Jesuitas: los abrazos ya no nos alcanzan
!Ya basta!, gritan fieles y clérigos en la misa por los sacerdotes asesinados en la Tarahumara
CHIHUAHUA. Violines rarámuris, sonajas y cantos tradicionales en la lengua ancestral recibieron ayer al cortejo fúnebre que arribó con los féretros de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar al templo del Sagrado Corazón de Jesús para una misa de cuerpo presente.
Con la vestimenta tradicional de la Alta y Baja Tarahumara, once mujeres y dos hombres danzaron y presentaron sus respetos al padre Gallo y al padre Morita, como los llamaban cariñosamente y con quienes convivieron por dos a tres décadas.
En una iglesia repleta a toda su capacidad comenzó la liturgia. "Desde este recinto sagrado, espacio de reconciliación, paz y esperanza, respetuosamente pedimos al señor presidente de la República, revise su proyecto de seguridad pública porque no vamos bien y esto es clamor popular", pronunció el padre Javier Pato Ávila de la Compañía de Jesús.
“Este evento lamentable no es aislado en nuestro país; un país invadido por la violencia y la impunidad. Nuestro tono es pacífico pero alto y claro, invitando a que las acciones de gobierno, finalmente acaben con la impunidad imperante en nuestra sociedad. Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, agregó el sacerdote y los fieles rompieron en un aplauso, fuerte, sobrio y ensordecedor.
"Ya no nos basta. No nos vamos a ir de la Sierra Tarahumara”, aseveró el padre provincial jesuita, Luis Gerardo Moro, cobijado con aplausos y el grito de ¡Ya Basta!, nueve veces repetido por los presentes.
CHIHUAHUA. “Nuestro tono es pacífico pero alto y claro, invitando a que las acciones de gobierno, finalmente acaben con la impunidad imperante en nuestra sociedad. Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, fue el mensaje del padre Javier Pato Ávila Aguirre ante los féretros de Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales.
Pato, quien es considerado el líder moral de los jesuitas en la Sierra Tarahumara, fue el encargado de pronunciar la homilía en la misa de cuerpo presente de sus compañeros.
Una ceremonia católica, pero que contó con violines ralámulis, sonajas y cantos tradicionales en la lengua ancestral de los indígenas que convivieron por años con Campos Morales y Mora Salazar . Con la vestimenta tradicional de la Alta y Baja Tarahumara, 11 mujeres y dos hombres danzaron y presentaron sus respetos al padre Gallo y al padre Morita, como los llamaban cariñosamente y con quienes convivieron de dos a tres décadas.
Los cuerpos arribaron al templo del Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad de Chihuahua, donde multitudes los esperaban. Era tanta la gente que se tuvo que instalar una carpa en la calle para que quienes no pudieron ingresar a la iglesia pudieran seguir la misa.
Al interior se podía encontrar a los exgobernadores Javier Corral Jurado y su esposa, Cinthya Chavira; Patricio Martínez García y Fernando Baeza Meléndez. También Lucía Chavira, expresidenta del DIF, el deportista olímpico chihuahuense Horacio
Nava, la expresidenta estatal del PAN, Rocío Reza y el activista Julián LeBarón. El resto, ciudadanos –mestizos y ralámulis—, todos en un mismo dolor.
Frente al altar el arzobispo Constancio Miranda, acompañado del sacerdote Javier Pato Ávila a su diestra y el padre provincial jesuita, Luis Gerardo Moro Madrid a su izquierda, iniciaron la misa exequial con el llamado a que ante la inesperada y dolorosa muerte de los clérigos, se hiciera un esfuerzo por levantar la fe a la mirada a Dios. “Consternados ante este hecho, no podemos desesperarnos. La fe nos asegura que la vida de nuestros hermanos no ha terminado con esta muerte que contemplan nuestros ojos. Creemos que continúan viviendo en una dimensión distinta y ahora para nosotros incomprensible, pero no por ello, menos verdadera”, expresó don Constancio Miranda.
“Revise su proyecto de seguridad que no vamos bien, esto es clamor popular”, expresó el padre Javier Ávila durante la homilía.
Durante su homilía destacó: “Los sistemas le apuestan al olvido, nosotros le apostamos a la memoria porque como bellamente dice Mario Benedetti, ‘el olvido, está lleno de memoria’. Sigamos manteniendo viva la memoria en este ambiente de dolor, que sigue manteniendo la vergonzosa impunidad que arropa a todo el país. Los jesuitas no abandonaremos la misión y menos el servicio a la gente porque la muerte no va a triunfar en la vida”.
NO NOS VAMOS A IR
Añadió que “¿cuándo vamos a dejar de nombrar a Joaquín y a Javier? Sus nombres seguirán rebotando en el eco de los barrancos y en el susurro del viento que recorre los pinos y las montañas. Desde este recinto sagrado, espacio de reconciliación, paz y esperanza, respetuosamente pedimos al señor presidente de la República, revise su proyecto de seguridad pública porque no vamos bien y esto es clamor popular.
Los féretros fueron rociados con agua bendita por el padre provincial Luis Gerardo Moro y perfumados con incienso por el padre Ávila.
El padre Moro narró cómo acompañado por el presidente de la Comisión de Derechos Humanos acudió a reconocer los cuerpos de sus hermanos jesuitas.
“Hoy con la muerte de nuestros tres hermanos, la recuperación de sus cuerpos y la promesa de la administración estatal de la próxima y pronta detención del sospechoso, nos damos cuenta que no es suficiente. No es suficiente. La realidad de violencia no se va a resolver sólo capturando a un cabecilla. Necesitamos cambiar nuestra cultura de violencia por una de reconciliación y amor. No queremos ni debemos quedarnos satisfechos. Si en 72 horas se lograron recuperar los cuerpos de dos sacerdotes y un laico, ¿por qué no hacer esto con tantos casos impunes? Ya no nos basta. No nos vamos a ir de la Sierra Tarahumara y queremos estar con nuestros pueblos indígenas pero también tenemos una responsabilidad moral de tantos asesinatos y personas desaparecidas. Exigimos que las autoridades cumplan con su obligación y deber”, aseveró al ser cobijado con aplausos de los presentes.
Los presentes gritaron a una sola voz: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva el Padre Gallo! ¡Viva el Padre Mora! ¡Viva México! ¡Viva la Tarahumara! Y para finalizar nueve veces ¡Ya Basta!
La multitud se encaminó al altar para despedirse ante los ataúdes, unos se arrodillaban y dejaban un beso respetuoso sobre los féretros; otros caían de rodillas para llorar a sus muertos, las puertas se abrieron para permitir la despedida de quienes esperaban afuera.
La comitiva de las diferentes etnias –en su mayoría, ralámuli- bailó nuevamente, hizo sonar los tambores y las sonajas además de ofrecer aromas de incienso hacia los cuatro puntos cardinales.
LOS EXGOBERNADORES Fernando Baeza, Patricio Martínez y Javier Corral hicieron acto de presencia en la misa de cuerpo presente para honrar la memoria de los padres asesinados
“Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”
JAVIER ÁVILA AGUIRRE PADRE JESUITA