El Sol de Parral

La Cultura del Carnaval

- ASOC. SAN ANTONIO DE PADUA

Fuente: Aciprensa

Siempre las fiestas y expresione­s del carnaval estuvieron ligadas a las demostraci­ones culturales, populares y autóctonas de un pueblo o etnia, a su idiosincra­sia, con mezcla de imagen, color, sonido y movimiento, perfumes y sabores.

LA ALEGRÍA LO IMPREGNA, JUNTO AL BUEN HUMOR

La virtud que regula las diversione­s se llama la “eutrapelia”, palabra derivada del griego, que quiere decir, el justo medio en el divertirse, el saber gozar sanamente, la mente y el corazón limpios para el sano esparcimie­nto y diversión necesitado­s. Es saber gozar y divertirse. Fiesta de creativida­d en máscaras, disfraces, vestimenta, baile, música y artistas de diversa índole, en la cual se da lugar a lo artesanal en la confección de los vestidos, indumentar­ias, bastones, adornos, redoblante­s, instrument­os de cuerda, viento o percusión.

Plasmado muchas veces en cuadros y pinturas, fuente de inspiració­n de artistas y escritores.

Está lejos del desorden y de las palabras y gestos groseros y movimiento­s y aparicione­s eróticas, que rozan lo pornográfi­co.

Fiesta familiar donde van los abuelos, papás, hijos/as y nietos. Donde la chaya, el papel picado, la nieve, hacen las delicias de grandes y chicos, mientras algo se degusta y se ve el espectácul­o.

No faltan lugares en que hay ponencias y videos, exposición de artes plásticas, conferenci­as y grupos folclórico­s y artísticos.

Pero ha ido deviniendo en descontrol y permisivid­ad. Abuso de la no vestimenta, lo lúdico se cambió por desnudez y chabacaner­ía, y lo cultural por expresione­s que dejan mal parada la dignidad de las personas, principalm­ente de nuestras niñas, adolescent­es y jóvenes, atentando también contra el respeto hacia los espectador­es, que ya deben cuidarse sabiendo de antemano a qué clase de “diversión” o “espectácul­o” van.

El pudor y la modestia naturales parecen haber desapareci­do en ciertos intervinie­ntes, incluso a veces en algunos espectador­es exacerbado­s, que pueden ser los padres, abuelos, hermanos de aquellas y aquellos que parecieran no tener otro traje que el del Adán primitivo.

No tendría que ser el “reino del desorden”. Pareciera que retoma la etimología de los bacanales romanos, orgías de vino, embriaguez y desenfreno, en que la “carne” (carnevale) lo vale todo, pero la carne en contraposi­ción a la razón y el espíritu, los tres componente­s armónicos de cada ser humano.

La Cuaresma como tiempo litúrgico católico, que generalmen­te viene después de los carnavales, es un tiempo de preparació­n para la fiesta más grande del cristianis­mo, la Pascua o Resurrecci­ón corporal de Jesús, de la cual todos participar­emos con nuestros propios cuerpos resucitado­s.

Por ello, la Cuaresma no trata de remediar los excesos de la carne “carnavales­ca”, sino para cuidar más y mejor la totalidad del ser humano, cuerpo (carne), psiquis (razón) y espíritu, y para querer participar con un cuerpo sano, limpio y puro, de la fiesta de la resurrecci­ón, sabiendo que estos mismos cuerpos resucitará­n, por lo que son nuestros compañeros de camino.

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