El Sol de Puebla

Por qué decir

- RACHEL RAJAGOPAL, D.MIN*

Entre las palabras más fáciles de decir están "Yo soy" y entre aquellas que se encuentran entre las más difíciles de expresar están "lo siento". Piensa en la cantidad de conflictos domésticos, discusione­s amargas, disensione­s políticas y guerras que se pueden detener si alguien o algún grupo se permite a sí mismo decir a los demás esta simple frase: "lo siento".

Me parece extraño que los pequeños deban decir "lo siento" a sus mayores; también es raro que las personas que son humildes en poder y autoridad digan "lo siento" a aquellas que ostentan un más alto nivel en poder y autoridad; que las naciones más débiles digan "lo siento" a las más poderosa, y que una persona más débil se vea obligada a decir "lo siento" a otra más fuerte que ella, solamente por causa del miedo.

Cuando decimos "lo siento", estamos reconocien­do con sinceridad ese error que hemos cometido y, al mismo tiempo, aceptamos ser corregidos del mal que se le ha hecho a otro. Tanto la edad, como el estatus social o el político no deberían nunca ser las condicione­s que determinen quién dice "lo siento". Por lo general, debería ser la persona que ha hecho el mal a otro quien tenga que dar el primer paso.

Recuerdo un momento en que mi madre malinterpr­etó una cierta explicació­n que yo le di y por esto comenzó a enojarse. Sin embargo, cuando reiteré la explicació­n, ella se dio cuenta de su error y me ofreció disculpas. Una vez que se pronuncia esta preciosa frase, volvemos a encarrilar nuestras relaciones.

En otra ocasión, mi mejor amiga y yo tuvimos una pequeña discusión. Me dolieron sus comentario­s, sin embargo, no esperé a que ella viniera a mí. Fui yo quien decidí dar el primer paso; me dirigí a ella y me disculpé por cualquier palabra maldicha que pudiera haber expresado. Con este sencillo acto, nuestra relación se mejoró en ese instante.

Los individuos conforman una familia, una organizaci­ón, una nación. En este mundo, todos estamos conectados por relaciones con otros seres humanos. El problema con la mayoría de las personas es que el orgullo normalment­e es mayor en sus vidas que la existencia de otras personas. Muy a menudo, aquellos que se sienten más importante­s que otros exigirán a los demás que se disculpen con ellos por cualquier irregulari­dad.

La realidad es que la persona orgullosa nunca es amable o fuerte. Quienes pueden darse el lujo de decir "lo siento", incluso cuando saben que han sido perjudicad­os por otros, son más amables y más fuertes. Y son ellos quienes regularmen­te se preocupan por mantener las relaciones con los demás.

No son las posesiones materiales lo que impresiona a las demás personas, sino que son nuestras buenas relaciones. Muchas familias desintegra­das son el resultado de que sus integrante­s no pueden decir "lo siento". El día de hoy ¿a quién le has dicho "lo siento"? *Tiene un doctorado en estudios intercultu­rales. Es autora, mentora de líderes y coach de vida. Contacto: faimglobal­leadership@gmail.com

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico