El Sol de Parral

DEMÓCRATAS, CON CONFIANZA TRAS EL DEBATE

ENTRE CERVEZAS Y COSTILLAS, ESTADOUNID­ENSES EN LA CDMX VIVIERON EL ENCUENTRO ENTRE CANDIDATOS A VICEPRESID­ENTE DE ESTADOS UNIDOS

- JAIR SOTO Y VÍCTOR HUGO RICO/EL

CDMX. Tensión fue el clima que se respiró entre la comunidad demócrata en la Ciudad de México durante el único debate entre los candidatos a la vicepresid­encia de Estados Unidos. La demócrata Kamala Harris se mostró más centrada, mientras el republican­o Mike Pence, sin perder la actitud cortés, repitió algunas de las acusacione­s de su jefe Donald Trump y arrebató repetidame­nte la palabra a su rival, ante los intentos de la moderadora, Susan Page, de que el republican­o respetara los tiempos.

“Este tipo de eventos se vive de una manera apasionada entre los estadounid­enses, pues esta es una de las elecciones más importante­s del país”, consideró en entrevista para OEM Dan Defossey, CEO y socio fundador de Pinche Gringo BBQ, un habitual sitio de reunión para la comunidad estadounid­ense en la capital del país.

Conforme los temas se tornaron más espinosos se incrementó la inconformi­dad entre los demócratas que se congregaro­n en el restaurant­e de comida texana. Casi al unísono, negaban y manoteaban en la mesa entre sonrisas nerviosas.

Kamala Harris arrancó con críticas a la gestión de la pandemia por parte de la administra­ción Trump, que calificó como “el mayor fracaso” en la historia de EU.

El coronaviru­s es un tema sensible para los asistentes. El centro de reunión cumplió las normas necesarias para evitar la propagació­n del virus, y la gente mantenía su distancia entre reacciones de asombro o incertidum­bre, intercambi­os de miradas y sorbos a sus bebidas cuando los candidatos se atacaban por la gestión del gobierno ante la pandemia.

De momento el ambiente se distendía y las sonrisas volvían. Algunos aprovechab­an para ir a la barra de alimentos y bebidas.

El cambio climático silenció de nuevo el lugar y la atención volvió a la pantalla. Algunos no parpadean, miraban fijamente, concentrad­os. Un grupo de jóvenes no soltaba sus teléfonos y tuiteaba su punto de vista sobre el caos climático.

Otros aplaudían el hecho de que el debate sea más fluido, con pocas interrupci­ones, pero que permitió crear criterios entres los asistentes, escuchar propuestas y contraprop­uestas.

Sin embargo, los debates no cambiarán la opinión de la mayoría de los estadounid­enses, “pase lo que pase entre los demócratas y entre lo que votarán por Trump”, afirma Gricha Raether, presidente de Democrats Aboard México.

“Los que sí puedan cambiar son todos los republican­os que piensan que Trump no es republican­o, que le ha hecho mucho daño al partido y a la nación, y ver a los candidatos a vicepresid­ente sí puede darles el empujón necesario para salir a votar”, afirma Raether.

“La mayor parte de la gente ya ha decidió por quien va a votar, de hecho ya votó en línea, por correo. Pero en este debate se refrendará la importanci­a del cambio y de que Biden y Harris son la mejor fórmula para EU”, consideró por su parte Amy Glover, analista política.

En el salón, entre el paso de la prensa extranjera, se habla de China y se nota el desinterés y caras de fastidio.

“Hablar de China es un tema que involucra sólo a los políticos y empresario­s, pero a los ciudadanos es un tema que no nos afecta” afirma Melissa Bane, una de los asistentes.

Después llegan Venezuela, el Estado Islámico, Irán, y parece regresar el ánimo: los asistentes, intercambi­aban ideas, gestos de afirmación o de negación. Los de la mesa dos pedían otra ronda de cerveza y coinciden que Vladimir Putin es un tema que se debe tratar a fondo.

La violencia racista fue el tema más sensible, entre risas irónicas ante las declaracio­nes de Mike Pence respecto a las acciones de beneficio a la comunidad afroameric­ana y la preocupaci­ón por el apoyo del presidente a los grupos supremacis­tas.

Al final, un tono civilizado cierra el debate que ofreció un marcado contraste con el violento enfrentami­ento verbal entre Donald Trump y Joe Biden la semana pasada. Tanto Harris como Pence dejaron claro las posturas políticas de cada fórmula y esto se reflejó en los rostros de la mayoría de los asistentes a Pinche Gringo BBQ, sobre todo al escuchar entre aplausos a Kamala Harris decir en su intervenci­ón final que ganarán las elecciones del 3 de noviembre.

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Harris y Pence debatieron en la Universida­d de Utah/ REUTERS

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