El amor en los tiempos de las redes sociales
A propósito del Día del Amor y la Amistad que celebramos recientemente, viene a mi memoria cómo se vivían estos valores hace un par de décadas y cómo ha cambiado la forma en que interactuamos con los demás.
Un factor muy importante en la evolución de las relaciones interpersonales ha sido el avance de la tecnología y sobre todo de las redes sociales, que por un lado nos han permitido acortar distancias, ya que nos han facilitado la comunicación con seres queridos que viven lejos; sin embargo también podemos observar en nuestro entorno como mucha gente se aleja de familiares y personas cercanas al prestarle más interés a los dispositivos móviles.
Antes, las relaciones de amistad perduraban en la medida que se mantuviera un contacto directo con las otras personas, compartiendo momentos, realizando actividades al aire libre o recurrentemente asistir a un café y gozar de una amena conversación; sin embargo actualmente pareciera que la popularidad de las personas radica en cuantos “amigos” tengan en Facebook y otras redes. Dicho sea de paso, ahora llamamos “amigos” incluso a personas que nunca hemos conocido frente a frente, sino solamente por el ciberespacio, arriesgándonos incluso a que lo que se muestre en su perfil no sea real.
Ahora el afecto se mide por “likes” y se demuestra en la medida en la que se “etiqueta” en las publicaciones. Ni que decir del amor, que también ha cambiado, mientras en otros tiempos se acostumbraba a que los hombres “cortejaban” a las mujeres hasta ganarse su afecto, ahora muchas relaciones han iniciado por medio de algún “chat” o de una red social.
Respecto a las relaciones ya establecidas, con el uso de la tecnología pareciera que el amor es desechable, pues se han vuelto frágiles debido a que los teléfonos inteligentes han permitido el acceso a medios de comunicación directa con una cantidad innumerable de personas, lo que en muchas ocasiones genera desconfianza o incluso infidelidades.
Es de suma importancia tomar lo bueno de la tecnología, generando lazos más fuertes de amor y de amistad; utilizándola para acercarse a nuestros seres queridos y no lo contrario, permitiéndonos así vivir sentimientos verdaderos y que no solo existan en la realidad virtual.