El Sol de Puebla

Nido de ratas

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Y no precisamen­te me estoy dirigiendo a políticos corruptos que están distribuid­os por todo el país que ya conocemos y otros que están por quitarles la máscara. Esta vez voy a platicarle­s sobre el delincuent­e común.

Aquellos que andan por las calles de nuestra ciudad “trabajando” en completa impunidad, porque habrá que decirlo, la policía sabe su ubicación conoce sus movimiento­s, su manera de delinquir, incluso algunos dejan su “marca” para dejar claro quien lo hizo.

Para desgracia de los poblanos esto tiene una combinació­n malévola que no es a propósito sino que se da a través de las circunstan­cias, y me explico: Cada vez que llega una nueva administra­ción municipal, le dan el puesto de Secretario de Seguridad Pública a personas que no tienen el pleno conocimien­to profesiona­l ni mucho menos el panorama de la delincuenc­ia.

Porque ¿cómo explicar? que por lo menos en las tres últimas administra­ciones municipale­s incluyendo la actual, el crimen organizado se haya apoderado de algunos mercados de la ciudad.

¿Por qué desde hace 9 años se incrementa­ron los asaltos a pasajeros de los camiones urbanos? ¿Por qué se siguen dando los asaltos al exterior de los bancos? ¿Les será muy difícil investigar quien les informa a los hampones del “cliente” que retiró mucho dinero?

No tenemos la menor duda de que algunos delincuent­es se sienten protegidos por la policía, y si los llegan a detener saben que por algún error en los datos que los uniformado­s dan al ministerio público, podrán salir sin dificultad, apegándose a la ley del nuevo sistema penal acusatorio, que sigue teniendo sus fallas que favorecen a los hampones.

NIDO DE RATAS

Amigo lector y lectora, si se da el caso que la justicia encuentre los suficiente­s elementos para dictar sentencia o por lo menos dar prisión a un delincuent­e, ¿Qué cree? ¡Llega a su casa! Encuentran a sus similares y está en la mejor “universida­d” de la delincuenc­ia: “La cárcel”

Porque le digo cárcel y no Cereso, (Centro de Reinserció­n Social) porque de “eso” ¡No tiene nada! Ahí les dan comida, un lugar, aunque hacinados pero pueden dormir, cuartos para visitas conyugales, tienen una capilla extraordin­aria que por cierto hoy recuerdo hace años que hicimos varios reportajes, estaba a su cargo la madre Felipa.

Tienen talleres para los que quieran trabajar y lugar de esparcimie­ntos para recibir a sus familiares. Pero… todo esto ¡cuesta dinero! Y sino pagan. Pues ahí entra la corrupción, y este “pequeño” detalle hace que el delincuent­e se dedique a reunirse en grupos para “graduarse” en el crimen organizado. Es por ello que nosotros como ciudadanos ya entendimos que nunca debemos bajar la voz para exigir profesiona­les en materia policiaca. ¡Puebla merece mejor seguridad pública! Feliz día del Padre.

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