DEMÓCRATAS, CON CONFIANZA TRAS EL DEBATE
ENTRE CERVEZAS Y COSTILLAS, ESTADOUNIDENSES EN LA CDMX VIVIERON EL ENCUENTRO ENTRE CANDIDATOS A VICEPRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS
CDMX. Tensión fue el clima que se respiró entre la comunidad demócrata en la Ciudad de México durante el único debate entre los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos. La demócrata Kamala Harris se mostró más centrada, mientras el republicano Mike Pence, sin perder la actitud cortés, repitió algunas de las acusaciones de su jefe Donald Trump y arrebató repetidamente la palabra a su rival, ante los intentos de la moderadora, Susan Page, de que el republicano respetara los tiempos.
“Este tipo de eventos se vive de una manera apasionada entre los estadounidenses, pues esta es una de las elecciones más importantes del país”, consideró en entrevista para OEM Dan Defossey, CEO y socio fundador de Pinche Gringo BBQ, un habitual sitio de reunión para la comunidad estadounidense en la capital del país.
Conforme los temas se tornaron más espinosos se incrementó la inconformidad entre los demócratas que se congregaron en el restaurante de comida texana. Casi al unísono, negaban y manoteaban en la mesa entre sonrisas nerviosas.
Kamala Harris arrancó con críticas a la gestión de la pandemia por parte de la administración Trump, que calificó como “el mayor fracaso” en la historia de EU.
El coronavirus es un tema sensible para los asistentes. El centro de reunión cumplió las normas necesarias para evitar la propagación del virus, y la gente mantenía su distancia entre reacciones de asombro o incertidumbre, intercambios de miradas y sorbos a sus bebidas cuando los candidatos se atacaban por la gestión del gobierno ante la pandemia.
De momento el ambiente se distendía y las sonrisas volvían. Algunos aprovechaban para ir a la barra de alimentos y bebidas.
El cambio climático silenció de nuevo el lugar y la atención volvió a la pantalla. Algunos no parpadean, miraban fijamente, concentrados. Un grupo de jóvenes no soltaba sus teléfonos y tuiteaba su punto de vista sobre el caos climático.
Otros aplaudían el hecho de que el debate sea más fluido, con pocas interrupciones, pero que permitió crear criterios entres los asistentes, escuchar propuestas y contrapropuestas.
Sin embargo, los debates no cambiarán la opinión de la mayoría de los estadounidenses, “pase lo que pase entre los demócratas y entre lo que votarán por Trump”, afirma Gricha Raether, presidente de Democrats Aboard México.
“Los que sí puedan cambiar son todos los republicanos que piensan que Trump no es republicano, que le ha hecho mucho daño al partido y a la nación, y ver a los candidatos a vicepresidente sí puede darles el empujón necesario para salir a votar”, afirma Raether.
“La mayor parte de la gente ya ha decidió por quien va a votar, de hecho ya votó en línea, por correo. Pero en este debate se refrendará la importancia del cambio y de que Biden y Harris son la mejor fórmula para EU”, consideró por su parte Amy Glover, analista política.
En el salón, entre el paso de la prensa extranjera, se habla de China y se nota el desinterés y caras de fastidio.
“Hablar de China es un tema que involucra sólo a los políticos y empresarios, pero a los ciudadanos es un tema que no nos afecta” afirma Melissa Bane, una de los asistentes.
Después llegan Venezuela, el Estado Islámico, Irán, y parece regresar el ánimo: los asistentes, intercambiaban ideas, gestos de afirmación o de negación. Los de la mesa dos pedían otra ronda de cerveza y coinciden que Vladimir Putin es un tema que se debe tratar a fondo.
La violencia racista fue el tema más sensible, entre risas irónicas ante las declaraciones de Mike Pence respecto a las acciones de beneficio a la comunidad afroamericana y la preocupación por el apoyo del presidente a los grupos supremacistas.
Al final, un tono civilizado cierra el debate que ofreció un marcado contraste con el violento enfrentamiento verbal entre Donald Trump y Joe Biden la semana pasada. Tanto Harris como Pence dejaron claro las posturas políticas de cada fórmula y esto se reflejó en los rostros de la mayoría de los asistentes a Pinche Gringo BBQ, sobre todo al escuchar entre aplausos a Kamala Harris decir en su intervención final que ganarán las elecciones del 3 de noviembre.