La democracia a juicio
Este sábado 8 de diciembre de 2018 habrá de pasar a los anales de la historia como el día en que el máximo tribunal de justicia en materia electoral abandonó los principios de certeza y legalidad, violando así la voluntad popular que los sufragantes de e
Este sábado 8 de diciembre de 2018 habrá de pasar a los anales de la historia como el día en que el máximo tribunal de justicia en materia electoral abandonó los principios de certeza y legalidad, violando así la voluntad popular que los sufragantes de este estado expresamos en las pasadas elecciones, de manera mayoritaria, en favor de Miguel Barbosa.
La decisión de los magistrados de mayoría para ratificar a MAE deviene de una elección plagada de irregularidades, violencia y, lo más importante, el desaseo ostensible en el cuidado de la cadena de custodia que hacía necesario anular aquella elección de estado.
Los argumentos del magistrado ponente y de dos magistrados que apoyaron su voto no solo fueron contundentes, fueron exhaustivos, razonados. Y con ello demostraron la falta de certeza en la elección. El presidente de la república, AMLO, expresó que lo respetaba, porque es un hombre institucional incapaz de ir contra los morenistas; en sus expresiones notamos un malestar elocuente. Andrés Manuel López Obrador consideró “antidemocrática” la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de ratificar a Martha Erika Alonso Hidalgo como gobernadora de Puebla, pero manifestó que acepta el fallo del órgano jurisdiccional pese a que como ciudadano está inconforme debido a que el proceso electoral de Puebla no fue “limpio ni libre”.
“Fue una decisión equivocada, diría antidemocrática, pero se tiene que
acatar porque ya hay estado de derecho, que no había en el país. Hay que acatar la decisión del Tribunal, aunque no dejo de expresar mi inconformidad como ciudadano porque no fue una elección limpia ni libre; sin embargo, dicho lo anterior, sostengo que hay que respetar el fallo del Tribunal porque es la autoridad y tenemos que actuar con institucionalidad y demostrar que somos respetuosos del estado de derecho”, declaró.
Al preguntarle si va a trabajar en equipo con la nueva gobernadora, expuso que sí, porque la mayoría de los ciudadanos votó por un cambio verdadero. “Además, la gente no tiene la culpa de los fraudes electorales. Vamos a seguir adelante para que haya una auténtica, una verdadera democracia”.
Al presidente le asiste razón, hay que respetar el fallo de mayoría de la Sala Superior. Por nuestra parte, como poblanos, asumir que este largo y sinuoso proceso electoral llegó a su fin, nos guste o no, así que, gónadas y caras de hombre, poblanos, y militantes de Morena, por el bien de Puebla habremos de brindar apoyo -nos guste o no- a la futura gobernante y confiar en que las manos de RMV no intervendrán en sus decisiones en este sexenio que está por iniciar. Relevante resulta el ofrecimiento que nos hace Martha Erika al expresar que, cito:
“Tengan por seguro que honraré la confianza de los poblanos. Mi gobierno será de puertas abiertas, prevalecerá el diálogo y el trabajo en conjunto”. Afirmó que no hará distingos políticos, por lo que gobernará por quienes votaron por ella y por quienes no lo hicieron.