Japonés Yuki Kawauchi ganó el Maratón de Boston
Kirui, que estuvo en el comando de la prueba hasta los últimos kilómetros, acabó segundo con un tiempo de 2h18:21, mientras que el estadounidense Shadrack Biwott fue tercero con un registro de 2h18:32.
También Linden, como se esperaba, se aprovechó de las malas condiciones climatológicas -que afectaron más a las corredoras africanas- para cruzar la línea de meta en primer lugar con un tiempo de 2h39:54 y ser la primera corredora estadounidense que consigue la victoria en 33 años.
La atleta estadounidense que la antecedió como campeona fue Lisa Larsen, en 1985, tres meses antes de que Linden, hoy de 34 años, celebrase su segundo cumpleaños.
“No tengo palabras para expresar lo que se siente”, declaró Linden al valorar los sentimientos que tenía tras ganar la carrera. “Todo se lo debo al gran trabajo que han hecho conmigo mis entrenadores”.
La también estadounidense Sara Sellers acabó segunda con un tiempo de 2h44:05, mientras que la canadiense Krista Duchene fue tercera con un registró de 2h44:20.
Otras tres corredoras estadounidenses ocuparon los siguientes puestos, mientras que la campeona defensora, la keniana Edna Kiplagat, acabó en el octavo con un tiempo de 2h4:14.
En las pruebas de sillas de ruedas, el suizo Marcel Hug volvió a dominar en masculino al conseguir el cuarto triunfo consecutivo con registro de 1h46:25, que se convierte en el peor desde la primera edición de esta modalidad, disputada en 1987.
La estadounidense Tatyana Mcfadden también cumplió con los pronósticos y venció por quinta vez consecutiva en la prueba de mujeres con un tiempo de 2h4:41, el peor registro en 30 años según los organizadores.
Las pésimas condiciones climatológicas obligaron a Hugg a ser tratado por los servicios médicos que cubren la carrera una vez que cruzó la línea de meta.
Mientras tanto, el Comisionado de Policía de Boston, Bill Evans, confirmó que no se registró ningún tipo de incidente durante toda la jornada y que el plan de seguridad establecido con cientos de agentes tanto uniformados como vestidos de civil, que en algunos lugares del recorrido de la pruebas estaban solos, funcionó a la perfección.
La asistencia de espectadores fue inferior a la los años anteriores, no solamente por las malas condiciones climatológicas, sino porque el tradicional partido de béisbol que todos los años disputan los Medias Rojas de Boston fue cancelado por la lluvia.