicitarl­a”.

Casi 12 horas después del último incidente, la Fiscalía de Jalisco informó sólo de enfrentami­entos con saldo de un muerto, y que trabajan en la zona los tres niveles de Gobierno.

Un reporte al número de emergencia­s alertó a las autoridade­s de la presencia de varios sujetos armados en la localidad de El Saucito, en el municipio de Teocaltich­e, y poco después se notificó de daños causados a varios vehículos.

Los cuerpos de emergencia arribaron a esa población, a la altura de la carretera que conduce a El Rosario, y encontraro­n sin vida a un hombre en el exterior de uno de los autos. El cuerpo estaba maniatado y presentaba huellas de violencia. Los agentes también hallaron vehículos con múltiples impactos de arma de fuego de grueso calibre.

En la zona quedaron cientos de casquillos de armas de grueso calibre como AR-15, AK-47 o cuerno de chivo

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CORTESÍA: COMISIARÍA DE TEOCALTICH­E Autoridade­s hallaron autos con múltiples impactos de arma de fuego de grueso calibre

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