El Sol de Puebla

CONDOLENCI­AS DE MÉXICO

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LA SRE

WASHINGTON, EU. Después de que 17 personas fueran asesinadas a tiros el miércoles en una escuela secundaria en Florida, ¿se adoptarán medidas nacionales para evitar una nueva tragedia? Lo más probable es que no.

El tiroteo, el número 18 en lo que va del año, activó un ciclo ya conocido, pero difícil de entender en el extranjero: reacciones horrorizad­as, unidad en el dolor, indignació­n y divisiones políticas, y finalmente... inacción. Si el debate se vuelve vacío, es que las posiciones no cambian. Por un lado, están los que se oponen a cualquier restricció­n a la tenencia de armas, en nombre de la sacrosanta segunda enmienda a la Constituci­ón. ¿Por qué? Porque ninguna ley puede evitar que desequilib­rados y criminales consigan un arma, ni que abran fuego en una escuela. Y segundo, porque en vista de estos peligros los ciudadanos deben estar armados. Quienes buscan controlar la tenencia de armas han llevado su lucha al terreno local, donde buscan convencer a los políticos sobre la necesidad de hacer controles forenses y siquiátric­os obligatori­os antes de cualquier venta de armas. El primero Un objetivo nada fácil de alcanzar en un país donde las armas son parte del mito fundaciona­l: con ellas se logró la independen­cia y se conquistó el Lejano Oeste. Los propios términos del debate se distorsion­an: los legislador­es financiado­s por la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso lobby que apoyó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su campaña electoral, rechazan por ideología admitir que un arma de fuego, por definición, es un objeto letal, y que facilitar su acceso es arriesgado.

Casi todas las estadístic­as muestran el vínculo directo entre la proliferac­ión de armas y la frecuencia de los tiroteos. Los estadounid­enses, menos del 5% de la población mundial, poseen casi la mitad de las armas de propiedad civil del mundo. La tasa de homicidios por disparos es 25 veces mayor que en el resto de los países desarrolla­dos. "Si más armas y menos legislació­n sobre armas fortalecie­ra nuestra seguridad, Estados Unidos sería el país más seguro del mundo, pero tenemos la tasa más alta de violencia armada de cualquier nación desarrolla­da", recuerda Shannon Watts, fundadora de Moms Demand Action, una organizaci­ón que lucha contra la tenencia de armas de fuego.

Como siempre después de un tiroteo, los políticos favorables a la NRA no contestaro­n lapregunta embarazosa, alegando respeto a las víctimas.

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