MADRAZO, UN HOMBRE DE RETOS
EL MEXICANO LLEGÓ ÚLTIMO EN 15 KM PERO CUMPLIÓ LA META
EL MEXICANO, A SUS 43 AÑOS TERMINÓ LA PRUEBA DE 15 KM EN ESQUÍ DE LOS JO DE INVIERNO.
Pyeongchang, Corea del Sur.- Un día, la casualidad hizo que Germán Madrazo conociera la historia de un peruano que compitió en los Juegos Olímpicos de Invierno. Al mexicano, un triatleta que había participado varias veces en la prueba del ironman, le interesó la historia, de aquel deportista, y se propuso emularlo algún día.
Y había muy poco tiempo para preparar ese día. Madrazo tenía 42 años, un negocio que atender y era padre de trillizos. Por cierto, tampoco tenía mucho dinero para costearse sus quimeras.
Lo que ocurrió entre aquella decisión y la prueba de 15 kilómetros de esquí de fondo que Madrazo disputó el viernes tiene tintes de “road movie”, historia de superación y proyecto aventurero de tres deportistas, unidos en una fraternidad, incluido el chileno Yonathan Fernández, quien compitió en la misma jornada, y el tongano Pita Taufatofua -sí, el mismo que desfiló sin camisa en la ceremonia inaugural de Pyeongchang. Madrazo, de 43 años, ocupó el último puesto entre los 116 participantes que llegaron a la meta.
Hay que creerle. Madrazo se entusiasmó tras conocer a fondo la historia de Roberto Carcelén, primer peruano en los Juegos Olímpicos de Invierno, quien compitió en Vancouver 2010 y llegó a la meta del esquí de fondo en Sochi, pese a tener dos costillas fracturadas.
Mediante las redes sociales, el mexicano le preguntó a Carcelén si lo podía ayudar. En respuesta, le recomendó a su entrenador, residente en Estados Unidos.
“Le hablé a ese entrenador y me dijo ’no puedo prepararte, porque no tengo tiempo, pero si me acompañas manejando 6.000 kilómetros de Michigan a Utah, adonde tengo que entregar un coche, en el camino te enseño a esquiar”, contó Madrazo ante un grupo de periodistas embelesados con la historia. “Me subí al avión, no sabía siquiera si iba a ir por mí al aeropuerto”.
En cada zona donde había pistas para esquiar, el entrenador cumplió la promesa y fue preparando a su veterano discípulo. Pero una cosa era saber esquiar y otra conseguir el boleto olímpico
Madrazo compitió mediante esquíes con ruedas, que le iban dando algunos puntos clasificatorios para los Juegos Olímpicos. Pero tenía que participar en pruebas sobre nieve. Como pudo, recorrió distintos encuentros de esquí, y en ellos conoció a Fernández y a Taufatofua, el tongano que había desfilado también con el torso desnudo en la inauguración de Río de Janeiro 2016, donde compitió en taekwondo, y que quería llegar de algún modo a los Olímpicos invernales.
Entre los tres fueron motivándose, cada vez que fracasaban en la búsqueda del boleto olímpico.
“Él y Yonathan de Chile hicimos una hermandad. Ahorita nos abrazamos y dijimos ‘peleamos hasta el final’”, contó Madrazo.
Así que para las estadísticas, Madrazo terminó último. Para él, esto es un triunfo.