Don Lencho y su armónica oriental
Nunca pensó que terminaría ganándose el centavo tocando la armónica en la calle, sin embargo, para don Lorenzo Chew la vida es una fiesta que todos los días debe ser amenizada
El protagonista de esta historia es un artista urbano de ascendencia china, quien toca la armónica fuera de centros comerciales, transporte público y calles del centro de la ciudad, con el fin de ganar algo de dinero.
Don Lorenzo y su armónica oriental, recorren las calles de nuestra ciudad desde tempranas horas del día, con el fin de lograr deleitar a niños, jóvenes, adultos y abuelitos. A pesar de tener conocimientos musicales desde hace tiempo, no se ha dedicado al arte siempre, puesto que hasta hace un año él se desempeñaba arreglando aparatos electrónicos, oficio que tuvo que abandonar ante complicaciones que sufrió en su espalda.
Desde hace 56 años, cuanto tenía 18 años y se encontraba haciendo su servicio militar aprendió de este instrumento que luego de más de medio siglo terminó dándole de comer.
“Viejita nunca me imaginé que te iba a traer para comer frijoles, soplando”, expresó al narrar cómo fue la conversación con su esposa al notificarle la manera en la que se estaría ganando la vida.
En calles del centro de nuestra ciudad se le ha visto en más de una ocasión, cautivando a propios y extraños que ante los recuerdos que afloran al momento de escuchar música que toca sus fibras emocionales, rompen en risas, bailes y hasta en llantos.
“Hasta soplando le da Dios para comer”, dijo al contar cómo fue la primera vez que recibió dinero por tocar, donde logró recolectar cerca de 70 pesos.
Un instrumento como la armónica es capaz de transmitir una energía de las emociones, ya que al escuchar su sonido se puede sentir melancolía tristeza o hasta amor, según menciona don Lorenzo.
Por esta razón, él considera que su expresión artística es capaz de llegar a un pequeño que no sabe ni siquiera lo que es la música, o incluso hasta un adulto que va pensando en sus problemas diarios.