Roberto Aguilar
Como parte de los signos de reactivación de la economía mexicana, la idea de que la banca en general está más preocupada por cobrar que por prestar se estaría diluyendo, es lo que sugieren los datos más recientes del grupo financiero que preside Carlos Hank González. Y es que en el segundo trimestre del año, y si bien la cartera total de crédito se mantuvo prácticamente sin cambio con respecto al mismo lapso de 2020, al interior hay señales alentadoras.
La cartera de consumo fue la que reportó la mayor alza con 7%, seguida de la comercial que subió 4%, y que compensaron la menor actividad crediticia corporativa y de gobierno. De hecho, el crédito al consumo representó 40% de toda la cartera del Grupo Financiero Banorte, y todos sus componentes, a excepción de la tarjeta de crédito, reportaron avances encabezados por el hipotecario, que es fue el de mayor aportación a la cartera total con más de 60%, y una tasa anual de crecimiento de 11%; después el automotriz con 6% y nómina con 5%.
Sobre el uso de la tarjeta de crédito en general, en el sistema bancario del país, y de acuerdo con datos recientes de Condusef, que encabeza Oscar Rosado, los consumidores son mucho más cautelosos con el uso de la tarjeta de crédito y prefieren usar débito en sus operaciones; además de que algunas instituciones resintieron la cancelación de plásticos o en su defecto disminuyeron las líneas de crédito de algunos clientes.
También es importante mencionar que el repunte del crédito al consumo ha sido ordenado y cuidadoso, lo que se refleja en un índice de cartera vencida de 1.4% que es uno de los más bajos del sistema, y que la calidad de la cartera de Banorte reconoce las previsiones contables relacionadas con la coyuntura pandémica, y la respuesta positiva de los clientes que recibieron apoyo directo para cumplir con sus pagos.
El reporte de la CNBV, con información al cierre de mayo, detalla que el Índice de Morosidad de todo el sistema bancario se ubicó en 2.52%, y el Índice de Morosidad Ajustado alcanzó 5.33%, y en ambos casos los indicadores subieron cuando se comparan con el mismo mes de 2020.
PRESIÓN DE COSTOS
Y quien se sumará al ajuste de precios es Kimberly Clark México, que dirige Pablo González Guajardo, para compensar el aumento generalizado de las materias primas.
En la conferencia con analistas para discutir las últimas cifras financieras, la compañía estimó entre 4% y 5% de ajuste promedio de toda su cartera de productos de consumo, aunque la decisión sería insuficiente para hacer frente al efecto de materias primas más caras por lo que será acompañada de medidas para contener costos y gastos, en búsqueda de mejores márgenes.
Así, Kimberly Clark se suma a la creciente lista de empresas que aumentaron, o aumentarán, precios, como Coca Cola Femsa y Arca, y firmas de alimentos que van desde Grupo Lala hasta Alsea, en espera de que el mercado absorba rápidamente los precios.