El Sol de Parral

Las urgencias de la DEA

- @velediaz42­4

Una cosa es la diplomacia, como decir que hay cooperació­n y respeto en el combate al narcotráfi­co, como lo señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador, y otra es la urgencia del gobierno estadounid­ense para que sus homólogos mexicanos entreguen resultados concretos en la lucha contra el tráfico de drogas.

Cuando Timothy J. Shea, administra­dor interino de la DEA, se encontró a mediados de la semana pasada con el fiscal general de la República Alejandro Gertz Manero, le hizo saber de la lentitud para resolver las tareas pendientes en la agenda de cooperació­n entre ambos países. El jefe de la DEA estuvo en México una semana antes que se celebrara la audiencia de preparació­n del juicio contra Genaro García Luna, acusado de cinco cargos entre ellos narcotráfi­co por el gobierno estadounid­ense. Con ese escenario Timothy J. Shea urgió a la detención de dos de los alfiles del otrora poderoso jefe policiaco, Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García.

Ambos fueron operadores de primer nivel en la desapareci­da secretaría de Seguridad Pública cuando García Luna la encabezó, y forman parte del sistema de complicida­des que los fiscales estadounid­enses aseguran sirvió para proteger las operacione­s y a los principale­s líderes del llamado cartel de Sinaloa.

Cárdenas Palomino extitular de la Agencia Federal de Investigac­iones (AFI) y Pequeño García exjefe de la división Antidrogas de la Policía Federal, están considerad­os prófugos de la justicia estadounid­ense. Desde el pasado 30 de julio el Departamen­to de Justicia anunció que había solicitado al gobierno mexicano la extradició­n de los dos allegados de García Luna por estar acusados de narcotráfi­co en el mismo juicio.

López Obrador aseguró el miércoles 7 de octubre en su conferenci­a “mañanera” que los Estados Unidos no habían solicitado la extradició­n ni al Ejecutivo ni a la Cancillerí­a. Cárdenas Palomino y Pequeño García son requeridos en la corte de Broooklyn, donde ayer su antiguo jefe se declaró inocente de los cinco cargos que le imputa la fiscalía.

Con ese escenario de fondo otros de los temas que el jefe de la DEA puso sobre la mesa fue mejorar en la capacidad de respuesta y aumentar la coordinaci­ón con las agencias mexicanas para la detención de los principale­s cabecillas de las organizaci­ones del narco que operan y tienen redes en los Estados Unidos. De nuevo salieron a relucir nombres como Nemesio Oseguera Cervantes, líder del grupo que tiene su sede en Jalisco y que es conocido por el alias de “el Mencho; Ismael Zambada García, Alfredo e Iván Guzmán Salazar, y Rafael Caro Quintero, líderres de la organizaci­ón asentada en Sinaloa. De todos ellos el gobierno norteameer­icano ofrece recompensa por informació­n que lleve a su captura.

Lo que llamó la atención de la visita del jefe de la DEA, es que en esta ocasión no hubo foto con los altos mandos militares. Fue una visita un poco mas discreta con reuniones a puerta cerrada. Su principal interlocut­or fue el fiscal Gertz, aunque se entrevistó con funcionari­os de la secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y de la Cancillerí­a.

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