Soraida e Israel desean una bici para Navidad
Lo que más necesitan estos niños es una cama para dormir, pues duermen en tendidos: Tutora
La niñez es quien aún posee la magia de la Navidad, anhelando juguetes y regalos, son ellos quienes dan una pizca de esperanza a las mesas de los hogares, pero para los que menos tienen, el sueño de obtener un obsequio, muchas veces se queda solo en eso, en un sueño.
En el hogar de Melissa Torres viven dos niños, Soraida Paloma Torres Rivera de 9 años de edad e Israel Torres Rivera de 10 años, quienes van a la escuela pese a las adversidades que les marcó el destino.
Su hogar ubicado en la calle Antonio Castro Leal sin número, parece pasar desapercibido a simple vista pero si mira uno hacia abajo, se puede divisar una casita de madera.
Ese pequeño espacio es compartido por la tía y los abuelos de los pequeños de quien se hacen cargo y con las vísperas de navidad, constantemente escuchan los deseos de los pequeños.
Ambos quieren una bicicleta, aunque el pequeño Israel se conformaría con un carro de control remoto, mientras que Soraida, anhela andar en bici, también pide lo que cualquier niña de su edad prefiere, muñecas o lo que se le pueda regalar.
Cuando se le pregunta a Melissa si en su hogar se tiene planeada una cena para
La familia anhela ofrecer una cena, pero con el trabajo de solo dos personas en esta vivienda, apenas alcanza para lo mínimo.
la próxima Nochebuena, comenta que con que cenen todos en la casa se da por bien servida.
Lamentablemente lo que más necesitan estos pequeños es una cama para dormir, pues comenta su tutora que duermen en tendidos ya que no tienen una cama para ellos aparte. La vivienda está al desnivel de las demás casas habitación de la calle Antonio Castro Leal de la colonia Gomez Morín, la cual es difícil de verse a simple vista pero destaca de entre los demás hogares ya que su techo, se encuentra al nivel de donde está el piso de las otras. No tienen baño y además, siguen esperando la promesa de los gobiernos que continuamente se han acercado para ofrecer el apoyo pero éste no más no ha llegado. En éste lugar que adorna una de las esquinas, un calentón de leña, se siente frío cuando la misma madera falta, por lo que las cobijas es lo que les quita el frío.
La familia anhela ofrecer una cena, pero con el trabajo de solo dos personas en esta vivienda, apenas alcanza para lo mínimo.