Aprende a identificar tus emociones
Ocultarlas o reprimirlas nos puede conducir a estados depresivos o incluso a conductas autodestructivas
DEDITORA: esde pequeños a muchos nos han enseñado que no debemos andar por el mundo dando muestras de aquellas emociones que tradicionalmente se consideran negativas, entonces cuando las sentimos, tratamos de esconderlas o incluso llegamos a tratar de convencernos a nosotros mismos de que no las estamos sintiendo.
Especialistas de la Escuela de Postgrado de Psicología y Psiquiatría, con sedes en España e Italia, explican que las emociones son un estado afectivo que experimentamos, las definen como nuestros sensores o estímulos de respuesta.
Agregan que estas son las encargadas de “traducir” la manera en que nos afecta un factor o acontecimiento interno o externo, mediante reacciones neurofisiológicas, conductuales y cognitivas. Cada uno de nosotros se predispone de forma particular delante de una emoción.
Es muy importante que aprendamos a identificar nuestras emociones y Jaquelín Machado, profesional de la salud mental con especialidad en coaching multidimensional e instructora en desarrollo de consciencia, nos explica por qué es necesario hacerlo.
La especialista señala que muchas veces, por experiencias, por educación, por influencia social y religiosa, tendemos a cruzar nuestras emociones; por ejemplo, muchas personas cuando se enojan ríen por ansiedad y por tratar de esconder el enojo, al que tradicionalmente se le considera como malo.
Otro ejemplo: muchas personas, cuando están tristes lo que hacen es hablar de lo bien que se siente y además manejan comportamientos compulsivos, que pueden incluir excesos en comida, en alcohol, en drogas, incluso anfetaminas.
Sin embargo, advierte que es muy importante poder siempre identificar qué es lo que estás sintiendo en una determinada situación, cuándo lo estás sintiendo y también nombrar la emoción que surge: el enojo no es risa, el enojo es enojo; la tristeza no es soberbia ni invulnerabilidad, la tristeza es tristeza.
Asimismo, la alegría tiene un equilibrio y no es exagerada felicidad o burla irónica. El miedo es el origen de todos los matices emocionales y no es malo, ya que te permite tener cierta conciencia y se convierte en un problema cuando te paraliza, añade Jaquelín.
¿POR QUÉ RECONOCERLAS?
Es necesario identificar qué es lo que estás sintiendo, porque una vez que yo identifico que me enojo, entonces le puedo dar una dirección creativa y no destructiva a ese sentimiento; lo mismo sucede con la tristeza, con la alegría, para no excederme en picos, que luego me pueden llevar a un valle depresivo.
Cuando una persona se enoja y reconoce que está enojada, es más fácil que pueda aprender a modular su enojo, no a reprimirlo, porque cuando está reprimido se convierte en agresividad. Puede transformarse incluso en una depresión profunda o en comportamientos autodestructivos y muchas otras cosas, porque la emoción está cruzada con otro sentimiento, asegura la especialista.
Los expertos del posgrado en psicología, por su parte, aseveran que evitar las emociones no va a beneficiarnos en ningún caso, al contrario, solo sirve para esconder y acumular malas experiencias, que a la larga pueden llegar a manifestarse y van a desfavorecer nuestra salud mental por medio de trastornos depresivos.
NO HAY EMOCIONES MALAS
Es muy importante comprender que no hay emociones buenas ni malas, solo hay aquellas que muestran matices diferentes del sentir de un ser humano. Si yo etiqueto como malos al enojo, el miedo, la angustia, la tristeza y rotulo como buenas a la alegría, el placer, la excitación, entonces cuando no tenga las que considero positivas, voy a sufrir; por otro lado, cuando sienta las que considero malas, las voy a rechazar, y también voy a sufrir, dice Machado.
IDENTIFICARLAS TE AYUDA A REDUCIR EL ESTRÉS
Definitivamente cuando identifico por su nombre cuál es la emoción que tengo y aprendo a no rechazarla, ni aferrarme a ella, dependiendo de cuál se trate y aprendo a manejarla, el estrés que me provoca el reprimirla, el querer controlarla, el evadirla, el postergarla, va a disminuir bastante, asegura Jaquelín.
Si aprendo a hacerlo, todos los fantasmas que tengo por mostrarme vulnerable, desequilibrado, explosivo o inseguro, y tantos otros que surgen alrededor de no expresar lo que siento, tal cual como lo experimento y de forma asertiva, entonces también el estrés se va a reducir e incluso llega a desaparecer, con su correspondiente tensión.