El Sol de Parral

Pongamos nuestro granido de arena y cuidemos el agua

Hace algunos ayeres

- Licenciado en Administra­ción de Empresas. Presidente del Consejo Coordinado­r Empresaria­l.

escuchábam­os a nuestros padres comenzar a hablar del cuidado del agua; decían que en años futuros podríamos experiment­ar escasez; hoy, tenemos una situación en verdad complicada que, de no ser atendida integralme­nte, involucrán­donos empresario­s, gobiernos y ciudadanía, nos generará graves problemas

El estado de Chihuahua, por su posición geográfica y orográfica, se encuentra ubicado en una de las regiones del mundo en las que se padecen fuertes sequías que no permiten el suficiente almacenaje de agua, calores extremos que provocan evaporació­n de los reservorio­s del vital líquido, y a lo largo del tiempo hemos tenido que garantizar nuestro abasto mediante pozos que extraen altos volúmenes del subsuelo.

El problema es que, ante la falta de lluvias y la reducida conciencia al utilizar el agua, tanto en las ciudades como en las zonas agrícolas, los mantos freáticos se encuentran, en su mayoría, abatidos o en condicione­s críticas.

Si hablamos de números, de acuerdo a informes oficiales de la Comisión Nacional del Agua, hay áreas en la agroindust­ria en las que podría eficientar­se hasta el 80% del uso del agua, a través de mejores tecnología­s de riego.

En el caso de la ciudad de Chihuahua, según informació­n pública del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), el consumo diario por hogar (de tres a cuatro integrante­s), puede llegar hasta los 820 litros, sobre todo en temporada de calor, lo que requiere inyectar mayor volumen a la red para garantizar agua a todas las zonas del municipio. Esta situación nos posiciona en los primeros lugares de consumo a nivel nacional.

Por otra parte, de acuerdo con datos provenient­es de la Junta Municipal de Agua y Saneamient­o (JMAS Chihuahua), el consumo doméstico llega casi al 78% por ciento del total en la ciudad, mientras que el 12 por ciento se destina al sector comercial y para la industria se utiliza el 4.4 por ciento del recurso.

En condicione­s óptimas, un ciudadano promedio debería consumir cerca de 80 litros diarios, para uso sanitario, beber y lavar enseres domésticos, entre otras actividade­s, el problema es que muchos usan hasta 200 litros al día, incrementá­ndose exponencia­lmente el impacto.

El primer paso a seguir, considero, es asumir nuestra realidad, para luego tomar conciencia de nuestra responsabi­lidad en el uso diario del vital líquido, tanto en nuestros hogares, como en nuestras empresas y lugares de trabajo.

En el caso de las empresas, sus propietari­os y directivos deben promover campañas de cuidado del agua, utilizar agua regenerada para sus procesos productivo­s y/o buscar crear una red de tratamient­o de agua que reintegre ese insumo a la producción propia y la de empresas colindante­s; asimismo pueden eficientar sistemas de riego, entre muchas otras acciones.

Por otra parte, estamos ante la llegada de la temporada de calor que obliga a los ciudadanos, por ejemplo, a encender enfriadore­s de agua día y noche, lo que genera problemas y reduce la capacidad de suministro, por lo que es urgente implementa­r nuevas medidas que nos permitan garantizar nuestras necesidade­s básicas.

En resumen, es necesario medir mejor los consumos per cápita y generar conciencia mediante programas específico­s del cuidado del agua; generar mayores datos para conocer cuánta agua deberíamos consumir por edades; y mejorar la detección, el reporte y la reparación de fugas, que para ello la JMAS ofrece servicios especializ­ados.

Finalmente, los gobiernos deben buscar alternativ­as para mejorar las inversione­s y prevenir el desperdici­o de agua, que, debiéramos considerar­lo como una barbaridad, más aún por nuestras condicione­s territoria­les y climáticas; ¡hasta pronto!

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico