Campeones, pero a un alto precio
Londres, Inglaterra.
Otra vez en los penaltis, el Liverpool es campeón.
Como en la final de la Copa de la Liga inglesa, la definición desde los 11 metros decidió a favor de los Reds, tras fantástico empate sin goles en Wembley, para así levantar su octava Copa de Inglaterra, impulsado por un error del defensor César Azpilicueta y una gran atajada de Alisson Becker ante Mason Mount.
La mala noticia para el Liverpool fue que durante los 120 minutos perdió a Mohamed Salah y a Virgil Van Dijk por lesión, en plena lucha por el título de la Liga inglesa, a sólo tres puntos del líder Manchester City, con dos fechas por jugar; y a dos semanas de disputar la final de la Champions League, en París 2022, frente al Real Madrid.
La final de la Copa de la Liga hace un par de meses, en este mismo escenario y con los mismos protagonistas, demostró que un encuentro sin goles puede ser un partidazo, absorbente y trepidante.
Lo volvieron a exhibir con un duelo no sólo a la altura, sino mejor.
Durante 120 minutos, no hubo gol en Wembley, pero no importó ni en lo más mínimo. La falta de puntería sólo la sufrían los jugadores, mientras el público disfrutaba de uno de los encuentros más bonitos de la temporada.
Los Blues recibieron un gran impulso cuando Mohamed Salah, a la media hora, se echó al césped y pidió ser sustituido debido a un problema muscular.
La llegada del tiempo extra terminó con las fuerzas del defensor Virgil Van Dijk, sustituido con molestias físicas, y prácticamente con las de los dos clubes.
Un tiro directo al poste por parte de Azpilicueta, un paradón de Mendy a Mané para dejar al Chelsea vivo, y una parada definitiva de Alisson que, unida al último lanzamiento de Kostas Tsimikas, entregó la Copa de Inglaterra al Liverpool, que iguala en el palmarés de este torneo al Chelsea y Tottenham. /