O DE TEXCOCO, ANTES DE NUESTRA ERA
LAGO DE XOCHIMILCO LAGO DE TEXCOCO LAGO CHALCO
Tepotzotlán
Cuautitlán Izcalli
Tlalnepantla
Cuautitlán
Buenavista
Xochimilco
Coacalco
Ecatepec
Santa Marta Acatitla
“Ese espacio va adquiriendo significado y los humanos mismos le van atribuyendo simbolismos, el más importante es la fundación de Tenochtitlán, y después el lugar mismo se convierte en un espacio tomado por los españoles por su importancia simbólica, poder político y económico”, refiere Gerardo Gutiérrez.
San Marcos Nepantla
La Paz
Santa Ana Tlachihualpa
San Antonio Tepetitlán
Tulantongo
Chalco
Incluso, existió una diosa de la sal denominada Huixtocihuatl que, de acuerdo con el franciscano Bernardino de Sahagún, era “hermana de los dioses de la lluvia y, por cierta desgracia que hubo entre ellos, la persiguieron y desterraron a las aguas saladas, y allí inventó la sal con tinajas y amontonando la tierra salada”, según describió en su libro Historia general de las cosas de la Nueva España.
SAL Y TEQUESQUITE
Precisamente por su salinidad, el lago fue intervenido en diferentes épocas para el aprovechamiento de sus recursos, al tiempo que empujó a las comunidades aledañas a adoptar su sistema de alimentación, agricultura y economía a la materia prima surgida de sus aguas. La historiadora Aguilar Aguilar precisa en su investigación que “tras la conquista española, se crearon nuevas exigencias para el uso de la sal, las cuales contribuyeron a la creación de diferentes yacimientos, aunados a los preexistentes que databan de tiempos prehispánicos”.
Uno de los recursos naturales más aprovechados, desde la época prehispánica, fue el tequesquite que era usado en la preparación de los alimentos, y actualmente sigue siendo un ingrediente base en diversas recetas de la cocina tradicional mexicana. Precisamente, Morett señala que la relevancia actual del Lago de Texcoco es que aún se conservan algunas prácticas culturales milenarias heredadas de la relación con el agua salada del lago.
“Desde una perspectiva actual y de carácter etnográfica, el lago sigue siendo hoy todavía el único reducto que ha logrado sobrevivir con prácticas antiguas del aprovechamiento de recursos que ofrece, estoy hablando de la sal de tierra, de los nidales de aves migratorias, son cosas importantes que se tienen que decir porque prácticamente en ninguna otra parte de la enorme Cuenca de México existe, es difícil encontrar ese testimonio de carácter etnográfico con población viva que ha heredado y mantiene el aprovechamiento de recursos naturales”, detalla la investigadora.
Seguir la historia cronológica de lago es también profundizar en el pasado de la construcción arquitectónica de la ciudad, pues si bien en la época de Tenochtitlán se ajustaron sus canales para el aprovechamiento de los recursos y su comercialización en canoas, con la conquista española comenzó su sequía por la mano del hombre para detener las inundaciones en la Nueva España. Desde entonces, el lago mientras es una fuente de vida, se convirtió en el enemigo de la urbanización.
“Las inundaciones derivaron en la construcción de obras de drenaje que, continuadas por los sucesivos gobiernos en la época del México independiente, han llevado a la desaparición casi total de los cinco lagos que componen el sistema formado por los lagos de Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco”, detalla.
RECUPERAR EL ESPEJO DE AGUA
Los investigadores coinciden en la fortuna de que fracasara el proyecto del nuevo aeropuerto diseñado en esta zona, pues además del riesgo que significaba para las propias operaciones de vuelo en un suelo lacustre, señalan que aun a pesar de su condición de sequía, el lago está vivo: contiene agua en su interior y conserva tradiciones milenarias de las comunidades cercanas.
“Sí existe una dinámica sociocultural en la ribera oriental, me refiero a Atenco, Tocuila, Santa Isabel que son pueblos activos y que existen desde el Postclásico con una raíz de ocupación más antigua y en todos estos pueblos hay gente que sigue aprovechando los recursos accesibles, recursos al alcance del lago y mantienen tradiciones de una antigüedad excepcional, esa es la parte antigua que está viva en el Lago de Texcoco y sí existe la oportunidad de recuperar el espacio natural y sano, y una oportunidad para que tradiciones de aprovechamiento revivan”, insiste Morett quien en una exploración del lago caminó 200 kilómetros cuadrados donde encontró una amplia fauna desde aves, reptiles y otros animales.
Su recuperación y conservación responde más que una deuda con la naturaleza, a una necesidad de supervivencia.
“Hay áreas de captación y filtración que son básicas para la vida de la Ciudad de México y que se conserven estas áreas de captación para nutrir los mantos acuíferos, me parece que es una estrategia vital para los que habitan en la Ciudad de México. En términos culturales, la recuperación del Lago de Texcoco va a proveer a la población vecina de un área sana ecológicamente con un equilibrio natural que ya no se encuentra en la ciudad”, concluye Morett.