El Sol de Puebla

La vida en medio de los golpes

El juez cuenta con 40 años de trayectori­a, nos comparte cuál es la misión del árbitro en el box y por qué su trabajo es polémico

- ALLAND JHONNATHAN / BIBIANA DÍAZ

RAFAEL ISMAEL HERRERA RÉFERI DE BOXEO “Soy muy recto en mis decisiones, no porque sea uno de los boxeadores el hijo de mi compadrito o de mi cuate les doy el gane”

La campana suena y a partir de entonces todo lo que suceda sobre el ring le acontece. Así ha sido por los últimos 40 años y “hasta que el cuerpo aguante”, comparte a este diario vestido como todo un dandy Rafael Ismael Herrera con su camisa blanca impecable, pantalón de vestir, zapatos lustrosos y moño en lugar de corbata.

No, don Rafa no es el galán de la fiesta; es el encargado de que la misma se lleve a cabo bajo estricto orden, pues funge como uno de los cuatros jueces encargados de impartir justicia a lo largo de las cinco funciones programada­s del Torneo de Box de los Barrios en la capital del estado.

Desde el arranque y hasta el fin de la función es común verle comunicánd­ose con sus compañeros réferis para recalcarle­s a éstos la necesidad de aplicar el reglamento, ya que después de todo “el box es un deporte, no una carnicería porque la tarea de un juez es cuidar que toda pelea sea lo más limpia posible”, expone. “Al final como suben los muchachos (al ring), también deben de bajar… sanos y en una sola pieza”, añade.

El oficio de juez lo aprendió de sus días como fajador, pues como los jóvenes con los que comparte hoy profesión, presumió una vez el sueño de forjarse una trayectori­a en el camino del puño. Aunque aquello quedó en el pasado cuando lo cautivó la forma de dirigir un pleito del réferi Cerezo Jr., árbitro a cargo de los grandes combates de la década de los 50 en la Arena Puebla y quien en su época tampoco estuvo exento de polémica.

“La gente se va por lo que ve. Es decir, si mira a un boxeador entrón y que va para adelante cree que es el ganador al final de la pelea en una decisión o que tiene muchas posibilida­des de quedársela”, explica Herrera.

“Pero nunca ve cuántos de esos golpes le entraron a su rival, impactaron en el blanco o cuántos le entraron a él en ese afán de tirarse a matar. La gente como te darás cuenta no entiende a veces mucho de este deporte y se guía por lo que ve; entonces la gente también debe de investigar”, recalca.

¿Y LO HAN GOLPEADO…?

De los gajes propios del oficio, como recibir un golpe por meterse a separar a los boxeadores en el afán de proteger a uno de los mismos y preservar su integridad, está curtido.

Aunque tampoco los ha sufrido… al menos no de esa manera “porque uno tiene

Suena la campana y toda la acción sobre el ring está a cargo de la supervisió­n del juez

que saber deslizarse sobre el ring, saber cómo conservar la distancia sin estar lejos de las acciones; sin embargo, en el amateur la gente se llega a ‘calentar’ y ahí una vez me dieron un ‘cate’ después de un combate, fue una peleadora de la Ciudad de México en San Pablo del Monte que nada más tras levantarle la mano a su rival me aventó un golpe… me agarró despreveni­do y me sacó sangre; al final me atendieron y no pasó a mayores; pero a ella la suspendier­on tres o cuatro años”.

EL CURRÍCULO DE HERRERA

El juez Rafael Ismael Herrera ha dictado justicia en Campeonato­s Nacionales de Primera Fuerza, gozó de participac­ión durante la función de Julio César Chávez en Puebla en 1994 o a últimas fechas ha dicho "presente" en las galas del Gimnasio Miguel Hidalgo

El réferi Rafael Ismael Herrera checando la integridad de uno de los boxeadores

SEGÚN EL reglamento del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la preocupaci­ón principal del réferi es la seguridad de los participan­tes a través de la concentrac­ión y control de la pelea

Se juzga a detalle los golpes y si éstos de verdad dieron en el blanco

o en el Auditorio GNP.

Herrera lamenta no exista hoy una escuela organizada para hacer a los próximos réferis de Puebla o México “y todo sea hoy por clínicas donde tras un tiempo determinad­o ya eres árbitro, cuando en realidad necesitas de curtirte en esto para hacer experienci­a porque esa experienci­a en muchas ocasiones te saca a flote”, expone.

También siente la no buena remuneraci­ón para el jueceo, pero también lo entiende porque las grandes bolsas están en las grandes citas. Pero más allá de si el pago es el adecuado o no, él es feliz impartiend­o justicia a quienes se suben al ring a rifarse en más de una vez la vida.

CÓMO SE LLEVA LA TARJETA Y QUÉ ES

Al final de los tres, 10 o 12 asaltos, según la cantidad de rounds en la que se haya pactado una pelea, se hace una sumatoria y posterior resta de los puntos para obtener el resultado de un combate, siempre y cuando éste termine sin un vencedor claro. En el profesiona­l la tarjeta se marca 10/9 y en el amateur como 20/19.

Los puntos “no son otra cosa que los golpes buenos”, explica Herrera: un “golpe bueno” es aquel que se conecta alrededor de la cara del adversario y en el cuerpo como en el plexo solar, en el mentón, en parte de la nariz, frente, ya sea producto de un recto o un gancho al hígado, “pues esos son los golpes que a nosotros como réferis nos rigen y que debemos de calificar si están bien tirados”.

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