EL DATO
En Metepec, hijos y nietos de exobreros no desean quedar mal con su santa patrona heredada o impuesta por los españoles
Cada primera semana de diciembre algunos hijos y nietos de exobreros de esta antigua comunidad textil de Metepec apresuran el paso para organizarse por una razón: no desean quedar mal con su santa patrona heredada o impuesta por los españoles dueños en ese entonces de la gigantes fábricas de telas. En efecto: es la virgen de la Purísima Concepción. Esa imagen prácticamente única en el mundo fue entregada al sindicato obrero en 1923 cuando se inauguró este emporio a finales del siglo antepasado y principios del pasado. Rafael Martínez, uno de los cronistas más certeros de este viejo pueblo de más de 7 mil habitantes,
LA VIRGEN
contó así ese momento: “algunos relatan un escenario lleno de paz y camaradería entre empresarios y obreros, es decir, sindicato y líderes”.
Pero, recordó, no fue así: “La iglesia, hoy sede y casa de la Concepción, fue parte del proyecto de la Company Town, de origen inglés el cual incluía fábrica, casas, áreas verdes, zócalo, tienda de raya, mercado, panadería, teatro y templos terminados estos dos últimos en 1923 por los empresarios. “Estos últimos decidieron quedara como la patrona de Metepec y cuyos cimientos en esa época padecían un ambiente hostil lleno de violencia y muertes entre los obreros por instaurar un sindicato”, asumió el cronista.
Era una mezcla “complicada” de anarquistas, anarcosindiclaistas (rojos de la CGT), revolucionarios
(CROM de Morones-amarillos) y los obreros libres y católicos (blancos) contratados para destruir todo intento de crear un sindicato.
La religión predominante en ese tiempo era la metodista, reconoció. “Pero en 1922 fueron vencidos los anarco-sindicalistas y “la lucha a muerte quedó entre los cromistas y libres, venciendo los primeros en 1924 y a partir de 1925 se instaló el Sindicato de Obreros Revolucionarios de Metepec tomando el control de la fábrica”.
Y esto último marcó la pauta religiosa: “los obreros y sus familias adoptaron la línea ideológica nueva y de paso el culto a la virgen de la Purísima Concepción, cuya imagen tallada en madera fue traída desde España”.
Y así continuó la historia hasta 1967 cuando cerraron las puertas de la empresa “y los habitantes recurrieron a las cooperaciones para dar mantenimiento al pueblo y continuar con sus festividades para no dejarlo morir. Desde ese entonces, y con el impulso del presbítero invitaron al Grupo Cultual y Social Metepec para organizar un novenario similar al de la Divina Infantita de Atlixco”.
de la Purísima Concepción, imagen prácticamente única en el mundo fue entregada al sindicato obrero en 1923.