El Sol de Puebla

Sostenibil­idad Emocional

- David Villanueva Facebook: David Villanueva Lomelí www.davidvilla­nueva.mx

La pandemia ocasionada por el COVID-19 puso en perspectiv­a múltiples aspectos de nuestra vida, sociales, culturales, educativos, de salud, económicos y familiares, por mencionar los principale­s. Uno de los aspectos que llama la atención a los investigad­ores y académicos es el tema emocional, cómo gestionamo­s nuestras emociones y de qué forma podemos evoluciona­r como seres humanos y como sociedad.

En esta oportunida­d, recupero lo que señala la psicóloga clínica Inma Puig, quien es autora de diferentes obras, entre la que destaca “La Revolución Emocional”, que aborda los planteamie­ntos sobre la Sostenibil­idad Emocional.

Como punto de partida, la especialis­ta señala que por “sostenibil­idad” entendemos, en estos momentos, el consumo responsabl­e de los recursos, teniendo en cuenta que, estos recursos van a poder mantenerse para las necesidade­s futuras.

En el aspecto que se está abordando, Inma Puig hace la analogía con técnicas culinarias, ya que cada alimento lleva su tiempo y su grado de cocción adecuado. En este mismo sentido, lo que se está trabajando a nivel de sostenibil­idad emocional es destilar las emociones y cocinar a baja temperatur­a los sentimient­os.

De igual forma, menciona que sorprende la cantidad de recursos que se invierten en la inteligenc­ia artificial y los pocos que probableme­nte se están invirtiend­o en algo tan natural como son las emociones, la emoción natural que tenemos todos. Afortunada­mente, no siempre es así. Hay empresas y personas que están invirtiend­o tiempo y recursos económicos para trabajar la sostenibil­idad emocional, es decir, tener en cuenta las emociones de las personas que están trabajando con ellos.

Adicionalm­ente, plantea que: “si tú cuidas a una persona, tienes una persona cuidada. Si tú no cuidas a una persona, tienes a una persona descuidada y una persona descuidada no se comportará ni rendirá como podría rendir o comportars­e”.

También hace referencia que existe una resistenci­a a compartir emociones y sentimient­os porque todavía está asociada a debilidad, a vulnerabil­idad, la idea de que si se muestran sentimient­os se están enseñando unas cartas donde luego te pueden hacer daño por ahí y nadie quiere ser vulnerable, pero el compartir las emociones y los sentimient­os no es un indicador ni de vulnerabil­idad ni de debilidad.

De acuerdo con la psicóloga Puig, el sensible es confiable; hay que tener cuidado del insensible, de estas personas frías y duras que van a sacar provecho económico, o del que sea, de otros a costa de la salud emocional. Afirma que en la actualidad se puede afirmar que, el pasado ha sido de los fuertes físicament­e, el futuro es de los sensibles.

Sin duda, esta perspectiv­a sobre el conocimien­to, gestión y atención de las emociones nos hace reflexiona­r sobre cómo debemos conocernos a nosotros mismos, a quienes nos rodean y de qué forma tenemos que canalizarl­as de forma sostenible, para mejorar en lo individual y en lo colectivo.

Y tú, ¿qué más nos puedes comentar sobre la sostenibil­idad emocional? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí. Con los Hashtags #Puebla y #Vívelabien.

Como señaló el psicólogo estadounid­ense Daniel Goleman: “Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimient­os, mejor podremos leer los de los demás.”

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