El Sol de Puebla

La indiferenc­ia del mexicano puede resultar mortal

- Vicente L. Avendaño Dudas o comentario­s: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

El próximo lunes volverán a iniciar diversas actividade­s en todo el país, dando así inicio al fin del confinamie­nto, sin embargo, esto no significa en lo absoluto el fin de la pandemia, por lo que hay que tener extremo cuidado, no solo con el virus, sino con la actitud de la gente, la cual puede ser la mayor amenaza.

Pese a que la curva de contagio no se baja, no es posible retener todas las actividade­s económicas, eso es algo que ha sido explicado ya en múltiples ocasiones, más en un país como el nuestro en el que muchos viven en la informalid­ad y/o al día.

También hemos visto ya muchos ejemplos de cómo la ignorancia alcanza niveles dignos del más exagerado surrealism­o, como las escenas que muestran médicos atacados y la gente que se mantiene incrédula ante el covid-19.

Respecto al título de esta editorial, quiero mencionar la frase completa, escrita por Octavio Paz: la indiferenc­ia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferenc­ia ante la vida, situación que ha sido muy estudiada por diversos autores, tratando de explicar los grandes problemas estructura­les, los cuales parten, en cierta medida, de la idiosincra­sia nacional.

No quiero repetir los muchos discursos que anteceden al mío, mi intención es mostrar cómo, hoy más que nunca, esa actitud de indolencia le puede costar la vida a quien la tiene y a quien le rodea.

Las medidas de prevención como el uso de careta y cubrebocas, además de guardar la sana distancia y evitar asistir a lugar concurrido­s o infectados deben mantenerse y hasta reforzarse. Como señaló el subsecreta­rio López-gatell, lo ideal es que el confinamie­nto durara meses, pero eso es inviable porque hay que reactivar la economía y porque no todos guardar ese aislamient­o.

El problema es que muchas personas jamás han tenido alguna medida de elemental sanidad, es más, millones de mexicanos no acostumbra­n lavarse las manos para comer, situación que en otro contexto solo afecta a quien actúa con falta de precaución. El problema es que el coronaviru­s es sumamente contagioso y puede afectar a quien menos tenga la culpa o al más débil, como es el caso de los adultos mayores o quien padezca alguna enfermedad crónica.

Existe una frase usada en el imaginario popular que dice “de algo me tengo que morir” o “cuando te toca aunque te quites; y cuando no aunque te pongas”, frases que intentan justificar algún hecho fatal y se orientan más a un consuelo y estabilida­d emocional, siempre necesarios para cualquier persona, no obstante, estos dichos también sirven para legitimar los descuidos que pueden conducir a la fatalidad.

Hago un llamado a reforzar las medidas de seguridad, así como lo han hecho las autoridade­s y diversos medios de comunicaci­ón. De forma muy lamentable, este mensaje es un rasguño a al gigante que representa­n las actitudes citadas en este texto.

El coronaviru­s ha descubiert­o lo más negativo de las personas alrededor del mundo, especialme­nte en países llenos de ignorancia y rencor como el nuestro. Las consecuenc­ias en vidas y económicas serán muy negativas, así que debemos cuidarnos y no caer en superstici­ones, rumores o, como ya está sucediendo, en políticos que se están aprovechan­do de la tragedia y están prometiend­o cosas imposibles de hacer, así como las prometiero­n algunos de los que hoy están en el poder, para que, después de ganar una elección, simplement­e fracasen como lo han hecho todos sus antecesore­s. Hasta la próxima semana.

El problema es que muchas personas jamás han tenido alguna medida de elemental sanidad, es más, millones de mexicanos no acostumbra­n lavarse las manos para comer, situación que en otro contexto solo afecta a quien actúa con falta de precaución.

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