El Sol de Parral

Lulú: experiment­ada costurera de vestuario

El estilo para las Catrinas es el más difícil, afirmó

- MARIANO RUBIO GIRÓN

Se llama María de Lourdes Castañón Barrón; es la costurera que se ha dedicado a vestir a los muertos que desde el año 2012, reviven de sus tumbas del Panteón de Dolores, para mostrarnos un poco de la historia de nuestra ciudad, de la cual se le conoce en todo el mundo.

Es en su casa ubicada en la colonia “La Colmena”, calle Termitas, los colores que visten al elenco de “Platicando con los muertos” se han creado a lo largo de ocho años y ahora se están realizando las Catrinas para la edición 2019.

El taller de costura de a quien se le conoce como “Lulú”, está ordenado y aunque adaptó su espacio en el recibidor de su morada, las máquinas y los asientos donde esperan los clientes es agradable.

“Yo llevo 15 años de costurera al público, aunque ya perdí la cuenta desde cuando cosía para la familia, levantando bastillas, poniendo cierres”.

Dijo que antes de este oficio, pensó en las necesidade­s del hogar, tomo tres años de curso de escuela para fortalecer sus conocimien­tos y logró mejorar su talento, ahora para vestuario teatral gracias a Valor Arte, A. C., y a la licenciada Liliana Valdez.

“Tengo una máquina Singer, es casera, y mi esposo es el técnico, las fallas siempre pasan y es cuando más apuro tiene uno, pero mi esposo es mi reparador particular”.

En lo referente a las telas para los vestuarios, dijo que se utilizan sedas, encajes y satines, en esta ocasión se están incorporan­do el terciopelo y listones, nuevos materiales traídos de El Paso.

“El más difícil es uno de las Catrinas y es el que más me gusta, “las Catrinas ahorita son las más costosas por el material y encaje; la licenciada es la modista, pues es profesiona­l de este trabajo y entre las dos vamos por el material”.

Valdez agregó que puesto que ella se dedica solo a la realizació­n de los diseños de moda mortuoria para el evento, Lulú es quien conoce de las telas; es por ello que el equipo se refuerza y la atmósfera de cada personaje luce en ese espacio.

“Casi siempre pasan percances, pues queremos que esto luzca como un trabajo profesiona­l, procuramos dejar un día y anticiparn­os a cualquier situación, esta parte de la producción no es cosa fácil” expuso. De momento se están basando en las Catrinas, pero todo el vestuario se realiza como prendas de tipo teatral.

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/MARIANO RUBIO Lulú se encarga del vestuario de Platicando con los muertos.

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