CARLOS III, EL NUEVO REY COMPROMETIDO
LONDRES. Carlos de Inglaterra, el nuevo rey británico tras la muerte de su madre, Isabel II, accede al trono después de más de medio siglo como heredero, una larga espera que ha dedicado a la filantropía, la espiritualidad y a su compromiso con el medioambiente.
Nacido el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham, en Londres, Carlos Felipe Arturo Jorge Windsor es el primero de los cuatro hijos de la reina Isabel II y Felipe, el príncipe consorte fallecido en 2021 que tanta incomprensión mostró hacia las simpatías políticas de su hijo.
El nuevo monarca, quien decidió nombrarse Carlos III, y que disfrutaba de una pensión de jubilación de unas 100 libras (que donaba a una organización benéfica), llega al trono con la reputación de ser más políticamente entrometido que su madre, defensor de causas que van desde la agricultura orgánica a la arquitectura neoclásica, pasando por la ecología.
Su vida pública ha estado marcada por los años grises que siguieron a su separación en 1992 de Diana de Gales, madre de sus dos hijos, los príncipes Guillermo y Enrique, así como por su relación con Camilla Parker Bowles, con quien contrajo matrimonio en 2005 en una ceremonia civil a la que no acudió la reina.
La duquesa de Cornualles, que en principio será princesa consorte tras la coronación de Carlos, ha superado la impopularidad que mantenía entre los británicos durante los primeros años de relación pública con Carlos.
MUERTE DE DIANA
La muerte de Diana en 1997, en un accidente de automóvil en París, fue un golpe tanto para sus hijos como para Carlos, que viajó a Francia con las dos hermanas mayores de la princesa para repatriar el cuerpo al Reino Unido.
Carlos se había casado con la princesa en julio de 1981 en la catedral de San Pablo en Londres, en una de las bodas reales más relevantes del siglo XX.
En el día del funeral de Diana, Carlos acompañó a sus dos hijos, de 15 y 12 años en aquel momento, mientras caminaban detrás del féretro en la procesión que llevó hasta la Abadía de Westminster.
Carlos dedica sus jornadas a gestionar las más de 20 organizaciones sin ánimo de lucro que dirige, una intensa actividad que combina con su agenda oficial.
Precisamente, su fundación se ha visto enredada recientemente en varios escándalos de supuesta corrupción, por recibir donaciones millonarias a cambio de facilitar la concesión de títulos.
Mientras que Isabel II ha mantenido durante su reinado una extrema prudencia a la hora de expresar sus opiniones personales, Carlos se ha caracterizado en las últimas décadas por su vehemencia en la defensa de las causas humanitarias y medioambientales.
Carlos, siempre reacio a silenciar sus opiniones, ha levantado diversas polémicas a lo largo de los años por sus declaraciones de tono marcadamente honesto, una característica que sus asesores le aconsejan moderar para acercarse a la imparcialidad de su madre. Últimamente hizo saber su desacuerdo con la política del Gobierno conservador de expulsar a Ruanda a los solicitantes de asilo que entraron de forma ilegal en el país.
Hasta cuando era príncipe de Gales, marcó la diferencia en la familia real británica desde su infancia, cuando a los nueve años se convirtió el primer heredero al trono que acudía al colegio, en lugar de ser educado por tutores privados en el Palacio de Buckingham, en Inglaterra.
Carlos III, a diferencia de su madre, se ha caracterizado en las últimas décadas por su vehemencia en la defensa de las causas humanitarias y medioambientales
EL REY