EL SURGIMIENTO DE LA WEB 2.0 EN 2003 GENERÓ UNA EXPLOSIÓN DE LAS REDES SOCIALES NO COMERCIALES, PORQUE LOGRÓ HORIZONTALIZAR LA COMUNICACIÓN
no son del todo responsables, después de cientos de años de medios masivos verticales y sin interacción, son pocos los 15 años de nuevos espacios horizontales en línea y no podemos exigir a los netizens que sean moderados ante malos gobernantes, represión, comercialización y tantas crisis políticas, de seguridad, sociales y económicas en el mundo.
Las protestas de la llamada Primavera árabe del 2010 al 2012 que se generaron a través de diversos medios sociales, parecían una opción ciudadana para ejercer presión social a gobiernos sin necesidad de medios de comunicación en crisis y controlados por gobiernos locales, pero con el paso de los años, tras lo efímero de los movimientos y la llegada de gobiernos iguales o peores a los que quitaron, quedó un precedente del potencial democrático de las herramientas de participación digitales, pero que dependía de factores locales mucho más complejos. Estos hechos parecían dar la idea de que, gracias a estas redes virtuales como Twitter o YouTube, se podrían generar las revoluciones o los cambios políticos en países “no occidentales”, lo cual implicaba subestimar la capacidad de organización de la sociedad civil y los grupos juveniles que usaron la tecnología como herramienta para buscar democratización, justicia o libertad de expresión.
USAR Y TIRAR
A partir de 2011 el mercado y el mundo estaban listo para socializar a distancia y comenzaron a crearse y popularizarse nuevas redes sociodigitales multiusos, es decir de cualquier temática, como un ecosistema integrado entre la realidad y el mundo digital, para quienes posean las posibilidades económicas y de conectividad.
Actualmente, cualquier nueva plataforma digital está diseñada con elementos de horizontalidad, pero los y las llamadas youtubers o tiktokeros que producen videos cortos, “snack content” (úsese y tírese) que usan las plataformas como espacios principales han generado mucho interés en audiencia juvenil, pero con serias dudas de su profesionalismo, ética, con poco criterio informativo y capacidad de análisis, con lo cual han banalizado la comunicación, con honrosas excepciones.
Los periodistas han perdido visibilidad por un mercado que exige ser agradables, salir en video y presentar de forma banal y entretenida el contenido, pero también es importante reconocer que eso sucede porque algunos medios tradicionales y digitales no han innovado. Aún con lo contradictorio y cambiante de internet y los medios digitales, es importante reconocer que el problema no es sólo de la injusta crítica a la “masa ignorante y poco educada”, sino de las autoridades locales, y en muchos casos temas de propiedad de medios de comunicación.
Lo controversial y polarizado del uso del lenguaje en las redes sociales no es la única circunstancia que lleva a la reflexión, también el espionaje político en línea, la credibilidad de los medios, la vulneración a la privacidad, la privatización de la wifi y los proveedores de internet, la neutralidad en la red, la soberanía tecnológica y la brecha digital.
Son riesgos que pueden reforzar las desventajas sociales y económicas, dañar el flujo libre y gratuito de información, la libertad de asociación y vulnerar los derechos humanos en la era digital, como lo planteó recientemente el Oxford Internet Institute en una investigación para la Unesco: para hacer frente y combatir el discurso de odio es necesario llevar a cabo un esfuerzo a diversos niveles que incluya abordar sus causas profundas y sus factores, impedir que desemboque en violencia y afrontar sus consecuencias sociales más amplias.
*(@alcarlop) Director de Ibero 90.9 radio y profesor del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México