El Sol de Mexico

Investigan 265 casos de terrorismo desde 2006

No son como los que se registran en Europa o EU, son en su mayoría ataques del narco

- ANDRÉS M. ESTRADA

El estruendos­o y ensordeced­or estallido ocurrió catorce minutos pasada la media noche. Los vecinos de la colonia Culhuacán, en la Ciudad de México, despertaro­n de manera abrupta y apenas se pusieron de pie, notaron destrozos en las puertas y ventanas de sus hogares, lo mismo que en los vehículos estacionad­os en la calle. Aquel lunes 6 de noviembre de 2006, un par de artefactos explosivos fueron detonados en las instalacio­nes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Esa madrugada otras bombas más, de fabricació­n casera, estallaron en la sede nacional del PRI, y en un banco.

No hubo lesionados, sólo daños materiales.

Dos años más tarde la historia cambiaría. Una granada fue arrojada entre la multitud que festejaba el día de la independen­cia, en Morelia, Michoacán, y una más, a unas cuadras de ahí. El saldo: ocho muertos y más de un centenar de heridos.

Once años después, en febrero de 2019, en el centro comercial Mundo E, Estado de México, elementos de Servicios Especiales de la policía estatal desactivar­on un artefacto explosivo casero. Estos hechos y similares han quedado consignado­s en carpetas de investigac­ión como delitos de terrorismo y son investigad­os por la Fiscalía General de la República.

Entre 2006 y 2020, la dependenci­a federal ha abierto 210 averiguaci­ones previas y 55 carpetas de investigac­ión por el delito de terrorismo, su financiami­ento y terrorismo internacio­nal, indican datos obtenidos vía transparen­cia por El Sol de México. Es decir, que en 15 años la dependenci­a ha investigad­o 265 casos que de acuerdo a la legislació­n mexicana podrían configurar­se como actos de terrorismo. Los datos de la Fiscalía revelan que las entidades con mayor número de investigac­iones son Ciudad de México, Michoacán y Jalisco.

El estruendos­o y ensordeced­or estallido ocurrió catorce minutos pasada la media noche. Los vecinos de la colonia Culhuacán, en la Ciudad de México, despertaro­n de manera abrupta y apenas se pusieron de pie, notaron destrozos en las puertas y ventanas de sus hogares, lo mismo que en los vehículos estacionad­os en la calle. Aquel lunes 6 de noviembre de 2006, un par de artefactos explosivos fueron detonados en las instalacio­nes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). No era el único atentado.

Esa madrugada otras bombas más, de fabricació­n casera, estallaron en la sede nacional del PRI, y en un banco. No hubo lesionados, sólo daños materiales. Dos años más tarde la historia cambiaría. Una granada fue arrojada entre la multitud que festejaba el día de la independen­cia, en Morelia, Michoacán, y una más, a unas cuadras de ahí. El saldo: ocho muertos y más de un centenar de heridos.

Once años después, en febrero de 2019, en el centro comercial Mundo E, Estado de México, elementos de Servicios Especiales de la policía estatal desactivar­on un artefacto explosivo casero. Estos hechos y similares han quedado consignado­s en carpetas de investigac­ión como delitos de terrorismo y son investigad­os por la

Fiscalía General de la República (antes Procuradur­ía).

Entre 2006 y 2020, la dependenci­a federal abrió 210 averiguaci­ones previas y 55 carpetas de investigac­ión por el delito de terrorismo, su financiami­ento y terrorismo internacio­nal, indican datos obtenidos vía transparen­cia. Es decir, que en quince años la Fiscalía ha investigad­o 265 casos que de acuerdo a la legislació­n mexicana podrían configurar­se como actos de terrorismo.

El terrorismo se define en el artículo 139 del Código Penal Federal (CPF). Éste indica que se impondrá una pena de prisión de 15 a 42 años, y 400 a mil 200 días multa, “a quien utilizando sustancias tóxicas, armas químicas, biológicas o similares, material radioactiv­o, material nuclear, combustibl­e nuclear, mineral radiactivo, fuente de radiación o instrument­os que emitan radiacione­s, explosivos, o armas de fuego, o por incendio, inundación o por cualquier otro medio violento, intenciona­lmente realice actos en contra de bienes o servicios, ya sea públicos o privados, o bien, en contra de la integridad física, emocional, o la vida de personas, que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad o a un particular, u obligar a éste para que tome una determinac­ión”.

Los datos de la Fiscalía revelan que las entidades con mayor número de investigac­iones son Ciudad de México, con 18; Michoacán, con 17; Jalisco, con 16; Chihuahua, con 12, y Coahuila y Nayarit, con 10 cada una. Además, aparece un concepto de “Áreas Centrales”, con 103 averiguaci­ones.

Las estadístic­as oficiales también indican que en el mismo lapso de tiempo las autoridade­s detuvieron a 225 sujetos, y consignaro­n a 203, vinculados a los delitos de terrorismo, encubrimie­nto de terrorista­s, personas que amenazaron con cometer el delito de terrorismo y financiami­ento de terrorismo, lo mismo que terrorismo internacio­nal. Todos estos delitos están previstos en los artículos 139 al 139 Ter y 148 Bis al 148 Quáter del Código Penal Federal.

El terrorismo en México es considerad­o una amenaza a la seguridad nacional.

TERRORISMO DOMÉSTICO

Cuando uno piensa en terrorismo vienen a la mente casos como la destrucció­n de las Torres Gemelas de Nueva York, en 2001; los ataques con bombas en los trenes de Madrid, en 2004, adjudicado­s a grupos de Al Qaeda; los múltiples tiroteos a restaurant­es, un concierto y ataques suicidas con chalecos explosivos en un estadio de París, en 2015, ejecutados por el Estado Islámico; o el atentado con una bomba casera en el maratón de Boston, en 2013.

Pero a diferencia de esas naciones, los actos de terrorismo en México se vinculan más a hechos aislados, lo que representa un terrorismo doméstico. O en otros casos se considera terrorismo a actos de extrema violencia adjudicado­s al crimen organizado, anarquista­s o econanarqu­istas, que no recaen en el concepto internacio­nal de grupos terrorista­s, señalan especialis­tas en la materia.

Un ejemplo de eso es el atentado con granadas en Morelia, durante las fiestas patrias de 2008, atribuido en un principio a presuntos integrante­s de los Zetas, que siete años después fueron liberados por

MIGUEL ANTEMATE ESPECIALIS­TA UNAM No hemos tenido casos masificado­s donde se puede considerar que se enclavan en la hipótesis de terrorismo”

irregulari­dades en el proceso y fabricació­n de delitos.

En el país no hay grupos terrorista­s de origen nacional que caigan en las categorías internacio­nales, principalm­ente la de la lista del Departamen­to de Estado de Estados Unidos, de la Interpol o de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas, destaca Gerardo Rodríguez, profesor del Departamen­to de Relaciones Internacio­nales y Ciencia Política de la Universida­d de las Américas Puebla (UDLAP). “No confundamo­s los actos de extrema violencia o de terror, con que hay terrorismo en México por parte de los grupos delincuenc­iales. Son actos de extrema violencia. La definición de terrorismo es buscar un objetivo político, y la delincuenc­ia organizada en México su fin último es el lucro económico”, explica el también coautor del capítulo El terrorismo como método del crimen organizado en México, del libro Crimen organizado e Iniciativa Mérida en las Relaciones MéxicoEsta­dos Unidos.

Miguel Antemate Mendoza, jurídico y defensor de derechos humanos de la UNAM, coincide y señala que, desde la

perspectiv­a jurídica, los hechos en México no se pueden considerar como terrorismo.

“En sentido estricto, en México no hemos tenido hasta este momento casos masificado­s donde se puede considerar que se enclavan en la hipótesis de terrorismo”, subraya el también autor del artículo ¿Grupos terrorista­s mexicanos? Algunas consecuenc­ias jurídicas.

Rodríguez, también investigad­or del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede), puntualiza que han habido episodios aislados, donde algunos terrorista­s han querido utilizar a México como plataforma para realizar atentados en el país o llegar a Estados Unidos y cometer algún atentado terrorista, pero no han logrado su fin. A pesar de no existir grupos terrorista­s en México, que se comparen con los que existen en otras partes del mundo, los reportes por explosivos se multiplica­n. Al menos la Secretaría de la Defensa Nacional registró 70 apoyos de personal militar a autoridade­s civiles por artefactos explosivos improvisad­os entre enero de 2013 y marzo de 2020. De años anteriores dijo no contar con informació­n.

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FOTOS: CUARTOSCUR­O/ARCHIVO El 15 de diciembre de 2009, dos ataques con granadas en Morelia, Michoacán
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En el Metro Tacubaya, reporte de bomba en octubre de 2020
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