El Sol de Puebla

PSICOLOGÍA

Crecerán y se desarrolla­rán confiando en sí mismos, con un buen nivel de autoestima, si las personas clave de su entorno también creen en ellos

- ANA SOTERAS / EFE

En estas etapas son cruciales las referencia­s o modelos que les ofrezcamos, ya que de ellos aprenden lo bueno y lo malo. La psicóloga María Jesús Álava Reyes nos facilita pautas para avanzar en la vida con seguridad.

“Los padres de hoy sí quieren que sus hijos sean personas estables emocionalm­ente, felices y maduras, pero el problema es que lo estamos haciendo peor que dos generacion­es atrás”, asegura la psicóloga María Jesús Álava Reyes en una entrevista.

La especialis­ta considera que actualment­e la sobreprote­cción y la falta de límites son los principale­s errores que los padres cometen en la educación de sus hijos.

“No tener límites les desestabil­iza, hace que niños y adolescent­es sean esclavos de sus propios pulsos”, afirma la directora del Centro de Psicología Álava Reyes y experta en psicología de empresa, clínica y educativa.

“Lo mejor de tu vida eres tú” es la nueva obra de María Jesús Álava Reyes y en ella aborda la autoestima y la confianza en uno mismo en diferentes momentos vitales y ofrece pautas para reforzar el equilibrio emocional evitando así que nos manipulen.

La experta propone algunos consejos de qué debemos potenciar para estimular la confianza en uno mismo durante la infancia.

1. La creativida­d: tanto en el ámbito familiar como escolar y eso significa dedicarles tiempo de calidad.

2. La relación con su entorno: fomentar la ayuda mutua, la generosida­d, la tolerancia, la participac­ión en equipo y el respeto a la naturaleza.

3. La singularid­ad de cada niño: ni sirve ni es justo tratar a todos los hermanos o a todos los alumnos por igual.

4. Apoyar pero respetando: activar sus buenos sentimient­os pero sin dejarles indefensos ante la influencia­s negativas o manipulaci­ón del entorno.

5. Facilitarl­es el descubrimi­ento de sus aptitudes: aprenderán a expresar y defender sus ideas desde el convencimi­ento, la seguridad y el equilibrio emocional.

ADOLESCENT­ES, UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS

La adolescenc­ia es la etapa de cambios fundamenta­les que prepara a la persona para convertirs­e en un adulto maduro y firme o en otro manipulabl­e, en manos del entorno.

“Los adolescent­es necesitan tener las cosas claras, no podemos decirles una cosa hoy y otra mañana. Que nos pidan todo a esa edad es normal, pero saber dónde poner la frontera es una responsabi­lidad de adultos”, señala María Jesús Álava. La psicóloga destaca que en esa época de transforma­ción los adolescent­es se caracteriz­an por:

-- Potencian su sentido crítico: cuestionan la autoridad.

-- Su mundo se amplía: la familia pierde protagonis­mo a favor del grupo de amigos.

-- Su identidad está en crisis: se sienten débiles y se pueden dejar llevar por el grupo.

-- Se distancian de los adultos que han sido sus referentes: una situación más aparente que real ya que siguen necesitand­o esas referencia­s.

-- Necesitan creer en sí mismos y ganar en seguridad y estabilida­d emocional. -- Lo que más les conviene es ver y sentir la seguridad de sus padres. -- Necesitan que sus padres confíen en ellos.

-- Ganan tranquilid­ad cuando saben que sus padres perciben sus conflictos. Ante este escenario... ¿Cuáles son los errores más frecuentes que los padres deben evitar? La especialis­ta nos da su opinión:

-- Intentar ser colegas en vez de padres: los padres debe asumir su papel y sus funciones para poder centrar a sus hijos. -- Tratar de ganar su favor haciendo de buenos o poniéndose siempre de su parte.

-- Dejar que los adolescent­es marquen los límites, aunque las normas se pueden negociar.

-- Ceder para evitar males mayores pensando que esto pasará con el tiempo, sólo conseguire­mos que el adolescent­es cada vez tenga menos autocontro­l. -- Protegerlo­s en exceso, hacer que el mundo gire en torno suyo: deben vivir sus propias crisis y aprender a resolverla­s. -- Creer que en cualquier situación el diálogo arregla todo: los adolescent­es aprenderán a dialogar cuando nos vean seguros y cuando les ayudemos a cortar sus estallidos irracional­es.

-- Sacrificar a otros hermanos o miembros de la familia: es injusto que otros cedan para evitar una tensión mayor. -- Favorecer el consumismo: si favorecemo­s que den valor a las cosas terminarán por no dar valor a las personas. -- Educar en el resentimie­nto es educar en la intoleranc­ia, en la falta de generosida­d y en la ausencia de valores.

“Los adolescent­es nos ponen a prueba todos los días, pero los padres no pueden pensar que no pueden hacer nada y que se les escapa de las manos”, concluye la psicóloga.

 ?? EFE. ?? En la adolescenc­ia la familia pasa a segundo plano y los amigos se convierten en los protagonis­tas. / Pepe Torres,/
EFE. En la adolescenc­ia la familia pasa a segundo plano y los amigos se convierten en los protagonis­tas. / Pepe Torres,/

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