Presente Chihuahua en marcha histórica
El sentimiento de los mexicanos quedó plasmado en el trayecto del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México el domingo pasado, en una marcha que no era marcha, era un desfile de apoyo y de reconocimiento por los cuatro años de la transformación de México, de un gobierno humano, sensible a las necesidades del pueblo que durante décadas había permanecido ajeno a las decisiones del gobierno federal.
Pudieron contarse 1.3 o hasta 1.5 millones de participantes en esta manifestación de respaldo al presidente López Obrador, quien fue reconocido por el New York Times, el Washington Post y muchos otros medios nacionales e internacionales, al día siguiente de este evento, como uno de los mandatarios más populares de todo el mundo.
Lo importante es destacar el momento histórico que estamos viviendo, porque como él mismo lo ha destacado; no se trata de un hombre –dotado de genio y sobrado de cariño del pueblo mexicano¬¬–, se trata de un movimiento tendiente a cambiar las cosas que estaban mal en el país y otras tantas que aún prevalecen luego de décadas de despilfarro y corrupción. Se trata de una transformación profunda del sistema de gobierno mexicano, que dio de sí hace 30 o 40 años atrás.
Por lo anterior y por un convencimiento personal sobre los cambios que requiere el país, acudimos el pasado domingo a la Ciudad de México a mostrar nuestro apoyo, el de mi familia y de muchas otras familias juarenses.
Atendimos la convocatoria porque formamos parte de esta transformación del país cuyo espíritu ahora campea en Ciudad Juárez, con la voluntad de los ciudadanos quienes optaron por un cambio y la llegada de Morena al gobierno de la ciudad hace un año. Fuimos también a respaldar a nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, porque contra viento y marea logró llegar al corazón de la política mexicana, desde donde se pueden generar los cambios necesarios para un México mejor; y porque durante estos cuatros años de gobierno ha demostrado que es posible el cambio pregonado, que la transformación no es una quimera y que es posible construir un país próspero y en paz a través de un gobierno eficiente y honesto.
La política mexicana se está reescribiendo o tomando nuevo curso, contrasta con el realismo político que nos hablaba en su afamada novela Carlos Fuentes, que tuvo mucho auge en la década pasada, y converge con la recuperación de su esencia. No echó las campanas al vuelo, ni mucho menos, falta mucho por hacer, pero hablo de una recuperación, de un paso hacia delante, y es un muy buen comienzo, digno de reconocerse y más digno en continuarse.
La representación en la marcha de Ciudad Juárez y del estado de Chihuahua en general fue copiosa, muy notoria, lo que habla de la aceptación de los cambios y las mejoras que han surgido en estos cuatro años del gobierno lópez-obradorista, y también de la intención de continuar con esta evolución que nos atañe a todos, inclusive a los que no opinan o los que se oponen, porque a todos nos está beneficiando, directa e indirectamente, a través de los múltiples programas de Bienestar, de la gran obra social que se realiza desde el gobierno, pero también a través de la obra pública, del desarrollo económico, la estabilidad y la paz social.
Desde este humilde espacio reconocemos y felicitamos al presidente por estos cuatro años al frente de la Presidencia de la República. Pero sobre todo, estoy plenamente consciente de que la mejor manera de contribuir y reconocer este gran esfuerzo no es con aplausos y felicitaciones vanas, sino haciendo todo lo mejor posible nuestro trabajo, con todo el alcance de nuestras fuerzas para emular ese trabajo que se realiza desde el Palacio Nacional.
Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cpc16169@ gmail.com