Por qué decir
Entre las palabras más fáciles de decir están "Yo soy" y entre aquellas que se encuentran entre las más difíciles de expresar están "lo siento". Piensa en la cantidad de conflictos domésticos, discusiones amargas, disensiones políticas y guerras que se pueden detener si alguien o algún grupo se permite a sí mismo decir a los demás esta simple frase: "lo siento".
Me parece extraño que los pequeños deban decir "lo siento" a sus mayores; también es raro que las personas que son humildes en poder y autoridad digan "lo siento" a aquellas que ostentan un más alto nivel en poder y autoridad; que las naciones más débiles digan "lo siento" a las más poderosa, y que una persona más débil se vea obligada a decir "lo siento" a otra más fuerte que ella, solamente por causa del miedo.
Cuando decimos "lo siento", estamos reconociendo con sinceridad ese error que hemos cometido y, al mismo tiempo, aceptamos ser corregidos del mal que se le ha hecho a otro. Tanto la edad, como el estatus social o el político no deberían nunca ser las condiciones que determinen quién dice "lo siento". Por lo general, debería ser la persona que ha hecho el mal a otro quien tenga que dar el primer paso.
Recuerdo un momento en que mi madre malinterpretó una cierta explicación que yo le di y por esto comenzó a enojarse. Sin embargo, cuando reiteré la explicación, ella se dio cuenta de su error y me ofreció disculpas. Una vez que se pronuncia esta preciosa frase, volvemos a encarrilar nuestras relaciones.
En otra ocasión, mi mejor amiga y yo tuvimos una pequeña discusión. Me dolieron sus comentarios, sin embargo, no esperé a que ella viniera a mí. Fui yo quien decidí dar el primer paso; me dirigí a ella y me disculpé por cualquier palabra maldicha que pudiera haber expresado. Con este sencillo acto, nuestra relación se mejoró en ese instante.
Los individuos conforman una familia, una organización, una nación. En este mundo, todos estamos conectados por relaciones con otros seres humanos. El problema con la mayoría de las personas es que el orgullo normalmente es mayor en sus vidas que la existencia de otras personas. Muy a menudo, aquellos que se sienten más importantes que otros exigirán a los demás que se disculpen con ellos por cualquier irregularidad.
La realidad es que la persona orgullosa nunca es amable o fuerte. Quienes pueden darse el lujo de decir "lo siento", incluso cuando saben que han sido perjudicados por otros, son más amables y más fuertes. Y son ellos quienes regularmente se preocupan por mantener las relaciones con los demás.
No son las posesiones materiales lo que impresiona a las demás personas, sino que son nuestras buenas relaciones. Muchas familias desintegradas son el resultado de que sus integrantes no pueden decir "lo siento". El día de hoy ¿a quién le has dicho "lo siento"? *Tiene un doctorado en estudios interculturales. Es autora, mentora de líderes y coach de vida. Contacto: faimgloballeadership@gmail.com